Pedagogía, emoción y solidaridad, las bases del colegio Maristas San José

Referencia educativa de la ciudad. El colegio Maristas San José se levanta sobre los cimientos de una educación integral basada en los valores de los maristas, la cercanía, la sencillez y el espíritu de familia, todo ello bajo un modelo educativo común articulado en tres pilares fundamentales: lo pedagógico, lo emocional y lo solidario.

Por sus pasillos, miles fotografías, miles de historias y miles de proyectos recorren el centro, desde Infantil hasta Bachillerato, un aprendizaje continuo adaptado a las necesidades del alumno y del centro basado en tres líneas de acción.

La primera de ellas, a nivel pedagógico apoyándose en las metodologías activas para que sus alumnos tengan un aprendizaje significativo, en el colegio buscan que trabajen por proyectos y que esos proyectos se conviertan en apredizaje. María Jesús Larraz, jefa de estudios de Infantil y Primaria destaca en este aspecto que «desde chiquitines trabajamos las inteligencias múltiples en los espacios inteligentes y eso les ayuda a desarrollar muchas habilidades, a ser creativos e influye mucho en el desarrollo de su aprendizaje».

Un modelo que incluye también las nuevas tecnologías, entre ellas, la robótica que ayuda a los alumnos a desarrollar un pensamiento científico y en la evolución de la lectura y la escritura con plataformas como «Go Steam» desde tercero de Infantil hasta Segundo de Primaria. Un modelo de digitalización que se complementa con otro de los eje educativos del centro, la educación emocional.

«Es un ámbito que trabajamos desde primero de Infantil hasta segundo de Bachillerato. El proyecto de autonomía de nuestro colegio nos permite disponer de una hora semanal para desarrollar esta materia», asegura Sergio Mato, director del colegio.

Y es que educar personas para que sean buenos ciudadanos es la base fundamental del Colegio Maristas San José y por ello desde infantil hasta bachillerato se involucran en los problemas de la sociedad a través de talleres, actividades, o por ejemplo eligiendo a un delegado ambiental en cada clase con la mirada puesta en la Agenda 20-30.

«En Educación para la solidaridad, pretendemos que nuestros alumnos sean sensibles con los problemas de las personas que les rodean, empáticos con los compañeros y preocupados por la educación en valores y la sostenibilidad del medio ambiente», aseguran desde la dirección del centro.

Y todo ello apoyándose en la digitalización y las nuevas tecnologías con proyectos como 'One to one' para los alumnos desde primero de la ESO, además de despertar el interés y el esfuerzo por desarrollar competencias en lengua extranjera, fundamentalmente en inglés y francés.

El deporte y la actividad física también cobran especial protagonismo en el colegio como eje vertebrador de la formación integral de los alumnos. Además, el centro dispone de unas amplias instalaciones que le permiten estar a la vanguardia.

Una educación personalizada, familiar, inclusiva, solidaria y con la máxima de formar además de a los mejores profesionales del mañana, a buenas personas.

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