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Nuevos resultados de la misión DART: se confirma la ausencia de agua y estudian más en detalle la superficie del asteroide

Nuevos resultados de la misión DART: se confirma la ausencia de agua y estudian más en detalle la superficie del asteroide

El uso del telescopio VLT de la ESO permite ahondar en las características de Dimorfo, la roca contra el que chocó la sonda como ensayo de defensa planetaria ante objetos estelares

Martes, 21 de marzo 2023, 15:01

El pasado 26 de septiembre las miradas de los astrónomos se centraron en un punto situado a casi once millones de kilómetros de la Tierra. Aquel día la sonda DART debía impactar contra el asteroide Dimorfo. Este no suponía ningún peligro para nuestro planeta, pero ... el objetivo era probar la capacidad para desviar este u otro tipo de cuerpos celestes que en el futuro sí sean una amenaza. El resultado fue un éxito rotundo. El impacto consiguió modificar la trayectoria de esta roca de 163 metros de diámetro -un tamaño similar al Coliseo Romano-, reduciendo su periodo orbital en unos 32 minutos. «Antes del impacto de DART, Dimorfo tardaba 11 horas y 55 minutos en orbitar su asteroide anfitrión, Dídymo, de mayor tamaño. Desde la colisión intencional, ese tiempo ha bajado a 11 horas y 23 minutos», explicó Bil Nelson, administrador de la NASA. También se pudo observar que la superficie de Dimorfo es un cúmulo de escombros, lo que provocó que, tras el impacto, toneladas de roca del asteroide salieran disparadas hacia el espacio formando una estela de 10.000 kilómetros de pequeños fragmentos que daban al asteroide el aspecto de un cometa.

Casi medio año después, aquel 'experimento' de defensa planetaria sigue dando resultados, en este caso, obtenidos gracias al telescopio VLT de la ESO, el buque insignia de la astronomía terrestre europea. El primero de ellos, elaborado por la Universidad de Edimburgo, ha estudiado durante un mes esa nube de material desprendido. Han descubierto que estos fragmentos tenían una tonalidad más azulada que el propio asteroide antes del impacto, lo que podría indicar que la nube estaría formada por partículas muy finas. Además, buscaron la 'huella química' de diferentes gases, especialmente de oxígeno y de agua procedentes del hielo expuesto por el choque. No había ni rastro. «No se espera que los asteroides contengan cantidades significativas de hielo, por lo que detectar cualquier rastro de agua habría sido una verdadera sorpresa», explican. Tampoco dieron con restos del combustible de la sonda. «Sabíamos que era una posibilidad remota, ya ​​que la cantidad que quedaría en los tanques del sistema de propulsión no sería grande. Además, parte de él habría viajado demasiado lejos para detectarlo en el momento en que comenzamos a observar», añaden.

El segundo estudio, del Observatorio y Planetario Armagh, en el Reino Unido, se ha centrado en analizar la forma en que el impacto modificó la superficie del asteroide. Para ello, estudiaron cómo la luz del sol incidía en la superficie del asteroide y se percataron de que se polarizaba parcialmente, es decir, que las ondas de luz oscilaban en una dirección concreta y no al azar. «Rastrear cómo cambia la polarización con la orientación del asteroide en relación con nosotros y el Sol revela la estructura y composición de su superficie», aseguran. Vieron también que en el momento del impacto el nivel de polarización cayó repentinamente al tiempo que el brillo aumentó. Una posible explicación es que el impacto desgajó más material del interior de Dimorfo. «Tal vez el material excavado por el impacto era intrínsecamente más brillante y menos polarizante que el material de la superficie, porque nunca estuvo expuesto al viento solar ni a la radiación solar», argumentan. Otra posibilidad es que el impacto destruyera material de la superficie, expulsando así partículas mucho más pequeñas a la nube de escombros. «Sabemos que, en determinadas circunstancias, los fragmentos más pequeños son más eficientes para reflejar la luz y menos eficientes para polarizarla», explican.

No serán estos los últimos estudios que se desarrollen en torno a este asteroide. En noviembre de 2024, la Agencia Espacial Europea (ESA) lanzará una nave llamada 'Hera' que llegará al sistema Didymos a finales de 2026.

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