Uno de cada ocho fallecidos por covid en Castilla y León ha muerto en su domicilio

Aunque el gobierno autonómico no desglosa como tal los decesos en los hogares particulares (a pesar de las demandas continuadas que se le efectuaron a la Junta desde marzo), el dato resulta accesible si se toma la cifra total de fallecidos por covid-19 que publica cada día la Consejería de Transparencia en la página web de la Junta.

A fecha de ayer, esta cifra alcanzaba las 4.428 defunciones en la comunidad por covid desde el 1 de marzo. Y el número crece diariamente: entre el martes y el miércoles el incremento de fallecidos ha sido de 15 personas, en un periodo de tiempo en el que la Consejería de Sanidad no ha reportado nuevos fallecidos en hospitales ni Familia ha informado de nuevas muertes en las residencias de la comunidad.

El desglose muestra a Salamanca como la provincia con más fallecidos en términos globales (817, dos más que el martes), seguida de León (768, tres más), Valladolid (705, dos más), Segovia (617, uno más), Burgos (478, dos más), Ávila (389, dos más), Soria (304, uno más), Palencia (177, dos más) y Zamora (173). Por lo tanto, todas las provincias, excepto Zamora, han sumado nuevas defunciones en domicilios en las pasadas 24 horas.

De esas 4.428 muertes por covid, un total de 2.128 se han reportado en los hospitales de la comunidad (el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca encabeza esta lista, con 387 fallecidos) mientras que dentro de las residencias han perdido la vida como consecuencia de la nueva enfermedad 1.728 personas (otros 896 ancianos fueron trasladados a hospitales y murieron allí, aunque esta cifra ya queda contabilizada en los 2.128 reseñados anteriormente). Por lo tanto, la cifra total de muertos en hospitales y residencias en Castilla y León asciende a 3.856, un número corregido a la baja ayer después de que el lunes la Junta añadiera por error dos fallecimientos en el hospital Santos Reyes de Aranda de Duero.

Esta suma de muertos en hospitales y residencias es la que se utiliza en muchas ocasiones para reflejar el coste en vidas humanas de la pandemia en la comunidad. Pero en realidad es mayor. Para alcanzar el total de 4.428 muertes registradas por covid-19 hay que sumar las 572 personas que han fallecido fuera del sistema, esto es, en sus propios domicilios, un dato que la Junta no divulga desglosado.

La Consejería de Sanidad confirmó ayer que la diferencia corresponde a personas que han muerto en sus hogares. «Todos los fallecimientos que aparecen en el portal son fallecimientos con baja de tarjeta sanitaria y que en algún momento aparece la palabra 'covid' en la defunción», explicaron las fuentes consultadas en Sanidad. Para alcanzar la cifra total, la Junta tiene en cuenta, además de las bajas de tarjetas sanitarias, los registros de las historias clínicas y los fallecidos contabilizados en hospitales del Sacyl desde el 1 de marzo de 2020.

El aumento de ingresados en las Unidades de Críticos ha supuesto un repunte de muertes en los últimos días. Ayer Sanidad no reportó ningún nuevo fallecimiento, una situación que no se vivía desde el pasado 22 de agosto, la fecha anterior sin muertos registrados en la comunidad. Este respiro supone una buena noticia porque agosto finalizó con nueve defunciones en 24 horas, una cifra que también se registró el pasado sábado. Estos números de fallecidos, matizados ayer, son comparables a los de mediados de mayo, cuando la curva de contagios aún era alta pero ya decrecía. En cambio, la tendencia ahora va al alza en Castilla y León.

Aunque la Consejería de Sanidad no registró ayer ningún nuevo fallecimiento, la Consejería de Familia sí incorporó a su tabla cinco residentes más muertos en los hospitales con respecto al lunes, en un nuevo decalaje de cifras entre consejerías.

Las muertes que causa el SARS-CoV-2 afectan más a hombres que a mujeres, como muestran las tasas por mil habitantes diferenciadas por sexos en la comunidad. En todos los grupos de edad, las mujeres presentan mejores números, una circunstancia que resulta especialmente evidente en los fallecimientos de personas por encima de los 80 años, donde la tasa en varones es de 18,58 defunciones por cada mil habitantes, mientras en las féminas se reduce hasta el 13,84. Sin embargo, el número total de muertes en este tramo es superior en las mujeres debido a la mayor esperanza de vida femenina.