Melgar de Abajo: de la vendimia y la labranza a las dianas y desfiles

Las fiestas en honor a San Juan Evangelista y Santa Isabel se han convertido en ese muro infranqueable al paso del tiempo que generación tras generación celebran los vecinos de Melgar de Abajo. Estas citas de carácter religioso son las más antiguas de la localidad. En torno al 2 de julio, por Santa Isabel, los melgarejos disfrutan de dos actos muy arraigados: la diana floreada y el desfile de peñas. El primero es un pasacalles con dulzaineros o charangas en el que se pide por las casas orujo y pastas, mientras que el segundo se caracteriza por el colorido de los trajes de los peñistas.

Además desde hace doce ediciones el pueblo se engalana para la Fiesta de la Vendimia. Una jornada de tradición vitícola en la que los vecinos recogen los racimos, pisan las uvas y degustan el primer mosto.

Notablemente importantes son la Fiesta Labriega y la Semana Santa. Melgar es uno de los pocos pueblos de la zona que cuenta con pasos. Durante estos días de culto, destaca el Viernes Santo la procesión de El Entierro del Cristo.

El municipio siempre se ha comprometido con sus tradiciones. Pese a ello, los años y la despoblación han hecho que costumbres como las carreras de gallinas, el belén viviente, las vaquillas y la elección de la reina se hayan perdido. No hace tanto también soltaban a un lechón que iban alimentando todos los vecinos. 'El gocho Antón' se sorteaba y quien lo ganaba, además de quedárselo, debía poner el animal del siguiente año.

Otra tradición ya olvidada es la del cerdo engrasado. Un juego en el que se untaba de grasa a un lechón y por parejas, con los pies atados, había que cogerlo. Los más habilidosos obtenían como premio al propio animal.

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