Secciones
Servicios
Destacamos
R. Briongos
Madrid
Miércoles, 8 de junio 2022, 14:09
Si hubiera que resumir la personalidad del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación con un solo término ese sería el de la prudencia. Luis Planas (Valencia 1952) fue diplomático antes de ministro y eso ha quedado fijado en su carácter. Sacarle un titular jugoso es ... misión imposible porque huye de las frases explosivas, elude cualquier tipo de enfrentamiento con sus adversarios políticos y no se altera ante las críticas. Aún así defiende con vehemencia la labor que se lleva a cabo en el Ministerio que dirige y tiene muy claro que el futuro del campo pasa por conseguir explotaciones agrarias rentables, pero también comprometidas con la sostenibilidad ambiental. No se moja tampoco con respecto a la prohibición de matar lobos al norte del Duero, pese a entender la preocupación de los ganaderos, y solo se enciende un poco ante la posibilidad de que Vox intente cambiar en Castilla y León el protocolo sobre la tuberculosis en las vacas para no sacrificar a todos los ejemplares de una granja si se da un caso. «Que no intenten hacer política cortoplacista en materia de sanidad animal cuando lo que están en juego son nuestras posibilidades de puesta en mercado y nuestras exportaciones», subraya.
Estamos un momento muy singular. Por una parte las consecuencias de la sequía y por otro la guerra de Ucrania y sobre ambas estamos actuando. Sobre la primera, se ha determinado la rebaja de un 20% en el importe de los módulos en la estimación objetiva singular, en lo que se refiere al IRPF. También la cancelación del IBI. Hace 45 días hicimos una perspectiva que la cosecha de cereal podría situarse este año en 23 y 25 millones de toneladas, posiblemente las altas temperaturas van a disminuir ese rendimiento, pero de ahí a considerar que va a ser catastrófico hay una distancia. Hay que seguir la situación muy de cerca para, a partir de ahí, ver las medidas que se adoptan.
Esta es la mejor Política Agraria Común que ha tenido España desde 1986 y especialmente desde que se inició el pago de ayudas directas que fue en 1992. Sin ninguna duda. Están focalizadas a lo que constituye la inmensa clase media de nuestra agricultura y ganadería, familiar y profesional. Castilla y León es la segunda perceptora en fondos de la PAC y va a seguir siéndolo pero aparte hemos incrementado sustancialmente las ayudas al sector ganadero. El resultado va a ser muy favorable teniendo en cuenta además que hemos establecido un pago redistributivo y todos los grandes ejes van a estar cubiertos por unas cantidades económicas similares a las del periodo 2014-2020.
Bueno, cada siete años hay una reforma de la PAC, esta es nueva y eso suscita preocupaciones. Cada uno expresa su opinión, eso me parece legítimo, y hay inquietud, pero eso se va a solventar a partir de 2023 cuando empiecen a solicitarse y a pagarse las nuevas ayudas. Estoy convencido de que va a ser positiva para nuestros agricultores y ganaderos.
No hay sostenibilidad medioambiental si no hay rentabilidad. Las explotaciones tienen que ser rentables, pero la sostenibilidad es absolutamente necesaria, no solo en un contexto de cambio climático como el que estamos, que se refleja en los episodios de fenómenos extremos cada vez más frecuentes en toda la geografía española. Hay negacionistas para todo, también para esto, pero el problema existe. Este es un sector que necesita el apoyo de la PAC, que supone de media el 20% de los ingresos de los agricultores, pero que consigue gracias a su trabajo datos como el de este año que se ha registrado una producción agraria vegetal y animal de 56.400 millones de euros, récord absoluto, y unas exportaciones de toda la cadena del sector agroalimentario de 61.500 millones de euros.
Hay un reciente decreto del Ministerio de Transición Ecológica en relación al control de la aguas y de la posible contaminación por nitratos. Estamos trabajando en el decreto sobre la alimentación sostenible de los suelos, pero para mi lo más importante es cómo hacemos la transición. Es verdad que si uno echa la vista atrás, ya no se utilizan muchos de los productos químicos que se utilizaban hace 20 o 30 años. Se trata de hacer un cambio de cultura, esto exige un trabajo muy concreto. En la nueva PAC vamos a introducir los cuadernos de explotación, que ya no serán físicos sino digitales, donde tendrán que apuntarse la utilización de productos fitosanitarios o los antibióticos en la alimentación animal. Esto nos va a llevar a tener un mayor control de las dosis que utilizan agricultores y ganaderos.
