«No vamos a fallar a los leoneses», asegura Mañueco ante un reivindicativo Santos

Las amenazas, el tempero y un dedo

Durante el enfrentamiento en las Cortes de este martes el parlamentario 'leonesista' le pidió respeto para los concejales del PP, que aseguró saben lo que votan, tras respaldar en varios ayuntamientos la moción 'leonesista', aunque vivan en el medio rural. El último caso, recordó, fue Riaño, donde gobierna Ciudadanos y donde tienen representación los 'populares' y los socialistas. Así, instó a Fernández Mañueco, presidente del PP de Castilla y León, a no enviar «emisarios» a «amenazar» a los ediles, tras el «ridículo estrepitoso» que en su opinión ha hecho el secretario autonómico del PPCyL, Francisco Vázquez, similar a su juicio al hecho por el presidente de las Cortes, Luis Fuentes, con la Fundación Villalar, convertida en una «comisión de fiestas».

El presidente de la Junta insistió en que se trata de un tema «complejo», que no respaldan las tres fuerzas mayoritarias de las Cortes, por lo que le recordó que no hay posibilidad de reformar el Estatuto de Autonomía. Además, advirtió de que hasta en la UPL sus miembros no lo tienen claro tampoco, tras asegurar el vicepresidente de la Diputación leonesa, Matías Llorente, de que no se daba el «tempero» para abordar esta cuestión. Ante estas palabras, Luis Mariano Santos exhibió dos fotos, una en blanco y negro de 1984 y otra del domingo, con miles de manifestantes en el centro de León. Según el parlamentario 'leonesista' la diferencia radica a su juicio en que entonces los lideres del PP se pusieron al frente de la pancarta y ahora se esconden entre la gente. Por ello, el procurador rechazó mantenerse en una comunidad con casos de corrupción, que expulsa sanitarios y que ha llevado a la Región Leonesa a un punto de no retorno.

Finalmente, el presidente de la Junta le pidió al parlamentario que no se atribuya la representación del pueblo leonés y remarcó que la despoblación es un problema de estado y europeo, como el cierre de las térmicas y las minas de carbón o el impulso de infraestructuras ferroviarias y viarias. También puso como ejemplo de la intervención de la Junta, junto con el gobierno, la solución a la crisis empresarial de Villadangos del Páramo. Así, lo invitó a determinar los «problemas reales» y le advirtió, tras la llamada de atención del presidente de las Cortes, que no señalara con el dedo porque era de «mala educación».