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ricardo rábade / word
Domingo, 2 de febrero 2020, 14:17
El concepto de estrategia se impone cada vez más en el tejido empresarial con la idea de articular una metodología con la que alcanzar y colmar con éxito los principales objetivos y desafíos. Las empresas conjugan cada vez más las diferentes variables que se encuadran dentro de ese gran concepto que es la estrategia y últimamente otras instituciones, como es el caso de las universidades, se adentran también por esta nueva senda.
La Universidad de Salamanca auspició el pasado otoño, de manos de su rector Ricardo Rivero, su Plan Estratégico para el periodo 2020-2023 y ahora le ha tocado el turno a la otra universidad salmantina: la Pontificia.
Tras la presentación el pasado 23 de enero por la rectora de la UPSA, Mirian Cortés, a los miembros del Claustro de los contenidos del PlanEstratégico de la Universidad Pontificia para el perdido 2020-2024, el documento confeccionado ya puede ser consultado tanto por los miembros de la comunidad universitaria como por cualquier ciudadano. Para ello, basta con acceder al enlace instalado en la página web de la Universidad Pontificia relativo al PlanEstratégico 2020-2024, que responde a la filosofía consistente en sentar las bases para el desarrollo del proyecto universitario, tal como se refleja en la primera página del documento.
En la introducción del mismo se señala que Plan Estratégico de la UPSA 2020-2024 pretende convertirse en «una guía general de actuación» para la Universidad Pontificia durante el próximo cuatrienio. Como tal, aspira a ser una referencia clave para la puesta en marcha de acciones concretas que ayuden a conseguir el gran objetivo de aunar el prestigio ganado a través de la historia de la Pontificia con la capacidad de adaptación al cambio, «verdadero signo de nuestro tiempo» y así procurar «la estabilidad futura».
El documento pone de relieve que tras «el complejo proceso» de adecuación al Espacio Europeo de Educación Superior, de cuyo inicio se cumple ahora una década, la mayor parte de las titulaciones oficiales de la Universidad afrontaron entre los años 2016 y 2018 los importantes procesos de renovación de acreditación establecidos por las leyes universitarias españolas. «Superado el desafío con éxito y, por tanto, asegurado el núcleo de la oferta formativa actual, es el momento de poner la mirada en el horizonte y abordar un estudio de posicionamiento de las titulaciones de la UPSA y de identificación de oportunidades», se especifica en la jugosa introducción del documento presentado el 23 de enero al Claustro.
El Plan Estratégico 2020-2024 surge también para que la Universidad disponga de «políticas que permitan sentar los pilares de un crecimiento que estabilice y potencie su presencia en el sistema universitario español y en la educación superior internacional», de manera que «dichas políticas solo podrán ser coherentes y eficaces» si, en primer lugar, la Universidad Pontificia «traslada sus señas de identidad a la definición de misión, visión y valores que la dotan de sentido».
En realidad, el Plan Estratégico se vertebra en torno a tres ejes transversales de actuación que definen sus contenidos principales (interdisciplinariedad, innovación e internacionalización), sus objetivos (desarrollo, diversificación y diferenciación) y los medios para alcanzarlos (titulaciones, transparencia y buen gobierno y transformación digital).
En el ámbito de la interdisciplinaridad, en el documento se ahonda en la necesidad de impulsar la transversalidad en la formación de los estudiantes. Por ese motivo, la UPSA otorgará a las titulaciones que puedan incorporarse al catálogo actual «un matiz transversal que confiera a los estudiantes habilidades fundamentales y competitivas en cualquier entorno profesional». De igual modo, se analizará la oferta actualmente vigente en cada centro para «modular itinerarios que doten a los alumnos que así lo deseen de las competencias asociadas a perfiles profesionales novedosos y/o especialmente demandados y que requieran formación complementaria en disciplinas de titulaciones diferentes a las que están cursando».
En relación a la innovación, en el documento se apuesta de forma decidida por la creación de nuevas plataformas que den soporte a todas las metodologías de enseñanza, así como por incentivar el uso de métodos formativos por proyectos (LAB), la incorporación de nuevas titulaciones con metodologías innovadoras que permitan a los estudiantes generar proyectos transversales o a largo plazo, y en cuya materialización resulte útil la configuración personalizada del plan de estudios, amén de la orientación al alumno hacia «una síntesis entre la reflexión y la acción» para hacer patente la utilidad de sus estudios, su aplicabilidad y conveniencia durante su proceso de madurez intelectual.
Respecto a la internacionalización, la UPSA apostará durante los próximos años por mejorar el perfil internacional tanto del personal docente e investigador como de los estudiantes, propiciando intercambios que enriquezcan las propuestas culturales.
Dentro del segundo gran eje del documento, los autores delPlanEstratégico llegan a la llamativa conclusión de que la Pontificia debe cambiar el modo en el que gestiona su cartera de postgrado, dotándola de una relevancia estratégica de primer orden. Esta formación estará dirigida tanto a los jóvenes que desean especializarse en ámbitos concretos tras finalizar sus estudios de grado, como a los profesionales en activo que, tiempo después, requieran herramientas útiles ligadas a la formación continua.
De este modo, la UPSA asumirá durante el próximo cuatrienio el impulso en «la generación de nuevas propuestas y el fortalecimiento de algunas ya existentes» hasta lograr una proporción deseable de la oferta que destine el 40% de las titulaciones al grado y el 60% al postgrado. Además y con el fin de aumentar las probabilidades de éxito, se priorizarán aquellas modalidades semipresenciales y a distancia que complementen, «con rigor y coherencia» la experiencia acumulada durante casi ochenta años de enseñanza presencial, asumiendo que el futuro pasa por un progresivo equilibrio de la oferta presencial y la oferta on line.
En lo que se refiere al capítulo correspondiente a la diferenciación, se aboga por «el reposicionamiento de la marca UPSA», entendida como «el conjunto tanto de los valores profundos que la definen como de los signos que la representan y la hacen única». Por ello, en el Plan Estratégico se percibe un claro rechazo hacia «una concepción meramente utilitaria u oportunista del marketing», apostándose por «la definición más auténtica», de manera que «resulta clave colocar al alumno» en el centro del proyecto educativo que abandera la Pontificia salmantina.
En las páginas del documento también se defiende, dentro del aparato de la diversificación, el desarrollo del campus madrileño de la Pontificia, que ha de ser simultáneo al fortalecimiento del salmantino, «pues ello nos permitirá unir lo mejor de ambos mundos». Mediante una «combinación inteligente» de los dos campus se pretende hacer compatible una formación intelectual sólida de base humanista con el desarrollo de competencias prácticas que faciliten el acceso al mercado laboral. Es decir, una vigorosa combinación entre «reflexión y acción».
La UPSA entiende que Madrid es una plaza de especial relevancia nacional e internacional por su cuantiosa oferta y su capacidad para atraer estudiantes de distintas procedencias, por lo que resulta necesario que el modelo de educación superior que representa la UPSA «tenga voz en Madrid, puesto que posee importantes cualidades diferenciales que han de ponerse al alcance de todos los interesados posibles».
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