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Bastan pocos minutos para hacer historia. Al Miura 1 le han bastado solo una docena para situar a España en la pequeña lista de los países que son capaces de fabricar y poner un satélite fuera de los confines de la Tierra. El vuelo estaba ... dividido en dos fases. La primera mitad de ellos, los seis primeros, se corresponden con la fase de ascenso del artilugio. Los 30 primeros segundos han sido especialmente críticos porque el cohete tenía que adoptar una orientación de 80 grados para comenzar el vuelo parabólico.
Superado este trance, a unos 30 kilómetros de altura, ha alcanzado las condiciones de microgravedad -es la que permite las llamativas imágenes de los astronautas flotando en sus naves espaciales-. En total han sido unos tres o cuatro minutos en los que se han realizado la mayoría de los investigaciones previstas en la carga de cien kilos que llevaba el cohete del Centro Alemán de Tecnología Espacial Aplicada y Microgravedad.
A continuación el Miura 1 ha alcanzado su punto más alto, su apogeo. Aunque puede alcanzar los 153 kilómetros, en esta ocasión se ha limitado a 80 kilómetros de altura. Es lo que llama un vuelo suborbital, porque consigue salir de la atmósfera terrestre y llegar al espacio, pero no salir de su órbita, que tiene su límite en los 100 kilómetros. En ese momento se ha sabido que no había ningún incendio en la rampa de lanzamiento, otro éxito si se tiene en cuenta que el proyecto tiene como objetivo reutilizar el máximo número de componentes.
A partir de ese momento, el cohete ha emprendido el camino de regreso, una maniobra que se realiza a 2.700 kilómetros por hora, no demasiados si se tiene en cuenta que para que cualquier nave logre quedar libre de la fuerza gravitatoria de la Tierra se necesitan superar los 40.000 kilómetros por hora. Para frenar su descenso, el Miura ha empleado unos aerofrenos y un paracaídas que ha amortiguado su impacto en el océano Atlántico, donde le han esperado el barco de recuperación, el 'Libertad 6', y otro de apoyo, el 'Nervio'. Ambos contaban a bordo con buzos especialistas en operaciones subacuáticas en alta mar y equipos de vigilancia aérea. Estaba previsto que el proceso de recuperación de la carga se prolongara durante cuatro horas.
Estos ya históricos doce minutos son los mismos que estuvo deambulando en torno a su nave, la Vosjod 2, el cosmonauta soviético Alexei Leonov el 18 de marzo de 1965. Era la primera vez que se realizaba un paseo espacial. 98 minutos tardó en dar una vuelta al planeta el Sputnik, el pequeño satélite de 83 kilos de peso y el tamaño de un balón de baloncesto que inauguró la carrera espacial el 4 de octubre de 1957 . El vuelo de Yuri Gagarin, el primer ser humano en salir del planeta, se prolongó 108 minutos, nueve sirvieron para entrar en órbita y el resto, para dar una vuelta a la Tierra. Y el 20 de julio de 1969, Neil Armstrong y Buzz Aldrin pasearon por la Luna durante 150 minutos.
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