rebeca pasalodos
Domingo, 5 de junio 2016, 13:23
Hace 542 millones de años comenzó la era Paleozoica. Un larguísimo periodo que se inicia poco después de la desintegración del supercontinente Pannotia y acaba con la formación del supercontinente Pangea. En el paleozoico comienzan a proliferar animales con concha o exoesqueleto y, hacia ... el final del ciclo (hace 251 millones de años) el mundo ya es dominado por grandes reptiles y plantas que llegan hasta nuestros días, como las coníferas.
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El Pico Fontún, con sus 1.948 metros de altitud, corona la localidad leonesa de Villamanín, en la comarca de La Tercia, situada en la cabecera del río Bernesga y a 46 kilómetros de León por la nacional 630. Asentado sobre rocas paleozoicas como la caliza, arenisca, dolomía y pizarra es una muestra de la riqueza geológica y natural de la zona. Un paraiso para disfrutar y para estudiar.
Desde hace más de 20 años, estudiantes de la Facultad de Ingeniería Geológica de la Universidad Complutense de Madrid llegan a Villamanín para poder poner aplicar sobre el terreno los conocimientos que adquieren en la asignatura de Geología de Campo.
Una semana entera, siete días y seis noches, tienen los 39 alumnos de la universidad madrileña, alojados en el Campus Turístico de Villamanín quien lleva colaborando con este campamento desde sus inicios, para realizar un mapa cartográfico de la zona. «Lo que tenemos que hacer es identificar las diferentes formaciones rocosas para cartografiarlas», explica Claudia Valverde, una de las estudiantes desplazadas hasta la localidad leonesa.
Para poder realizar el trabajo de forma eficiente, estos alumnos de cuarto de Ingeniería están distribuidos por áreas: «Como somos muchísimos, nos han puesto en distintas zonas. Algunos estamos en Villamanín y otros en Cármenes», relata Claudia. No es nada fácil llevar a cabo esta labor, requiere muchas horas y absoluta precisión. «Tenemos que ver los tipos de rocas y delimitarlas con los métodos que nos han enseñado. Tenemos un mapa tipográfico. Vemos el relieve y determinamos si hay pliegues, cabalgamientos o fallas», describe esta estudiante. «Una vez delimitado, se mira si concuerda con la historia geológica de la zona», añade.
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Hacer una autovía
Esta es solo una parte del trabajo que tienen que llevar a cabo estos futuros Ingenieros. Conocer las formaciones rocosas de la zona y su estructura tiene un fin mayor: diseñar una autovía. Es solo un trabajo de esta asignatura, pero el planteamiento es totalmente real: «Estos chicos no van a ser geógrafos, van a ser ingenieros, pero necesitan conocer el terreno para su trabajo», explica Raúl de la Horra, uno de los profesores que acompañan a este grupo en el campamento.
«Les pedimos que diseñen una autovía con trazado norte-sur», detalla Raúl. «Sabemos que es viable, porque ya hay una carretera que une León con Asturias, pero les planteamos problemas que tienen que resolver», cuenta. «Por ejemplo, se les exige que añadan un puente, un túnel o superar un talud para que así apliquen los conocimientos que adquieren en las clases», refiere.
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Por todo ello, es tan importante conocer a qué se tienen que enfrentar en cada punto del trazado. «Cada una de las unidades tiene sus características. Hay cuarcitas de barrios, caliza de montaña, entre otras, y luego cada una tiene su situación, en superficie o en profundidad», determina.
Raúl de la Horra reconoce que la riqueza geológica de la zona es la principal razón por la que llevan tantos años eligiendo este emplazamiento para realizar este trabajo de campo. «Hay una gran variedad de rocas y formaciones y es un lugar idóneo para la formación de los alumnos», apunta. «Muchos estudiosos de todo el mundo vienen a esta zona para llevar a cabo sus investigaciones», afirma. De hecho, junto con los estudiantes de la Complutense, se encuentran actualmente trabajando en la misma área personas llegadas desde Cardiff (Gales) y Dublín (Irlanda).
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Villamaninita y carmenesita
No solo las formaciones rocosas son un punto de atención interesante para expertos. Los minería constituye una importante fuente sobre la que se sostiene este pueblo. En 1916 una prospección minera en la zona dio con un yacimiento de cobre y cobalto. En esta mina, llamada 'Providencia', se halló un mineral único que no se ha encontrado actualmente en ningún otro punto del mundo. Por ese motivo, se llamó a este mineral rico el azufre, villamaninita. Del mismo modo, en el término municipal de Cármenes, se halló la carmenesita.
Minerales únicos que, si bien no se ha determinado un uso práctico para ellos más allá del coleccionismo, dan muestra de la excepcional composición de la zona. «Nosotros no nos metemos en tema de minería para nuestro trabajo», concreta Raúl, «no centramos en el análisis de las rocas, pero desde luego es algo que perfectamente se podría plantear en un futuro», adelanta el profesor.
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Tiempo y constancia es lo que necesitan los jóvenes estudiantes de Ingeniería Geológica para realizar su trabajo, para aprobar la asignatura de Geología de Campo y finalmente para superar la carrera. El tiempo y la constante deposición de rocas y minerales convirtieron el área de Villamanín en una plaza única, no solo para visitar y disfrutar, sino tambiénpara aprender al más alto nivel. Una auténtica cantera de ingenieros.
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