Santamaría, y no Casado, rentabilizó la debacle de Cospedal en Castilla y León

La comparación de los resultados autonómicos con los estatales arroja que la secretaria general del PP y exministra obtuvo en el conjunto de España el 26% de los votos emitidos por los militantes. Ese nivel de respaldo bajó en Castilla y León hasta el 9,94%. Cospedal se dejó 16 puntos de apoyo en la tierra de Soraya Sáenz de Santamaría y de Pablo Casado. Pero mientras el diputado por Ávila pasó de un porcentaje de voto del 34,3% en todo el territorio nacional a un 36,2% en la comunidad, la dirigente vallisoletana logró el 50,1% de las papeletas de Castilla y León, trece puntos más que el apoyo que ha recibido de media en el país, que se situó en el 36,9%.

El porcentaje de inscritos en la comunidad para votar respecto del total de afiliados declarados por el partido se situó en el 13,3%, pero de esos 6.609 posibles votantes acudieron a las urnas 5.706 (a los que obtuvieron los precandidatos hay que añadir 2 nulos y 6 en blanco), el 86,3%. Y hubo seis provincias en las que esa participación fue superior. En Ávila rozó el pleno. De los 580 inscritos votaron 575, el 99,1%. Le siguen Zamora, con el 98,11%, provincia que lidera el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, y en la que el apoyo a Sáenz de Santamaría supero el 77% del recuento, y Segovia, con el 92,5% de participación. No alcanzan la media Salamanca, Soria y León.

«Valladolid es sorayista. Soraya Sáenz de Santamaría ha ganado de forma contundente en Valladolid, en Castilla y León y ha ganado en España. Los afiliados han dicho que la presidenta tiene que ser Soraya Sáenz de Santamaría y ese tiene que ser el compromiso de los compromisarios», resumió ayer Jesús Julio Carnero, presidente del PP de Valladolid. Cualquier otro resultado en el congreso nacional que tendrá lugar dentro de dos semanas sería, a juicio del dirigente vallisoletano, «empañar» lo que han manifestado los afiliados. Carnero fue de los primeros dirigentes en salir ayer a defender que no concibe otra presidenta de Sáenz de Santamaría, pero con una candidatura de «integración con el segundo y la tercera», con Casado y Cospedal. El llamamiento a la negociación de una lista única para el congreso nacional arreció a lo largo de la jornada ante el imprevisible desenlace de una cita en la que 3.184 compromisarios depositarán su papeleta en urnas, con lo que ello implica de libre albedrío frente a la disciplina de voto que quieran marcar las direcciones provinciales o autonómicas en el ejercicio del elegir presidente entre dos candidatos que salen de la votación de los afiliados con una diferencia muy estrecha.

De los 3.184 compromisarios, 2.162 fueron elegidos el jueves por los afiliados. Castilla y León aportará 350, de los que 278 fueron elegidos el jueves. El resto son miembros natos, un selecto grupo integrado por responsables orgánicos del partido, diputados, senadores y presidentes de diputaciones o portavoces parlamentarios, entre otros. Los electos no suelen ser afiliados sin más. Los que se presentan con posibilidades de salir son militantes activos, cercanos en muchos casos al entramado de las direcciones provinciales. «Hay libertad de voto para elegir a estos compromisarios, pero se suelen dar indicaciones a los afiliados. No todos ellos apoyarán luego en el congreso lo que diga el aparato del partido, pero entre un 80% y un 90% si seguirán esa doctrina», explica un cargo popular.

«La mayor parte de los afiliados que votaron (el jueves) verían con buenos ojos una candidatura de unidad», expresó Francisco Vázquez, número dos de Alfonso Fernández Mañueco en el PP de Castilla y León. Por su parte, Juan Vicente Herrera expresó su confianza en que los dos candidatos a la Presidencia del PP sepan asumir la labor que tienen por delante para conseguir que la formación salga fortalecida del próximo congreso extraordinario. «Son paisanos, son amigos y hermanos nuestros y son personas que han demostrado su sentido de la responsabilidad», informa Ical.