Lorenzana se llena de bolilleras

Algunas de las expertas, que llevan muchos años de práctica, explicarán las ventajas que tiene esta labor, mediante la relajación, la concentración, y la agilidad visual y corporal. De los bolillos salen sombrillas, abanicos, chales, tocados para el pelo... y también encajes que adornan altares de iglesias.

Porque, hay que señalarlo, durante muchos siglos aprender a tejer y bordar era tan habitual como hoy en día aprender a leer y escribir. El encaje de bolillos ha servido como pieza de trueque en algunas épocas, y cada familia tenía sus propios diseños, que se bordaban de generación en generación en los ajuares de las mujeres. Una tradición que se perdió con la industrialización y que asociaciones como las que el próximo sábado se reunirán en Lorenzana, se encargan de mantener a flote.

Se ha dispuesto el gimnasio municipal más de veinte mesas en las que se mezclarán, bastidores, alfileres y piezas ya terminadas y algunas por terminar. Se instalarán también puestos de mercerías especializadas, en las que las aficionadas podrán encontrar todo lo necesario para desarrollar esta noble y elegante artesanía.

A las 10 de la mañana del sábado está prevista la recepción y acogida de los distintos grupos de encajeras, que serán acompañadas por las autoridades. Se harán demostraciones y como colofón y despedida, se hará una visita al Museo Etnográfico de la localidad, un museo con marcado carácter artesanal; si bien en la localidad, se mantiene la tradición, y aún hoy en este museo se pueden contemplar varias piezas de bolillos.

Con la celebración de este certamen de encaje y encuentro de encajeras, el Ayuntamiento de Cuadros mantiene y fomenta esta tradición ancestral con la esperanza de que cada año sean más y más las encajeras que se animen a participar a demostrar su valía en esta artesanía tan tradicional