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l.m.torres
Domingo, 11 de junio 2017
El alcalde de Valladolid, uno de los mayores defensores del liderazgo de Pedro Sánchez, prevé un congreso “tranquilito” con una mayoría clara en torno al secretario general, de quien dice que no tiene ataduras y es una oportunidad para devolver a la ciudadanía la soberanía ... plena, desde un proyecto nítido de izquierdas. “El PSOE ha vivido tiempos en que algunos gigantes parecían pigmeos. Ahora los pigmeos han recuperado su tamaño real. Pedro se va a rodear de un equipo de gigantes, no de pigmeos”, dice de manera gráfica Óscar Puente en una entrevista con Ical, en la que reflexiona sobre cómo llega su partido al cónclave de la próxima semana, su futuro en la nueva dirección, los retos para recuperar la confianza de los ciudadanos y el momento de los socialistas de Castilla y León. Ve el regidor que están en la dirección correcta hacia el cambio político en la Comunidad con Luis Tudanca, al que respalda como líder. “Tuvimos malos referentes en un mal escenario; momentos con malos referentes y buen escenario y algún momento en el que no sé si tuvimos malos referentes”, describe la trayectoria del PSCyL.
-El lema del Congreso ES ‘Somos la Izquierda’. ¿Abandona el PSOE el centro?
-Todo es mucho más complejo que situar la política en términos geográficos de izquierda, derecha o centro. Lo que ocurre es que hoy avances que habíamos conseguido en materia social están en retroceso y en riesgo. Durante un tiempo la socialdemocracia creía que había ganado la batalla y que el Estado del Bienestar ya estaba consolidado y eso no es así. Hoy hay mucho terreno por conquistar, y al PSOE le toca asumir el rol que asumió en los 80, que es reconquistar los derechos cívicos y los sociales de la ciudadanía en un escenario completamente distinto, mucho más complejo. Hay que volver a apelar a la izquierda, no porque el PSOE se radicalice, sino porque cree que la lucha de los 80 vuelve a cobrar sentido y hay de nuevo mucho terreno que recuperar.
-¿En un mundo globalizado, se puede hacer compatible mantener la competitividad de la economía y recuperar los derechos?
-Se puede y se debe. La sociedad desarrollada no va a resistir mucho tiempo la situación por la que atraviesa en este momento. En el mundo actual hay pocas personas que acumulan una cantidad enorme de riqueza y otras muchas que ni siquiera superan una mínima dignidad y eso no se sostiene. No es que se pueda, es que se debe, si queremos realmente sobrevivir como sociedad y evitar que los populismos se abran paso.
-Decía Ángel Hernández hace unos días que hace 30 años el Estado marcaba las reglas a las multinacionales, ahora es al contrario. ¿Está de acuerdo?
-Grandísima verdad que me lleva a una reflexión importante: quien quiera mandar en un partido político, debe ganar unas primarias y quien quiera mandar en las instituciones, tiene que ganar unas elecciones. Lo que no puede ser es que en los partidos y en las instituciones manden quienes no van a las primarias y no van a las elecciones. Y eso es lo que está pasando en este momento en nuestro mundo. El PSOE ha vivido un proceso interno en el que ha habido unas injerencias empresariales terribles que se han inmiscuido en nuestras decisiones. Ahora el PSOE tiene una oportunidad: un secretario general que no tiene ataduras, que no ha sido apoyado por los grandes grupos empresariales, ni de comunicación, ni los prebostes del partido, ni por los barones, ni por los líderes históricos y hay que aprovechar esa oportunidad porque hay que devolverle a la ciudadanía la soberanía plena en la toma de decisiones.
-¿Y con qué mensaje quiere el PSOE recuperar votantes y para diferenciarse de otras propuestas de izquierdas?
