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El nuevo decano del Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León, Luis Ángel Merino, que tomó posesión de su cargo el pasado 23 de mayo, subraya que «no se puede demorar más la incorporación de estos profesionales si queremos que la población tenga ... una atención sanitaria pública de la visión correcta y completa». De acuerdo con un estudio de esta institución, serían necesarias 16 unidades de Optometría en la comunidad para atender las 137.100 consultas sobre agudeza visual en niños y adultos estimadas al año, con un desembolso de 1,8 millones de euros, frente a los 3,6 millones del coste actual, con lo cual consideran que la inclusión del óptico-optometrista en Sacyl «ahorraría costes al sistema y reduciría las abultadas listas de espera».
Así se desprende del informe entregado a la Consejería de Sanidad sobre la 'Ampliación de cartera de servicios en salud visual: una aproximación de evaluación económica', en el que se aplica una traslación de las cifras recogidas en un estudio nacional elaborado por el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas y la Sociedad Española de Optometría, teniendo en cuenta que la población de Castilla y León es el 5,13 por ciento del total de la española.
«Llevamos muchos años luchando por la presencia de los ópticos-optometristas en Sacyl y no se nos ha escuchado, mientras la situación está cada vez peor para el paciente, con listas de espera interminables, escasez de profesionales, tratamientos individualizados inexistentes…», lamenta Merino en un comunicado recogido por Ical. «Esas carencias se han demostrado especialmente preocupantes en una situación de crisis sanitaria como la vivida este último año por la COVID-19, con unas estructuras sanitarias del siglo pasado que están siendo superadas de forma evidente y no responden a las necesidades asistenciales actuales, en gran parte por la falta de los profesionales sanitarios adecuados y necesarios», añade.
Para lograr este objetivo, el Colegio solicitará una nueva reunión presencial con la Consejería de Sanidad para avanzar con la base de los estudios económicos y de necesidades en la atención sanitaria pública de la visión que ya han sido entregados a la Administración sanitaria, y lograr, «por fin», que se les escuche «y que los pacientes de Sacyl cuenten con una atención optométrica de calidad».
«No es normal que una comunidad autónoma con una Facultad de Óptica y Optometría en Valladolid no cuente con nuestro colectivo en su sanidad pública, cuando otras comunidades, sin ofertar estos estudios, ya tienen a los ópticos-optometristas formando parte de los diferentes servicios de Optometría en atención primaria o de los servicios de Oftalmología en atención especializada», explica el decano de COOCYL, quien lamenta que, con este tipo de situaciones, «suframos la fuga de nuestros jóvenes o nuestro talento, compañeros que están bien formados y podrían aportar mucho a nuestra sociedad, pero tienen que irse a otras comunidades o a otros países».
COOCYL ha iniciado una nueva etapa con Luis Ángel Merino al frente de una junta directiva en la que se apuesta por la continuidad y el buen hacer de la institución en los últimos años en favor del reconocimiento de estos profesionales como agentes sanitarios primarios de la salud visual.
Merino, que afronta el cargo «con ganas, ilusión y responsabilidad», considera que el Colegio debe seguir avanzando sobre «tres pilares básicos». Por un lado, continuar reivindicando la profesión de los ópticos-optometristas como sanitarios ante las instituciones y la sociedad, con el objetivo primordial de lograr su inclusión en Sacyl. En segundo lugar, cree necesario fortalecer las relaciones entre los colegiados y aumentar la retroalimentación con el colegio para consolidar el futuro de la profesión. Y por último, garantizar una formación de calidad, conjugando tanto las sesiones presenciales como online, «para que seamos cada vez más importantes en el cuidado de la salud visual de la sociedad», sin olvidar las continuas campañas de información a la ciudadanía.
Tras las elecciones celebradas el pasado 19 de mayo para la renovación de varios cargos, la nueva Junta de Gobierno, que tomó posesión el 23 de mayo tiene a Merino como decano, Ana Belén Cisneros del Río como vicedecana, Lázaro Mínguez Gómez como secretario general, Marisa Tesón Yudego como tesorera, Guzmán Cuadrado Lázaro como contador y Raúl Martín Herranz y Ángel Viñas Barba como vocales.
El proceso electoral también afectó a las delegaciones provinciales de COOCYL en Ávila, León, Segovia, Soria y Zamora: Pilar Cuadrado repite al frente de la institución colegial de Ávila, mientras Amaia Villena sustituye a Ernesto Prada en León. También continuará en la delegación provincial de Segovia Amparo Martín Navas, y en Soria se estrena Sandra Romera, en sustitución de Pablo Jiménez. Por último, en Zamora continuará como delegada provincial Emma Laguna. La representación de COOCYL a nivel provincial se completa con las delegaciones de Burgos, con Alejo Ruiz al frente; Héctor Diez Mocha, en Palencia; Mariano Luengo, en Salamanca, y Angélica Ramírez, en Valladolid.
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