Vídeo: atraca a punta de pistola un bar de Valladolid y huye con 3.000 euros

Los hechos tuvieron lugar pasadas las once de la noche del martes en el establecimiento situado en las inmediaciones de la plaza de San Pablo. El delincuente, según todos los indicios, tuvo que estar vigilando el negocio durante un buen tiempo y esperó pacientemente la salida de los últimos clientes, dos personas que abandonaron el local al filo de esa hora y que dejaron sola a la camarera en el interior del bar. La joven estaba recogiendo los restos de las consumiciones cuando irrumpió en el local un hombre de mediana altura que llevaba la cabeza cubierta con la capucha de una sudadera gris y el rostro tapado por una braga. El atracador fue directo a por la víctima, puso enseguida una pistola, de apariencia «muy real», sobre la barra antes de encañonarla y de invitarla a que «le llenara la mochila que llevaba». La bolsa en cuestión, de un llamativo color fucsia, se la entregó sin dejar de apuntar a la camarera con el arma corta mientras ella iba vaciando la caja registradora y sacaba algo más de dinero de un cajón de las estanterías situada a su ­espalda.

El delincuente, que hablaba «un perfecto castellano», cogió la bolsa en cuanto tuvo el dinero de la recaudación –tres mil euros en efectivo–, la cerró con cierto nerviosismo y huyó de la chocolatería a paso ligero. «La chica estaba temblando y lo pasó fatal, aunque está bien físicamente», relató el dueño de la chocolatería, cuyo 'Erchus' original se encuentra en la avenida de Palencia. El delincuente también suerte en su huida si se tiene en cuenta que «la primera patrulla estaba al lado y llegó en un ­minuto desde que avisamos». Pero logró dar esquinazo a los ­agentes.

La secuencia, que duró 56 segundos exactos, fue recogida por las cámaras de seguridad del establecimiento. «No sabemos si la pistola era real o simulada, aunque desde luego parecía muy real y el ladrón consiguió su objetivo de darle un susto de muerte a la camarera», incidió el hostelero antes de confiar en que los agentes logren detener al autor y «le caiga la misma pena fuera o no real el arma».