-No es tan difícil. Tenemos que aprovechar que la que se denomina ‘izquierda alternativa’ ha decepcionado en cierto modo. El papel de Pablo Iglesias no ha dejado muy satisfecha a mucha de la gente que le ha apoyado y, si uno repasa el año de Podemos en el Parlamento, no ha cambiado nada, más allá de algunos golpes de efecto. El país sigue gobernado por Rajoy y ellos han contribuido en buena medida a que ello sea así. No se han visto planteamientos serios, han dado muchos bandazos y han tenido planteamientos poco edificantes en algunas cuestiones. Eso hay que procesarlo y yo creo que lo que la ciudadanía demanda que haya un partido de izquierdas de verdad, pero que sea serio, que no vaya al parlamento con un bebé a cuestas porque eso no va a cambiar el mundo, pero que vaya con propuestas serias y con ganas de verdad y con intención real de cambiar las cosas. Eso es lo que yo creo que Pedro va a empezar a hacer y se está empezando ya a ver que en el PSOE vamos en serio. La recuperación de la confianza no se va a producir de un día para otro y va a ser necesario un entendimiento porque si no lo hacemos Rajoy gobernará durante mucho más tiempo. En definitiva hay dos premisas que respetar: tratar de hacer un proyecto nítido, de izquierdas y serio y tratar de entendernos con los que tienen que ser nuestros aliados naturales.
-¿Es Podemos populista?
-Yo no creo que haya ninguna fuerza política exenta de algún planteamiento o componente populista. Todo el mundo juega a ello. El PP se abraza a la bandera como si fuera suya y hace algunos discursos sobre la unidad de España como si ellos fueran los únicos defensores. La tentación populista no es exclusiva de Podemos. La derecha tiene populismo para dar y tomar. Lo importante es que en España el populismo no predomine en ninguna formación política, ni haya ninguna formación política que haga del populismo la esencia fundamental de su acción. Eso es lo que tendríamos que intentar evitar que sucediera.
-Respecto al debate territorial, teme que la posición de Pedro Sánchez provoque suspicacias en otras comunidades, como Castilla y León.
-Pedro se sitúa en una posición intermedia, entre el rupturismo y el inmovilismo. No quiere que España se rompa pero tampoco está con los que creen que basta con sentarse y esperar a ver como se resuelve el problema de Cataluña. Se trata de tomar una posición activa y de ofrecer soluciones para que no haya ruptura y para que en España pueda haber una convivencia en la que todos nos podamos sentir más o menos a gusto. Me sorprende que llame la atención que hable de nación de naciones o nacionalidades cuando es un debate del que ya habló Peces Barba en el 78.
-Esta apuesta clara por la izquierda puede beneficiar o perjudicar las aspiraciones del partido en una comunidad como Castilla y León.
-Nunca he pensado que la sociología de Castilla y León sea tan distinta del resto. Aquí la gente pasa penurias igual que en otros sitios. Tengo la sensación de que vivimos un fin de ciclo y no soy el único. Creo que el PP ha resuelto su liderazgo como lo ha resuelto y eso le pone frente a un reto, que es comprobar si el nuevo liderazgo tiene la misma aceptación y el mismo tirón del actual. Es una situación nueva para el PP donde Herrera era un valor sólido y ha resistido muy bien una situación muy complicada para el PP . Ahora entramos en una nueva etapa que les coincide con otro momento complicado desde la ética política en Castilla y León porque encima de la mesa está uno de los escándalos de corrupción más fuerte que se está viviendo en este momento en España, con comisiones que superan los cien millones de euros. Es tremendo. Esta situación, mezclada con el momento político general, sugiere la posibilidad de que estemos ante una posibilidad de cambio en Castilla y León y, por tanto, tenemos que jugar bien nuestras bazas y, desde mi punto de vista, se hace retomando una línea nítida para el PSOE. El ciudadano no está esperando solo si somos más o menos de izquierdas, sino si somos coherentes y consecuentes con lo que defendemos y en eso yo creo que hay una oportunidad.
-Habla de jugar nuestras bazas, ¿Es útil centrar la labor de la oposición en la denuncia de la corrupción?
