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claudia carrascal
Segovia
Domingo, 7 de junio 2020, 16:50
Cos invitados no podrán abrazar a los novios, para el brindis habrá que respetar la distancia social, en las fotos tendrán un especial protagonismo las mascarillas y los bailes dejarán de ser pegados. Estos serán algunos de los cambios que se producirán en las ... bodas que se celebren a lo largo de las próximas semanas.
En la provincia de Segovia, hasta la fecha tan solo hay una boda por la Iglesia confirmada para junio, en Riaza, y aunque son varias las parejas que barajan la posibilidad de mantener la fecha del enlace en julio o en agosto, la Diócesis todavía no tiene confirmación oficial. Para el mes de septiembre hay al menos una cerrada, que si nada lo impide se celebrará en Cuéllar. Se trata de una pareja que tuvo que atrasar el evento, previsto inicialmente para el 23 de mayo.
El vicario general de la Diócesis, Ángel Galindo, explica que la boda de este mes tendrá lugar en la ermita de Nuestra Señora de Hontanares, en Riaza, el próximo 20 de junio, y será un evento íntimo con 15 invitados. Los novios no han querido renunciar a festejar por todo lo alto su gran día con el resto de familiares y amigos, por lo que han decidido posponer la gran celebración hasta finales de agosto o principios de septiembre.
Esta pareja es una excepción, ya que el 90% de las bodas previstas para estos meses se han aplazado, algunas incluso cancelado a la espera de que se estabilice la situación provocada por la crisis sanitaria. Galindo recuerda que para que se produzca un enlace matrimonial tan solo es necesaria la presencia de los contrayentes y los testigos, por lo que ya pueden producirse, pero «los novios quieren que sea un día especial y estar arropados por sus seres queridos, por lo que mayoría optan por posponer el evento».
Los enlaces civiles siguen la misma tónica. Desde que comenzó el año y hasta que se decretó el estado de alarma ocho parejas se casaron en el Ayuntamiento, aunque el periodo de más actividad también comienza en mayo. Desde el Consistorio confirman que será a partir del lunes, cuando Segovia entre en la fase 2 de la desescalada, cuando estos actos vuelvan a estar permitidos, eso sí, con las limitaciones fijadas por la Consejería de Sanidad. No obstante, por el momento, no hay ninguna prevista para el mes de junio y entre julio y agosto tan solo hay cinco fechas reservadas, pero todavía se desconoce si los novios decidirán aplazarlas.
En la provincia se celebraron en 2019 un total de 546 enlaces matrimoniales, de ellos, 157 fueron por la Iglesia, 343 civiles y 1 se produjo por otra religión, según los datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística. El 74% tuvieron lugar entre mayo y octubre y los meses que este año han estado marcados por el estado de alarma en 2019 aglutinaron cerca de 200 bodas, una cifra similar a la prevista para este 2020. Todavía no hay cifras definitivas porque los interesados han paralizado los expedientes en las parroquias y, por tanto, las solicitudes no han llegado al Obispado.
Según la orden publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) por el Ministerio de Sanidad, en los territorios que se encuentren en la fase 2 se pueden celebrar bodas con un aforo máximo de 50 personas en espacios cerrados y hasta 100 si son al aire libre, eso sí, sin superar el 50% del aforo total. En la fase 3 se amplía hasta las 150 personas en espacios abiertos y 75 en recintos cerrados, siempre sin sobrepasar el 75% de la capacidad.
Galindo asegura que se cumplirá de forma estricta con estas limitaciones, así como con las distancias de seguridad impuestas y las medidas de higiene. «También aplicaremos las recomendaciones de las autoridades sanitarias una vez que concluya el estado de alarma porque el objetivo es evitar cualquier contagio», subraya. Algo que, a su juicio, no supondrá un problema porque «la gente, en las Eucaristías, está siendo muy respetuosa y ordenada, mantienen la distancia de seguridad, se lavan con gel hidroalcohólico al entrar y salir y llevan mascarilla».
Eso sí, las medidas de seguridad no tienen por qué suponer que la celebración sea más sobria. El vicario indica que «se harán ceremonias lo más normales y bonitas posibles, si no se puede tener un coro, una o dos personas pueden cantar o tocar algún instrumento».
Cargados de ilusión daban los últimos remates para que ese día tan especial en sus vidas fuese perfecto. Meses de preparativos, en ocasiones más de un año, se están viendo truncados por el coronavirus lo que genera una sensación de malestar y disgusto en las parejas, según explica Galindo. Además, están preocupados por los invitados de avanzada edad, pero «al menos hasta septiembre, cuando las bodas empiecen a recuperar la normalidad y el aforo, solo les queda resignarse, tener paciencia y conservar la ilusión», asevera.
Algunos prometidos ya han elegido nueva fecha para el otoño, sin embargo, son muchos los que prefieren pecar de precavidos y posponer el enlace hasta 2021. Galindo cree que esta decisión no causará un problema de saturación de ceremonias el próximo año porque en Segovia hay un elevado número de iglesias con varios horarios disponibles todos los fines de semana para celebrar la ceremonia. En su opinión, lo más difícil será cuadrar el banquete.
En este sentido, recuerda que además de los residentes en Segovia son muchas las parejas procedentes de otros puntos del país, en especial de Madrid, que se casan en la provincia. Una de las zonas más demandas por los madrileños de la Sierra de Guadarrama es, precisamente, la comprendida entre El Espinar y Riaza. De hecho, en los últimos cinco años el número de matrimonios celebrados ha aumentado un 36% si se tienen en cuenta las parejas que se casan en Segovia, pero no residen en la ciudad.
Las bodas no son los únicos actos afectados por el coronavirus, también comuniones y bautizos han tenido que aplazarse. En la provincia de Segovia unos 600 niños toman cada año la Primera Comunión entre los meses de abril y mayo. «Este año tendrán que esperar al otoño, tal como han acordado algunas parroquias con los familiares, también pueden hacerlas de forma individualizada», según el vicario de la Diócesis de Segovia, Ángel Galindo.
En situaciones normales, en las parroquias con muchos niños toman la Comunión entre 10 y 15 a la vez, algo que ahora no está permitido. Por eso, una alternativa, viable sobre todo en municipios pequeños es que se celebre este ritual sacramental de forma individual, de este modo, solo estará presente una familia en la iglesia y se podrá mantener la distancia. Otra opción es trasladar el lugar de celebración al exterior, ya sea el acceso a la iglesia o el atrio, para disminuir los riesgos y ampliar el número de asistentes.
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