Mojados: el corazón de un gran imperio

La historia de la mayoría de los pueblos se basa en esos momentos que han ido quedando en la mente de sus gentes y se han transmitido de generación en generación hasta el punto de convertirse en algo que se siente como propio, con independencia de la trascendencia que pueda tener a nivel general.

Muchos pequeños y grandes pueblos tienen a gala el haber sido lugar de un acontecimiento relevante para la historia. La villa pinariega de Mojados lo tiene también, y así lo recuerda en un espacio museístico permanente y cada año con una celebración con la que se quiere mantener vivo en el recuerdo de vecinos y visitantes un hecho que de alguna manera cambió el orden mundial.

Aquel 11 de noviembre del año 1517 Mojados acogió un acontecimiento que sentó las bases de un imperio del que durante los siglos posteriores se dijo que nunca se ponía el sol. Aquí, con sus bellos templos románico-mudéjares dedicados Santa María y San Juan y su puente medieval sobre el río Cega como testigos, se produjo un histórico encuentro familiar.

Hasta Mojados llegó el príncipe Carlos de Habsburgo, días después de desembarcar por error en la villa marinera asturiana de Tazones procedente de la ciudad flamenca de Gante, donde había nacido, y tras visitar junto a su hermana mayor, la infanta Leonor –que años después se convertiría en Reina de Portugal y de Francia–, a su madre en Tordesillas. Carlos, por entonces de 17 años de edad y educado en tierras flamencas, era el primer hijo varón de la reina Juana I de Castilla 'La loca' y del príncipe Felipe de Habsburgo 'El hermoso', y por tanto nieto de los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando de II de Aragón, y del emperador germano Maximiliano de Austria y de María de Borgoña.

En Mojados le esperaba su hermano, el infante Fernando, al que no conocía, quien pese a ser el favorito de su abuelo materno reconoció a Carlos como legítimo heredero de la Corona castellana. Un acto que marcó el camino hacia su entronización como emperador bajo el nombre de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico por las Cortes de Castilla.

Un hecho histórico que ha sido elevado a la categoría de bien patrimonial inmaterial por los mojadenses, cuyo municipio forma parte entre otras entidades de la Red de Cooperación de las Rutas del Emperador Carlos V y es una de las recreaciones históricas que bajo el titulo 'Corazón del Imperio' goza de un gran numerosos de seguidores por su vistosidad y cuidada puesta en escena, que además tuvo como testigo de excepción a otro histórico personaje, el regente de Castilla Adriano de Utrech que luego fuera Papa de Roma con el nombre de Adriano VI.

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