-A mí no me corresponde hacer oposición en Castilla y León y no he querido hacerlo. Es al Grupo Parlamentario Socialista y a la Ejecutiva regional a quien le corresponde hacer ese trabajo y creo que no debo ser yo quien valore si lo están haciendo bien o mal. Hace una labor de oposición que me recuerda a la que hice yo con León de la Riva, una oposición dura, centrada a veces en la corrupción o los temas judiciales pero es que detrás de los asuntos judiciales hay cuestiones centrales de la vida política, la ética y la limpieza de la gestión. No seré yo quién les diga que deben enderezar el rumbo.
-Después de 30 años de gobierno del PP, ¿es más mérito del partido que gobierna o demérito de la oposición?
-Hay de todo. El gran mérito del PP de Castilla y León ha sido pasar de puntillas, que no se le note, que no se entere nadie de que existe. Aquí durante mucho tiempo la gente ha pensado que la sanidad o la educación eran cosas del Gobierno central y ese es un mérito tremendo que ha tenido el PP, el conseguir digamos pasar desapercibido, ser un gobierno que está ahí, amable, aunque también ha hecho cosas bien. Creo que la derecha de esta Comunidad es una de las derechas más moderadas de este país y eso es incuestionable. Y luego están los deméritos de la oposición, que son muy variados porque como ha habido muchos cambios hay para todos los gustos. Hemos tenido algunos momentos en los que no tuvimos malos referentes pero tuvimos un mal escenario, momentos con malos referentes y buen escenario y algún momento en el que no sé si tuvimos malos referentes. Yo creo que ahora no estamos mal, estamos en una dirección correcta.
-¿Cómo es su relación con Luis Tudanca?
Me llevo muy bien con Luis, tenemos muy buen rollo, muy buena relación y tenemos suficiente cercanía para saber lo que uno piensa sin tener que decir nada.
-El proceso de Primarias ha sido duro y tenso. ¿Alguna lección a extraer para sucesivas citas?
-Ha sido un proceso nada ejemplar, pero muy ejemplarizante, del que se pueden sacar multitud de conclusiones de todo tipo. Si algo se ha demostrado en estas primarias es que en el PSOE todavía mandan los militantes y el que no lo vea está ciego y eso significa que no mandan ni los líderes históricos, ni algunos que se consideraban con un ascendente sobre los militantes que no tenían y tampoco mandan ni los consejos editoriales de ningún medio, ni las empresas. Aquí mandan los militantes: ese es un mensaje que me parece capital. También ha sido un momento en el que ha aflorado la verdad. El PSOE ha vivido tiempos en que algunos gigantes parecían pigmeos y al revés. Ahora los pigmeos han recuperado su tamaño real y es una oportunidad para que los que realmente eran gigantes en el PSOE pero estaban tapados saquen la cabeza y demuestren lo que son. Pedro se va a poder rodear de un equipo de gigantes, de auténticos gigantes y no de pigmeos que yo creo que era como estaba rodeado en los últimos tiempos…
-¿Y el PSOE corre el riesgo de caer en un cierto asamblearismo?
No. El PSOE nunca ha sido un partido asamblearista. Este nuevo enfoque es de que la democracia representativa se ejerza con un poco más de lealtad con aquellos a los que uno representa.
-¿En ese equipo de gigantes que va a hacer Pedro Sánchez, a su juicio, es necesaria una integración de parte de los que perdieron las primarias?
-Lo que tiene que haber es un equipo cohesionado, un equipo que responda a una idea coral, de conjunto, colectiva y donde todas las piezas encajen. Si en esos sectores hay personas dispuestas a encajar en ese equipo fenomenal, pero si lo que tiene que haber es presencia por contentar a algunos o hacer un enjuague de cuotas eso ya se ha demostrado como funciona.
-¿Cree que va a suceder eso?
-Puede que suceda, pero respetando esa premisa. Hay personas que pueden haber estado con Susana, que tienen ganas de colaborar y de entrar en el proyecto y, si son buenas, fenomenal.
-¿Y los dirigentes de Castilla y León que se posicionaron con Susana, cree que deberían dar un paso atrás?
-No soy quién para decirles lo que tienen que hacer, pero tendrán que reflexionar sobre lo que han hecho porque no es descartable que los militantes, que se han visto claramente relegados en la toma de decisiones, a lo mejor la iniciativa de apostar por otros liderazgos con los que se puedan identificar más.
