El 30% de las personas afectadas por cáncer (tanto pacientes como familiares) en Castilla y León necesitó tratamiento psicológico en 2018, es decir, 14.971 personas de las 49.904 personas afectadas. Así lo desvela el estudio del Observatorio del Cáncer de la Asociación ... Española Contra el Cáncer (AECC) 'Informe sobre la atención psicológica a pacientes de cáncer y familiares en España', que ha sido presentado este lunes en un encuentro informativo previo al VIII Foro Contra el Cáncer y con motivo de la celebración hoy, 4 de febrero, del Día Mundial del Cáncer, informa Ical.
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El informe expone las características del impacto psicológico del cáncer en las personas afectadas por la enfermedad, las diferencias entre apoyo emocional y atención psicológica especializada, el perfil de pacientes y familiares que solicitan este tipo de atención en la AECC, la eficacia de esta y la situación de la atención psicológica especializada en el Sistema Nacional de Salud (SNS) dentro del ámbito hospitalario.
Asimismo, este estudio denuncia que Castilla y León no tiene vigente su plan en cáncer. Además, según resalta, los hospitales de la región atendieron psicológicamente solo a un 6,5% (981 personas) del tota. Estas necesidades las palió, en parte, la AECC, que atendió a un 23% de la población que precisaba esta ayuda, 3.402 personas, de las que 2.132 eran pacientes y 1.270, familiares.
Por provincias, la AECC prestó servicio a un 20% de los afectados en Ávila, 209 de un total de 1.009 personas; en Burgos, a un 25%, 527 de 2.125 personas; en León, a un 5,6%, 165 de 3.021; en Palencia, a un 30%, 303 de 1.021; en Salamanca, a un 17,5%, 371 de 2.119; en Segovia, a un 42%, 376 de 888; en Soria, a un 30%, 170 de 561; en Valladolid, a un 25%, 736 de 2.976, y en Zamora, a un 44%, 545 de 1.250 personas.
La primera gran conclusión mostrada en el informe es que, en España, el 94% de las comunidades autónomas o no ofrece tratamiento psicológico especializado a pacientes y familiares o es insuficiente. En cuanto a los hospitales públicos, la proporción es que el 48% de ellos tampoco ofrece atención psicológica y en el 52% restante es insuficiente.
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Sin embargo, todos los planes autonómicos o estrategias dedicadas a cáncer, al igual que la Estrategia Nacional en Cáncer del SNS, hacen referencia a la necesidad de brindar apoyo psicológico a pacientes de cáncer y sus familiares. Como dato, pese a este reconocimiento, cuatro comunidades autónomas (Islas Canarias, Cantabria, Islas Baleares y Murcia) no poseen planes en cáncer y, de aquellas que lo poseen, casi en la mitad (el 46 ciento) no están vigentes, como es el caso de Castilla y León, según informaron fuentes de la AECC.
Se estima que, en el 30% de los casos nacionales, las personas afectadas desarrollarán algún tipo de trastorno psicopatológico que necesitaría tratamiento especializado. Se calcula que actualmente en España hay cerca de 236.000 personas afectadas por la enfermedad que necesitarían este tipo de tratamiento especializado.
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Por otra parte, la AECC defiende un modelo de atención integral y multidisciplinar donde el tratamiento psicológico especializado esté integrado en el cuidado habitual como un elemento más de calidad asistencial a las personas afectadas por el cáncer. Sin embargo, y según el informe 'Necesidades no clínicas de los pacientes con cáncer y acompañantes en España: una visión multidisciplinar', presentado por la Fundación ECO y la AECC en 2018, esta necesidad no siempre está cubierta, ya que solo el 21,3% de los profesionales de la oncología médica y el 31,4% de las enfermeras y enfermeros dicen ofrecer y derivar al servicio de atención psicológica de manera rutinaria.
Ante esta situación, la AECC cree necesario que las personas afectadas por el cáncer tengan cubiertas sus necesidades de atención psicológica y que el sistema garantice, como mínimo, la evaluación de los niveles de distrés -tanto de pacientes como de familiares- desde el primer momento del diagnóstico y el acceso a tratamiento psicológico especializado cuando lo necesiten.
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Por tanto, la AECC solicita que en el proceso de atención a las personas con cáncer y sus familiares se incluya necesariamente la medición del distrés o malestar emocional como el sexto signo vital después de la temperatura, presión arterial, pulso, frecuencia respiratoria y dolor, incorporándose a la historia clínica tanto del paciente como del familiar que acompaña habitualmente a la persona enferma. También, piden la derivación a atención psicológica especializada cuando el grado de distrés identificado indique la necesidad de este nivel de intervención. Al tiempo que solicitan que se garantice la cobertura de la necesaria atención psicológica especializada para pacientes y familiares, bien con los recursos propios del sistema o bien integrando los recursos asistenciales que ofrecen entidades sin ánimo de lucro, como la Asociación Española Contra el Cáncer.
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