Sanidad rectifica: ni cerrará consultorios rurales ni el enfermero sustituirá al médico en Castilla y León

La Consejería de Sanidad insiste en que ese no es el plan. «Ni se van a cerrar consultorios ni se les va a quitar el médico ni los enfermeros tendrán que asumir nuevas funciones o sustituir al médico», asegura Casado.

Así explica que el proyecto «sale de los resultados de los grupos de trabajo del Consejo Autonómico de Salud de Castilla y León y las conclusiones eran claras: «No se puede mantener la actual organización ni por los profesionales ni por los pacientes».

«No es tampoco una reestructuración como la de 2014 que vaya a cambiar médicos y cupos, sino un nuevo modelo asistencial que conlleva una planificación, una evaluación, correcciones y más pilotajes».

Actualmente, una determinada zona tiene un buen número de consultorios con horarios reducidos determinados días a la semana. Y estos consultorios y su personal sanitario están ligados al centro de salud de referencia y al hospital que le corresponda en la ciudad. El nuevo plan crea una estructura intermedia, que se suma a todas las actuales, y una organización de los consultorios rurales en torno a la misma y con similar nomenclatura que la establecida para los centros escolares.

Varios, no uno solo, consultorios agrupados concentrarán el personal médico y de enfermería de un buen número de consultorios de distintos pueblos. Estarán técnica e informáticamente más dotados para ser más resolutivos y al tener al menos dos facultativos y otros tantos enfermeros, aunque cada uno tenga su cupo de pacientes, si uno sale a un aviso siempre estará el otro.

El paciente que precisa consulta pide cita en dicho consultorio que tiene un horario completo. La solicita con su médico o su enfermero, o con ambos. Y el paciente se desplaza a unos kilómetros en vez de esperar al día de la semana y hora en que el médico se acercaría a su pueblo. Con ello se persigue que un médico o un enfermero no hagan kilómetros innecesarios a veces para no atender a nadie. Sacyl estima, por los datos de frecuentación que maneja, que la demanda de enfermería será mayor porque en los pueblos, con población envejecida y enfermedades crónicas, lo más frecuentes son curas y cuidados propios de estos profesionales. De esta forma, asegura Sanidad, el consultorio seguirá abierto por si algún paciente reclama que se traslade al médico al igual que puede pedir una cita a domicilio. De hecho, la asistencia espontánea y de urgencias se parecerá a la actual;pero la programada conllevará el desplazamiento del usuario. La forma: «Pues está pendiente de ver que hay en cada zona. Autobús, taxi, ambulancia o todo, depende», destaca Casado.

Asegura así la responsable sanitaria que «cada médico mantiene a sus pacientes, tiene su cupo y también cada enfermero; pero no queremos médicos sin hacer nada en un consultorio porque ese día no fue nadie. Y nada cambiará en las condiciones laborales y funciones de los enfermeros».

En cuanto a las consultas no presenciales y por teléfono, Casado explica que «no hay que confundir las cosas, es solo un soporte más, un paciente puede tener dudas de medicación o sus resultados de una analítica son normales y debe seguir igual. Entonces ¿para qué hacerle ir el médico, es suficiente con llamar al paciente e indicarle que siga con el tratamiento».

Aliste pilotará, antes del próximo verano, este plan para 4.735 tarjetas sanitarias de 13 municipios y 62 localidades con un centro de salud y 54 consultorios. Sanidad estudiará con los profesionales y alcaldes de la zona cuantos, probablemente entre 3 y 8, consultorios agrupados de referencia creará. Tras su evaluación durante varios meses, cuyo número dependerá sobre todo de cuando empiece porque «queremos estudiar temporada de invierno y verano». Después, tras su valoración si se decide extenderlo se incorporarán progresivamente más pilotajes, hasta uno de por área durante otros meses y nueva evaluación.

César Blanco

«No se puede decir que se van a cerrar consultorios», critica el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Segovia. Enrique Guilabert se muestra partidario de concentrar la atención en «algunos núcleos de población que son de referencia, no tanto en los centros de salud» y matiza que esta medida debe ir acompañada de «un transporte para los desplazamientos que sea ágil, accesible, confortable».

