Villanueva de Gumiel: entre marzas y tradiciones ancestrales

Tradiciones de ayer y de hoy perviven y marcan las señas de identidad de este pueblo de unos 300 habitantes de la Ribera del Duero burgalesa. Villanueva de Gumiel acumula un sinfín de costumbres que conforman un patrimonio inmaterial rico y diferente, del que sus habitantes se enorgullecen y conservan generación tras generación.

Las marzas son una de las tradiciones más arraigadas. Se trata del cántico que se entona el último día de febrero para dar la bienvenida a la primavera, destacando la agricultura, las cosechas, la vid y su vendimia. Se cantan en dos grupos situados a una cierta distancia que se van contestando y, de esta manera, se van recorriendo todas las calles del municipio.

Dentro de las particularidades que perduran en el tiempo, el patrimonio inmaterial de Villanueva refleja numerosas curiosidades. Por ejemplo, el día de Nochebuena, cuando los quintos de ese año prenden una hoguera donde acuden todos los jóvenes. Se celebra en la zona de las bodegas tradicionales, aunque antes se realizaba en la plaza.

Por otra parte, el Domingo de Pascua en el pueblo se quita el manto a la Virgen. Ese manto previamente se subasta y quien más puja tiene el honor de retirarlo. Las bodas en Villanueva también son diferentes, con ese guiño a los ancestros, manteniendo el Canto a la Novia. Cuando se casa una vecina del pueblo, descendiente o afín se le canta una canción típica y antigua, con una letra de muchos años atrás, transmitida de generación a generación.

Además, la localidad puede presumir de poseer su propio juego tradicional, el bolillo de Villanueva de Gumiel, inscrito en la Federación de Deportes Autóctonos. Su historia se remonta al momento en el que llegaron los resineros de la zona de Segovia. A fecha de hoy, un vecino de pueblo continúa elaborando esos bolos de forma artesanal. Miguel Cuesta Nebreda, conocido como 'El Gitano', hace que esa tradición perviva.

En el capítulo de festividades destacan las fiestas de San Pedro Mártir, los días 29 y 30 de abril y 1 de mayo. En agosto se honra al patrón, San Mamés, los días 17 y 18. Según marca la tradición, el segundo día de fiestas los forasteros acaban en el pilón, lanzados por los lugareños. El verano se despide, el último sábado de agosto, con la romería de San Pedro Mártir.

A este amplio listado de citas importantes hay que unir una iniciativa más actual, pero que atesora ya dos décadas de cultura y éxito. El Certamen de Pintura Rápida Eulogio Nebreda se ha convertido en una referencia para muchos artistas, que viajan cada mes de agosto a este evento ineludible para plasmar en un lienzo los más bellos rincones de Villanueva.

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