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El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, estrenará en breve vivienda oficial en Valladolid después de que la Junta haya decidido no renovar el contrato antiguo que mantenía con el propietario del piso del paseo de Recoletos, un inmueble que ha sido ... utilizado desde 1985 por los sucesivos presidentes del Gobierno autonómico que tenían su residencia permanente en otras provincias de la comunidad y necesitaban un espacio privado donde alojarse y pernoctar, cuando fuera preciso por motivos de trabajo, en Valladolid.
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El último recibo que abonó la Junta por el piso de Recoletos fue de 3.121 euros al mes, una cifra que engloba la renta y los gastos de la comunidad. El nuevo contrato de alquiler que se va a firmar por la otra vivienda, que fuentes de la Administración regional califican de «más modesta», será de 1.460 euros al mes y por los mismos conceptos. Ni la ubicación ni las características del inmueble se han facilitado por motivos de seguridad, pero sí se insiste en que el presidente utilizará esta vivienda exclusivamente cuando tenga que quedarse en Valladolid por motivos de trabajo o de regreso de algún viaje protocolario, cuando tenga necesidad de pernoctar o de descansar por unas horas. «El uso que hará, dado que mantiene su residencia familiar en Salamanca, será para responder a las necesidades de trabajo y representación propias de su cargo», se subraya desde la Junta. Fundamentalmente, para dormir aquellos días en los que, como el pasado jueves, llegó a su casa de Salamanca a las dos de la madrugada después de asistir a un acto público en Soria, explican.
En agosto pasado, cuando se supo de la intención del presidente de las Cortes, Luis Fuentes, que asimismo reside en la provincia de Salamanca, de dar uso al apartamento presidencial de la sede del Parlamento autonómico, también por necesidades del trabajo, desde la Junta se indicó que Mañueco iba a mantener su domicilio en la capital salmantina, aunque «ocasional y puntualmente» utilizaría la vivienda del Paseo de Recoletos de Valladolid. «El presidente no está buscando casa, no es algo urgente», afirmaron entonces. Sin embargo, la situación ha cambiado porque, al parecer, el inmueble, aunque muy céntrico, está anticuado y necesitaría una rehabilitación a fondo para adecuarse a las necesidades actuales de habitabilidad, lo que supondría un coste importante. Ese es el motivo por el que se ha decidido rescindir el contrato y buscar otra vivienda oficial para el presidente.
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