Matapozuelos: dulzainas y cofradías, símbolos de la localidad

Los toques de seis campanas marcan el devenir del día en Matapozuelos, que llaman a la misa o tocan a muerto, a gloria o, lento, la noche de Ánimas. El sonido, de sobra conocido por los vecinos, viene a ser música en sus oídos, ya tradicional. Y es que esta está muy presente en el patrimonio inmaterial del municipio; desde el sonido del órgano barroco de la iglesia, cuyo mimo cuidado desde hace años corresponde a Álvaro Carretero, vecino de Matapozuelos, hasta jotas propias de la localidad, como la llamada 'Jota del Reloj', popularizada años atrás por el dúo Candeal, o la 'Jota de los Pichichis', rebautizada en honor a los dulzaineros hermanos Yuguero con su apodo familiar.

Asimismo, son tradicionales cantares de antaño como 'Las Folías de Matapozuelos' o 'La Guerra de Cuba', cantar de finales del siglo XIX de tono marcial y heroico, y, por encima de todo, la dulzaina, que está presente en todas las festividades, ya sean sagradas o laicas, como instrumento vertebrador. Así, su sonido de viento inunda las calles de Matapozuelos en los pasacalles de las fiestas patronales, en el vermú de Navidad, en el aguinaldo de los quintos el 6 de enero, en la Fiesta del Mondongo en diciembre...

Las cofradías tienen también un fuerte arraigo en el municipio, dado que están presentes durante todo el año, comenzando el 17 de enero con El Niño, prosiguiendo el 3 de febrero con San Blas o el 5 con Santa Águeda, el 15 de mayo con San Isidro o el 8 de septiembre con la Virgen de Sieteiglesias, y así, entre otras cuantas, hasta el 18 de diciembre, cuando llega el turno para la Virgen de la O.

Todas ellas celebran su patrón con dulzainas, dedicando tonadillas al resto y otras piezas al santo o virgen que representan y tomando un refresco. De la misma manera que existe esta tradición, hay productos típicos de cada festividad: las galletas de barquillo de San Blas, el bollaimón de Las Candelas, la longaniza del Día del Ángel, el plato de matanza en la Fiesta del Mondongo, los productos de matanza en los refrescos de los quintos el 6 de enero o la chocolatada del Martes de Carnaval, de la hoguera de San Juan o del día del mayo.

El otro elemento principal del patrimonio inmaterial de Matapozuelos es la romería de los Pañuelos, cuya singularidad proviene de la costumbre de arrojar sobre la imagen una larga guirnalda de pañuelos a su entrada en la ermita tras la procesión.

Esa guirnalda está formada por los quintos del año, que recogen durante la procesión pañuelos que se anudan a dicha guirnalda, entrecruzándolos, antes de cantar la Salve a la Virgen y de devolver los pañuelos a las dueñas mostrándolos uno a uno.

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