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Mónica rico
Domingo, 19 de marzo 2017, 18:03
La Casa Joven de Cuéllar, dependiente de la Concejalía de Juventud, está impartiendo un curso introductorio sobre la exposición Reconciliare, con un taller práctico para los más pequeños. La responsable del centro, Luisa Villalba, licenciada en Historia del Arte, desgrana este proyecto y otros en ... los que está inmersa a título personal, ya que algunas de sus obras de arte sacro se pueden ver en las paredes del Palacio de Pedro I.
¿Qué le parece que Cuéllar albergue una nueva edición de la exposición Las Edades del Hombre?
Me parece estupendo, superinteresante y un motivo de orgullo, porque Las Edades del Hombre son un evento cultural y artístico de primer orden a nivel nacional e internacional.
¿Qué va a aportar la Casa Joven, a esta exposición?
Como espacio joven e informativo y casa cultural, se ofrecen habitualmente tanto cursos como atención al usuario. Y aprovechando la coyuntura, el hecho de que Las Edades del Hombre vayan a venir a Cuéllar, lo que pretendemos es proyectar de alguna manera lo que son Las Edades desde la formación.
¿En qué consiste este proyecto?
Se trata de un pequeño curso que supone una introducción a Las Edades, abierto a todos los jóvenes y niños a partir de diez años de todos los colegios e institutos de la localidad. En horario de clase, con sus profesores, acuden a la Casa Joven y nosotros, a través de una presentación de imágenes y con sus preguntas, les acercamos a lo que es la exposición. A partir de ahí se realiza un taller relacionado con la pintura religiosa en el que ellos mismos realizan una obra de arte y se van contentos, sabiendo que Las Edades del Hombre es una muestra de pintura religiosa y no una exposición sobre el origen del hombre o su evolución, porque el título a veces les confunde.
¿Hay actividades destinadas a adultos?
Lo del taller es algo práctico destinado a los pequeños y para los adultos y particulares se realiza un pequeño curso, pero lo enfocamos de una manera un poco diferente, se habla más de figuras, piezas que se han presentado en las diferentes ediciones, e incluso de las nuevas que se están presentando, ya que estamos conociendo ya las aportaciones de diferentes diócesis.
Además del proyecto de la Casa Joven, ha puesto su granito de arena personal con los cuadros de arte sacro que se pueden ver en el palacio de Pedro I durante este año.
Aparte de ser la persona responsable de la Casa Joven tengo una vida artística paralela. Cuando vivía en Valladolid formaba parte de un grupo de arte con el que comisarié dos exposiciones conmemorativas sobre El Greco y Santa Teresa de Jesús, en los años 2014 y 2015 respectivamente. De esas obras, una selección está expuesta en el palacio de Pedro I. Hay un momento en el que Las Edades del Hombre nos da una visión nueva, y a nivel artístico amplio pueden tener cabida muchas otras cosas que arropen este evento cultural, como puede ser una exposición extra, digamos, de arte sacro, en un espacio además del siglo XIII, que acoge en su ámbito, en su contexto, lo que es una pintura religiosa. La idea es mostrar una pequeña selección de estas obras. Se pueden ver reinterpretaciones de la obra del Greco y sobre Santa teresa de Jesús. Así vestimos ese espacio, en el que tienen cabida encuentros, cursos, charlas, reuniones y jornadas. También se puede disfrutar de esa muestra acorde al arte sacro que se va a vivir en la localidad.
Como licenciada en Historia del Arte, ¿qué le llama la atención de las obras que vendrán a la villa?
Me llama la atención la repetición de una imagen acorde a la nueva normativa que en el Concilio de Trento se hace a María Magdalena, que es el máximo exponente del perdón, de llevar una vida que ha llegado hasta nosotros un poco tergiversada, de pecadora a de repente hacerla santa. Ese cambio iconográfico, ese cambio de dogma, se va a representar con una imagen que está suplicando un perdón, que se arrepiente y que coincide con el título que va a ser aquí la exposición en Cuéllar, que es Reconciliare. Y lo que es subrayar o potenciar, simbolizar lo que es el perdón y, sobre todo, los pecados, el pecado del hombre, la imagen de Jesús implorando el perdón de los demás, pero principalmente esa imagen de María Magdalena que se va a repetir y que va a venir, me parece importantísima y es una imagen universal y quizás la más simbólica. O la súplica a través de la obra Las lágrimas de San Pedro, que va a venir también, creo que es la iconografía que mejor va a interpretar esa reconciliación.
-¿Qué le parecen las sedes escogidas?
Me parecen las más correctas. Ojalá hubiera estado restaurada la iglesia de San Francisco y se hubiera podido sumar. Aunque Reconciliare está relacionada con las bulas que se encontraron en San Esteban, y esa iglesia tenía que estar, es una de las claves. Además, las tres sedes están relacionadas a nivel arquitectónico y artístico con el románico mudéjar, una parte importante de la muestra. San Martín, además, alberga su centro de interpretación y creo que es fundamental como centro de operaciones. Y San Andrés es un templo impresionante, muy bien conservado. Creo que son las tres sedes más idóneas, por arte, estilo y por su interior.
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