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El agua marca su propio calendario y mañana sábado se cierra oficialmente el año hidrológico y con él, la campaña de riego. El propio presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), Juan Ignacio Diego matiza: «El cierre de campaña se ha venido haciendo escalonadamente ... en un año muy difícil en el que el trabajo de planificación y coordinación ha sido constante». Es cierto que sistemas como el Carrión o el Pisuerga cerraron sus compuertas hace tiempo o más recientemente el Órbigo.
Hay ocasiones en los que los datos están muy bien para las estadísticas o para dar una idea general de la situación. El sistema Duero, con una capacidad de 2.877,5 hectómetros cúbicos, almacena ahora mismo 626,8 hectómetros, es decir, el 21,8% lo que supone que «se encuentra casi a la mitad de lo que se puede considerar como un año normal si se atiende a que la media de los últimos 10 años es de 1.146 hectómetros», aclara el presidente.
Pero más allá de los datos están las personas, y la sequía de este año pocas explicaciones requiere para José Luis Marcos, vicepresidente del Bajo Carrión y de Asaja Palencia. «En mi caso son ya 22 años como agricultor y no he visto nada igual pero mi padre, que tiene 70 años, tampoco recuerda un año igual de malo como este».
Está claro que lo de atrás ya no tiene solución pero son muchos los agricultores que se encuentran en el punto de partida. «Iniciamos la campaña mal, con muy poco agua y después, la climatología se ha negado y se sigue negando» por lo que «de cara al año que viene ya existe mucha preocupación porque nuestro año agrícola empieza en El Pilar con la sementera y mucha gente volvemos a estar con la incertidumbre de qué sembramos».
Preocupa el regadío pero por encima está el consumo de boca y «hay muchos pueblos de Palencia a los que la Diputación les está llevando cisternas porque dependen de manantiales o pozos artesianos de nivel muy bajo y que no tienen agua».
En la CHD tampoco tienen una bola de cristal y los escenarios pueden ser muchos en función de lo que pueda llover y es que aunque no lo parezca, el otoño está aquí desde hace días y se supone que es un periodo húmedo. Al menos, hace años así se estilaba.
Juan Ignacio Diego insiste en algo que ya se ha venido haciendo a lo largo de todo el año: la planificación mes a mes. «La planificación es continua y en función de las entradas de agua que se produzcan se estudiarán las alternativas». En esta campaña que ahora termina, «hemos ido mes a mes trabajando con los datos de entradas y hablando con los sistemas para ir ajustando y poner a su disposición el mayor agua posible».
La CHD acogió ayer una reunión entre su presidente, Juan Ignacio Diego, y representantes de la Asociación de Comunidades de Regantes-FERDUERO para avanzar en el proceso de debate que permita alcanzar un Pacto Nacional por el Agua. De este modo, comienzan los encuentros en esta demarcación.
En los próximos días los representantes de la CHD mantendrá un encuentro con los representantes de los diferentes sistemas para hacer una valoración final a pesar de que «es más bien algo que se hace todos los años, un trámite, pero todos sabemos lo que ha habido», concluye José Luis Marcos.
Para el presidente de la CHD hacer una valoración global de la campaña de riego es «muy complicado» y rápidamente se entiende porque «no toda la cuenca ha tenido el mismo comportamiento» y aunque la sequía ha sido generalizada no ha tratado a todos por igual. «Hay siete sistemas de explotación que están en situación de emergencia, la zona noroeste; los del sur no están en esa situación y así se aprecia en el Tormes o el Águeda que no tienen una situación tan dura».
Los extremos pueden ser varios y para algunos sistemas ha sido el año más bajo en lo que a entradas se refiere a pesar de que el dato en pluviometría no sea el peor pero el ingreso de agua ha sido muy bajo por la forma de las precipitaciones.
Juan Ignacio Diego concluye que «el terreno está muy seco y las últimas lluvias, que tampoco han sido muy abundantes, no han provocado las escorrentías que permite la entrada de agua».
Lo que parece claro es que tiene que llover, y mucho, para darle la vuelta a la situación actual. En opinión del presidente «tiene que llover como un año normal para que se recuperen los embalses y podamos atender los abastecimientos».
Otros años, a pesar del cierre del año, la campaña de riego se ha extendido más porque había agua disponible. En esta ocasión, es el fin para todos.
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