Además, reivindica que, de acometer la reordenación, se potencie el aviso domiciliario y que un médico y una enfermera acudan a casa del paciente cuando este lo requiera. El mayor enfado que ha generado en la institución colegial el anuncio de la Junta es la atención de los consultorios por parte del personal de enfermería. A este respecto, Guilabert es tajante: «si no ha médico, no hay consultorio». «Otra cosa sería engañar a la gente. Tienen que tener su médico y su enfermera, son complementarios».

A Guilabert no le han gustado las formas de la Consejería de Sanidad, a la que recrimina que no cuente con los profesionales para definir una reestructuración en el primer nivel asistencial por la que ha abogado desde hace tiempo.

I. G. Villarroel

El nuevo proyecto ha generado las primeras críticas entre vecinos y alcaldes en la provincia de Soria, una de las provincias más atomizadas de Europa, con 88.600 habitantes repartidos por 10.300 kilómetros cuadrados. Además de mucha incertidumbre, los alcaldes del medio rural se han tomado la pretensión de agrupar la atención sanitaria en consultorios de referencia, no como una forma de evitar el desplazamiento de médicos y enfermeros a centros rurales con pocos pacientes para recortar gastos, sino como el preludio del cierre de los núcleos pequeños.

La plataforma ciudadana ¡Soria Ya! es la primera que está harta de que «les digan una cosa en las reuniones y al día siguiente hagan lo contrario». Toño Palomar, portavoz del colectivo, explica que «primero nos salieron con que Igea no quería traer el servicio de radioterapia y Mañueco nos ha manifestado lo contrario, después nos viene Ciudadanos con que no es rentable llevar los servicios básicos a los pueblos de menos de 50 habitantes, y ahora con la reorganización de los consultorios que creemos que es una cacicada más de nuestros políticos».

El alcalde de Barruelo de Santullán (Palencia), Cristian Delgado, ha afirmado que exigirá a la consejera de Sanidad, Verónica Casado, con quien se reúne mañana, que no haga «experimentos» y restablezca el punto de atención continuada que da cobertura a 16 entidades locales de la Montaña Palentina. El alcalde de Barruelo ha mostrado su preocupación por el plan de reordenación de la Sanidad en el medio rural planteado por la Consejería y ha advertido, a través de un comunicado, de que «la única ordenación que toleraran es el restablecimiento del punto de atención continuada».

El alcalde del municipio y los miembros de la Plataforma Valle de Santullán tienen previsto reunirse con la consejera de Sanidad este miércoles para abordar la recuperación de las guardias médicas suprimidas «temporalmente» en el Punto de Atención Continuada de Barruelo de Santullán en julio de 2018.

«Es momento de trabajar conjuntamente para resolver los problemas y no de hacer experimentos en los pueblos como el que presido, porque nos van a tener enfrente», ha advertido Delgado, quien ha añadido que no tolerará que sean vecinos de tercera.

Las críticas sindicales se suceden. Y a los fuertes cuestionamientos de la Cesm este fin de semana se unen ahora Satse, UGT y Coag. Los primeros han pedido una reunión urgente con la consejera de Sanidad, Verónica Casado, para abordar el cambio de modelo.

Satse recuerda que existen antecedentes judiciales que respaldan que no se pueden llevar a cabo pilotajes que supongan una modificación de las condiciones laborales de los trabajadores.

Por su parte, UGT ha pedido a Casado que «paralice su excéntrico plan» para reformar la Atención Primaria rural, del que han trascendido «tal cantidad de variables desconocidas» que lo convierten en un «experimento sociológico de aguante ciudadano». «Consultorios sin médicos, enfermeros haciendo funciones ¿de?, transporte a la demanda, taxis, bus ambulancias, representan tal cantidad de variables desconocidas cuya solución, visto lo visto, inclina a pensar que todo es susceptible de seguir empeorando», ha observado el sindicato.

Y Coag ve en la centralización de la atención rural un «eufemismo» para ocultar su desmantelamiento.