Las explotaciones ganaderas tienen tres niveles de autorización. Hay una ordenación general que le corresponde al Gobierno central. Después las comunidades autónomas tienen competencias en materia ambiental y también compartidas con los ayuntamientos en ordenación del territorio. Lo que hacemos desde el Ministerio es establecer las condiciones generales, que tenemos ya en el tema del porcino y avícola y estamos trabajando en el vacuno; es decir, el número máximo de cabezas que puede tener una explotación. Somos uno de los países de la Unión Europea donde existe un mayor control al respecto y nuestros tamaños medios de explotación no son los mayores.
Lo hemos situado en una horquilla entre 700 y 800 cabezas. Está en consulta pública y a partir de ahí saldrá la cifra definitiva. Es una materia sujeta a debate. Hay quien considera esa cifra demasiado alta, y quien la ve demasiado baja.
No me corresponde a mi como ministro pronunciarme porque no tengo ninguna competencia sobre el tema. El modelo que nosotros defendemos es el de una ganadería familiar y profesional y esa es la clave del futuro. Lo importante es tener explotaciones que cuidando el medio ambiente y siendo rentables creen empleo y estén vinculadas al territorio. El que menciona no me parece un modelo de los que, crean posibilidades para que exista, desde el punto de vista de la diversidad productiva, un número de granjas vinculadas al territorio pero la competencia para autorizarla es de la Junta de Castilla y León.
El decreto no entra en vigor hasta su aprobación definitiva y su publicación. Si hay anteriormente granjas en regla con una dimensión diferente no están afectadas. Pero reitero, hay un elemento fundamental que es la ordenación del territorio y la cuestión ambiental y esto es competencia plena de la comunidad autónoma.
Como ministro soy tremendamente prudente, en especial en lo referente a sanidad animal. Con eso no se juega. Hay una normativa nacional y una europea muy estrictas. Gracias al esfuerzo del sector ganadero, al de las administraciones públicas y al de los veterinarios tenemos hoy uno de los estándares más elevados de la Unión Europea. En los años 80, en España teníamos peste porcina africana y otras enfermedades y hemos conseguido dejar todo eso atrás. No quiero juzgar ningún caso concreto, pero hago una llamada a la responsabilidad: que no se tomen decisiones que al final van a perjudicar a los ganaderos. Que no intenten hacer política cortoplacista cuando lo que están en juego son nuestras posibilidades de puesta en mercado y nuestras exportaciones. Cualquier incidente en materia de sanidad animal produce un efecto de freno a nuestras exportaciones.
No quiero juzgarlo. En esta materia nos jugamos mucho y no es cuestión de una comunidad autónoma sino del conjunto de España. Las consecuencias no son territoriales, sino que afectan al conjunto del sector.
Hay un buen dato. Hace poco se hacía público el censo agrario de 2022 y en relación al de 2009 el avance ha sido importante. Hace 13 años había un 21% de titulares efectivas de explotaciones y ahora son ya el 28%. El papel de la mujer es clave en el sector agrícola y ganadero y se va primar con la nueva PAC, que incluye un pago suplementario en relación con la incorporación de jóvenes. También he comentado con los responsables de las cooperativas agrícolas la necesidad de que sus órganos directivos reflejen la composición social de las propias cooperativas.
Bueno es muy poca la superficie. Apenas el 0,7% y que se debe a un ajuste en la superficie de los pastos. Yo creo que se debe a que el de 2009 era un censo por estimación en buena parte de los datos y el de 2022 tiene mediciones reales. De hecho, los grandes datos de este censo destacan un descenso en el número de explotaciones y un incremento de su tamaño medio.
Hay 109.000 puestos vacantes en diferentes sectores en nuestro país. Es una llamada de atención a las empresas, desde el punto de vista de las condiciones laborales, pero también de la formación y del acceso al mercado de trabajo. Hablo con muchos empresarios agrarios de toda España y me trasladan, efectivamente, que tienen dificultades en encontrar trabajadores sobre todo en las épocas de cosecha. Muchos trabajadores del sector primario han pasado a la construcción o al sector servicios. No es un problema únicamente español, lo he constatado con los ministros de Francia, Alemania o Italia.
Es difícil juzgarlo. El trabajo en el campo es duro. Se han incrementado los salarios pero es cierto que nos encontramos con tablas inferiores a los de Alemania, aunque también superiores a otros países como Bulgaria. Toda la regulación de la reforma laboral es un intento de estabilización.
Yo creo que está funcionando bien, tanto desde el punto de vista de la creación de empleo como de la estabilización. Pero la reforma laboral supone un cambio, y siempre que hay un cambio hay preocupación.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.