-En este sentido, ¿la sensibilidad que representa Pedro Sánchez dará la batalla en las provincias?
-Pedro no va a alentar ningún movimiento en ningún sitio, no es su cometido, pero tampoco lo va a sofocar. Si en las provincias hay quien tiene ganas de disputarle el liderazgo a los actuales líderes del partido serán los militantes los que decidan. No va a haber injerencias por parte de la Ejecutiva federal en esos procesos.
-Se ha referido en varios momentos a Pedro Sánchez como un líder libre de ataduras, pero llama la atención que todos los secretarios generales anteriores se posicionaron frente a él. ¿Qué análisis se puede hacer de ello porque son dirigentes de diferentes sensibilidades?
-Tienen algo en común que va más allá de las diferentes sensibilidades: una pérdida de perspectiva clamorosa. Felipe, Zapatero, Rubalcaba o Bono son gente a la que en su vida cotidiana no les llevan la contraria. Es gente que tiene una perspectiva que no es la de la calle, que es una perspectiva en el mundo en el que viven y es un alejamiento de la realidad muy grande. Es muy respetable lo que ellos digan pero lo mejor que puede hacer una persona cuando ha dejado una responsabilidad política es mantenerse al margen y como mucho pueden opinar, ahora, esto que hemos vivido de que los que han estado mandando en el partido quieran seguir haciéndolo cuando no tienen el mandato de los militantes eso es inaceptable. El que gobierna es el que se presenta a las elecciones por eso digo, el que quiera gobernar el PSOE que se presente a las primarias.
-¿Le consta que se hayan intentado restablecer puentes con la nueva dirección?
-Pedro es una persona muy conciliadora. Yo no tengo esa virtud. Les ha llamado para que estuvieran en el Congreso y yo no lo habría hecho. Yo sé de llamadas que ha hecho que a mí no me hubiera dado el estómago para hacerlas pero claro, por eso él es el secretario general y yo no. En todo caso, no me parece importante, lo que es importante es que el PSOE vuelva a identificarse con su electorado, no con los líderes históricos. Si nos identificamos mucho con los líderes históricos pero no con la gente que nos tiene que votar seremos una pieza de museo, pero no seremos un partido de masas, de mayorías. Algunos muestran preocupación por que haya mítines sin Zapatero o González y la pena sería que fuéramos a los mítines y tuviéramos que sufrir para llenarlos. Lo importante es que cuando vayamos a los mitines haya gente por un tubo y ilusión por un tubo y no si está Zapatero o Felipe. Eso no es lo importante. He oído decir a Susana respeto para los territorios y los líderes históricos. Si el referente histórico se mete en la pelea, con todas las de la ley, no puede quejarse si sale con algún rasguño. Si no, que no se hubiera metido.
-Si hay algo que todo el mundo está de acuerdo es la necesidad de coser el partido después de las Primarias, ¿cómo se hace eso?
-Fácilmente, no creo que vaya a haber grandes problemas. El partido tiene una tradición de confrontaciones internas muy dilatada y al final las cosas vuelven a su cauce. Se decía que iba a ganar Susana de calle, le iba a enterrar en avales y algunos todavía no se ha enterado y dicen que si ganaba Pedro le iban a emboscar el congreso. No va a haber emboscada en el Congreso, va a haber un congreso tranquilito, con una mayoría clara en torno al secretario general y no va a haber ningún drama. El PSOE va a ir a una nueva etapa y la gente se va a adaptar porque todas estas personas que han estado en esta operación tontos no son y quieren seguir en política y se tendrán que adaptar, no van a seguir haciendo lo que han hecho. Lo importante, no es tanto dentro como fuera. La situación de dentro va a ser bastante más sencilla de encauzar que recuperar la confianza mayoritaria de los ciudadanos. Ahí es donde está el gran reto y es donde Pedro tiene que echar el resto.
-¿Y en esa Ejecutiva ya se ha confirmado que será el portavoz o todavía no ha hablado con Pedro Sánchez?
-Con Pedro hablo bastante a menudo y la última semana él me ha dado tiempo para que lo madure y tomaremos la decisión definitiva.
