L. RAMOS
Domingo, 10 de julio 2016, 11:12
Valeria ya se tumba boca abajo, ya no tiene mocos todo el día y ha empezado a andar. A sus diecinueve meses, podrían parecer logros sin importancia, pero a ojos de sus padres, Adriana Díez e Iván Vilar, tienen un gran significado. Hace ahora un ... año, a la pequeña le fue diagnosticada una leucemia contra la que solo cabía un trasplante de médula. Tras varios meses que para la familia fueron una auténtica pesadilla, Valeria fue trasplantada el pasado 25 de noviembre.
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Ahora se recupera y crece a pasos agigantados, desarrollándose como cualquier otro niño de su edad. La inflamación de su bazo e hígado se redujo notablemente, lo que hizo que la prominente barriga y los dolores desaparecieran, y las visitas al médico para controlar que todo va bien se redujeron a una por mes. Aunque el temor a una recaída nunca desaparecerá, la joven pareja disfruta por fin de la niña, quien está más alegre y revoltosa que nunca. «Vivimos el día a día», aseveran, y reconocen que todavía les cuesta asimilar la oleada de apoyo que recibieron de todas partes del planeta. «La última, en forma de carrera que se celebrará el próximo 24 de julio en la localidad leonesa de Matallana del Torío, donde reside su abuelo materno y donde la pequeña pasa algunas temporadas que alterna con un viaje por Galicia, estancias en León capital y baños en la playa de San Juan, en Castrillón.
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