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El paso del tiempo hizo mella en una casa de adobe situada al inicio de la calle Loma, una perpendicular a la Subida a Fuente El Sol, que sale de la carretera de Fuensaldaña, hasta que hace un año se vino abajo un muro ... entero de un cobertizo anexo. Aquel día acudieron policías locales y bomberos, que dejaron dos vallas y una cinta para proteger una fachada que a día de hoy, después de «un sinfín de caídas de cascotes más», continúan cortando la mitad de la calzada. «Lleva más de un año acordonada y se lo hemos comunicado infinidad de veces al Ayuntamiento, pero aquí nadie hace nada», critican los vecinos antes de alertar de que la vivienda, pese a que «cualquier día se cae entera», está ocupada a día por grupos de jóvenes que la utilizan a modo de peña para hacer «botellón».
Los nuevos 'inquilinos' de la maltrecha vivienda de planta baja, cuyos muros descarnados muestran el mal estado del adobe, al margen de la montaña de cascotes caídos ante la fachada, cambiaron incluso la cerradura para entrar y salir de una casa habitada en su día por una familia, pero que fue abandonada «hace más de diez años». Y tanto es así que el propio Ayuntamiento declaró la situación de «ruina inminente» de la vivienda del número 1 de la calle Loma en 2018, hace casi dos años ya, pero «parece ser que no encuentran a los propietarios para que aseguren sus muros o la tiren».
El caso es que los vecinos de esta pequeña vía llevan más de un año conviviendo con la pared de la edificación anexa a la vivienda principal que se derrumbó y con las vallas que protegen, en teoría, la fachada. «Es una calle estrecha que ahora lo es más y los vecinos que viven enfrente apenas pueden utilizar su garaje al continuar los adobes caídos ocupando la mitad de la calzada», critican los residentes antes de advertir de que las últimas lluvias provocaron «nuevos desprendimientos de la fachada» sobre la vía pública.
«Entendemos que la responsabilidad pueda ser de los propietarios, pero tampoco es normal dejar así nuestra calle, con los restos del derrumbe ocupando la mitad de la calzada», reiteran los vecinos, que reclaman, y lo han hecho «formalmente hasta en tres ocasiones», una solución para retirar, al menos, «los cascotes desprendidos hace un año».
La solución definitiva, en cualquier caso, pasaría por la demolición de la vivienda completa si se tiene en cuenta que fue declarada en ruina hace prácticamente dos años. «Que la aseguren o que la tiren, pero que hagan algo antes de que tengamos que lamentar una desgracia», concluyen los vecinos de la calle Loma.
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