-¿La portavocía no es un arma de doble filo? Por un lado, puede ser bueno para la ciudad, pero por otro puede generar un desgaste la sobrexposición de usted como un portavoz duro del que alguno habla.
-Yo soy claro. No sé si soy duro, soy suave cuando tengo que ser, duro cuando tengo que serlo pero lo que soy es claro. Duros me parecen los que se pasaron por las radios a socavar la labor de un secretario general, los que fueron a un comité a apuñalarle, los que dijeron aquello de a este le quiero muerto hoy. Eso es para mí ser duro. Ser claro no sé si es ser duro. En todo caso, Pedro me conoce muy bien, sabe como soy, si él ha tomado la decisión de encomendarme esa tarea, lo hace asumiendo las consecuencias. Esto es lo que hay. Si hubiera podido decidir qué responsabilidad quiero, probablemente no habría elegido esta. Yo hubiera preferido ser un vocal de la Ejecutiva, de hecho todavía no he tomado la decisión. Mi vida es vivir en una situación de más anonimato. He consultado con mucha gente y salvo alguna excepción, la opinión unánime es que puede ser positivo para Valladolid y que puede ser positivo para mí. ¿Que es un arma de doble filo? Sin duda, pero yo nunca he hecho política con el miedo, si hubiera hecho política con el miedo. No me asustan los retos, a lo mejor tengo un toque de inconsciencia pero no me he planteado el tema en términos de temores y miedos. Sé que el reto es importante, que tendré que tener cuidado, que soy una persona muy clara y eso va a chocar, sobre todo en Madrid, que no están acostumbrados a un lenguaje como el mío por lo que he visto. Se han escandalizado con alguna expresión que para mí es de un castellano fino, pero bueno, al final la vida es esto, toda oportunidad tiene su lado de riesgo pero vamos a intentar que sea aprovechar al máximo la oportunidad y reducir al máximo el riesgo.
-Ha dicho que en 2019 quiere volver a ser candidato.
No quiero. Voy a ser candidato. Por el hecho de ser alcalde estoy excluido de primarias, pero en todo caso no creo que sea muy pretencioso decir que si tuviera que ir a unas primarias en Valladolid lo haría sin ningún problema. Lo he hecho en situaciones de debilidad y ahora no creo que tuviera mucho problema.
-¿No le tienta política nacional?
-Absolutamente nada. En el tema nacional voy a echar una mano como he hecho en la campaña con Pedro pero lo que yo quiero de verdad es transformar mi ciudad. Disfruto en mi ciudad, no me cambiaría por Madrid, ni harto de vino. Tengo un proyecto político y personal que tengo que culminar.
-¿Y la política autonómica?
-Confieso que no entiendo bien las claves de la política autonómica. No estoy preparado para ello, me parece una comunidad muy compleja porque no tiene un sentimiento de comunidad auténtico. He tratado de contribuir, modestamente, a que haya un poquito mas de convivencia en que no estemos los de León contra los de Valladolid, pero creo que sigue siendo una comunidad demasiado atomizada desde muchos puntos de vista y muy dispersa. No entiendo las claves de la política autonómica y no me veo haciéndola.
-Una vez fracasada la moción de censura de Podemos, ¿cree viable una del PSOE?
-No es descartable pero hay que ser realista. En el Parlamento hay 350 diputados pero entre ellos hay fuerzas políticas que en este momento defienden que España debe dejar de ser España y debe pasar a ser una cosa y Cataluña. ¿Esto en qué situación deja al Parlamento de España? Realmente no podemos hablar de 350 diputados, porque hay unos cuantos que están ya excluidos de partida de cualquier negociación posible para formar un gobierno. ¿Como podría producirse una moción de censura en estas circunstancias? Lo primero que volviéramos a tener 350 diputados, que los diputados que hoy defienden la independencia renunciaran a esa aspiración y entonces la cosa cambiaría, pero mientras esto sea así la derecha suma mayoría en el parlamento español y por lo tanto pretender que va a haber una alternativa en este momento es muy complicado.
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