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No les queda más remedio que trabajar en verano. Algunos lo harán para mejorar sus ingresos y cotizaciones (en ocasiones las únicas del año), y otros porque rechazar una oferta de empleo les puede conllevar la exclusión de las empresas, o quedarse a la cola ... en la lista de un posible contrato fijo de cara al futuro. Por ello, las previsiones de contratación laboral para este verano en Valladolid, donde la actividad tiene signos de mejorar con respecto a los años de crisis, registran cifras muy optimistas. Al menos así lo aseguran tanto las mercantiles de trabajo temporal como los empresarios de sectores tradicionales (el de hostelería, comercio y turismo), que reconocen que han tenido que adelantar las ofertas a sus potenciales candidatos a empleados para evitar que se vayan a otras comunidades con sueldos más altos o sean fichados por la competencia local.
Según datos de la empresa de trabajo temporal Adecco, Valladolid incrementará en un 7% el número de contrataciones entre los meses de junio a septiembre, de tal modo que se pasará de los 18.572 del año pasado a los 19.872 de este verano. Ello situaría a la provincia a la cabeza de estas contrataciones temporales en Castilla y León, por delante de Palencia (17.336), Burgos (11.350), Segovia (7.951), (4.652) o Salamanca (con apenas 3.965 contratos). De confirmarse estas cifras, Valladolid ocuparía al final del verano el puesto 20 a nivel nacional, lista en la que Madrid es líder en nuevos empleos, con 223.800.
Las contrataciones llegarán a sectores de la logística, el comercio (coincidiendo con las rebajas), y las empresas de 'contact center', que mueven en Valladolid más de 5.000 empleos.
En Auvasa, la compañía municipal de autobuses, con 350 empleados, los contratos alcanzarán el número de 28, que irán rotando por líneas en periodos de 3 y 4 meses.
«Aunque tenemos dos bolsas de 72 trabajadores con carnés D y E, en muchos casos hay conductores que buscan otros empleos porque no pueden esperar. El año pasado se comenzó a tener problemas para contratar en verano», explican fuentes del comité de empresa, que reclaman una mayor duración de los contratos (de seis meses, por ejemplo, con una lista para eventuales más reducida), para dar continuidad a las plantillas.
Explican los facultativos sanitarios y psicólogos que con el calor hay que disponer de mejores condiciones en los centros de trabajo. En el caso de trabajar ocho horas continuadas en un autobús, el aire acondicionado es vital para una conducción segura.
Fernando Herguedas no se queja y dice conducir a gusto en este que será su tercer verano en Autobuses Urbanos de Valladolid (Auvasa). A sus 52 años, la compañía le ha vuelto a llamar como conductor eventual. Esta semana se sentó al volante de un vehículo que hace el recorrido de la línea 2, de la más largas, entre Covaresa y San Pedro Regalado.
«Trabajaré los meses de junio, julio, agosto y septiembre, aunque el año pasado ya comencé en mayo. Llevo 27 años conduciendo autobuses, y es difícil encontrar empleo en invierno. Ahora me toca trabajar los veranos, puesto que me apunté a la bolsa de conductores de Auvasa», explica.
A Herguedas le avisaron del Ecyl para ir a una compañía privada, pero advirtió que si le llamaban de Auvasa se iría porque en esta empresa si renuncias un año pierdes puesto en la bolsa, y al segundo te expulsan. «Es una plaza que merece la pena, y considero que se gana adecuadamente», apostilla. Su nómina asciende de media a unos 1.800 euros al mes, incluida la parte de las pagas extraordinarias.
Este conductor de la compañía municipal asume su trabajo estival, mientras que sus compañeros fijos se van de vacaciones los 30 días que fija el convenio.
«¿Que cómo se lleva? Pues habría que preguntarle a mi mujer, que lleva tres años ya sin poder ir juntos a la playa. Aunque no he trabajado en los meses de invierno, como mis otros compañeros fijos, sí que se nota que durante el verano hay menos tráfico como consecuencia de que están cerrados los colegios y no hay que llevar a los niños», señala Fernando Herguedas.
Los trabajadores temporales se encuentran, en su mayoría, discriminados con respecto a sus compañeros fijos, puesto que aunque muchos repiten año tras año en el periodo estival, no generan luego antigüedad. Sucede en hostelería, comercio y comunicaciones.
No es el caso, sin embargo, de Correos y Telégrafos. El organismo estatal sí contempla acumular los años para poder generar trienios. «Lo que sucede es que para conseguir uno de ellos puedes pasarte cuatro o cinco años», explica una cartera.
Para Manuela Ferrer, responsable de CC OO en este sector, «la sustitución en verano de los trabajadores fijos es insuficiente por cuanto no se cubren todas las secciones y oficinas». En profesiones como la de repartidor de correos, el trabajo estival se reduce un poco puesto que, aunque la tendencia es que las cartas ordinarias se envíen cada vez menos, los efectos de paquetería han aumentado por la ventas a través del comercio electrónico.
Lleva trabajando para Correos desde el año 2008, si bien con contratos temporales. Andrea vuelve este verano a repartir por las calles y urbanizaciones de Laguna de Duero, una población con 20.000 habitantes.
«Durante los años de la crisis, solo trabajaba los veranos, pero esta temporada he logrado enlazar meses de invierno con el periodo estival. De momento, tengo contrato hasta el 31 de julio, pero cubriré luego con seguridad las vacaciones de los compañeros fijos de Laguna», explica.
Para esta cartera de 50 años y una década con contratos temporales que figuran en su vida laboral, «trabajar en verano para los que no estamos fijos supone que la familia se queda sin vacaciones. Así llevamos tres años, aunque no me importa. Como no tengo plaza fija en Correos, no dispongo de días. Solo nos queda a la familia disfrutar los fines de semana», se consuela.
En Laguna de Duero reparten a pie seis carteros, más otros dos en moto que visitan los municipios de Boecillo, Valdestillas, Viana de Cega o Aldeamayor, donde hay numerosas urbanizaciones. Andrea ha sustituido en estos años a sus seis compañeros fijos, que tienen vacaciones en los meses de junio, julio y agosto. En ocasiones, una sección de reparto no se cubre, por lo que el resto de trabajadores que se quedan tienen que asumir la carga.
«¿Repartir en verano?, ¿qué voy a contar en estos días de mucho calor? En mi caso, lo llevo bien porque estoy en el pueblo en el que resido. Entramos a la 7:30 horas y a las 15:00 lo dejamos. Tratamos de comenzar a repartir a partir de las 10 de la mañana», explica. La misión principal de un cartero es entregar el objeto postal a su destinatario. «Pero en verano no todos están en sus domicilios. Y eso es inconveniente, ya que a veces solo quedan uno o dos vecinos en un bloque y hay dificultades para que te abran el portal».
La plantilla de Correos en Valladolid cuenta con una media de 750 empleados, de los cuales 620 tienen derecho a sus vacaciones anuales. El convenio fija para su disfrute los meses de junio, agosto y septiembre. En el mes central, el porcentaje para solicitarlas no puede superar el 40%. «Pero se está invirtiendo la tendencia, ya que el reparto de paquetería hace del mes de agosto casi un periodo de trabajo normal, porque el público sigue comprando por Internet», apostilla Ferrer.
Para hacer frente a las condiciones de los meses de mayor calor, Comisiones ha solicitado a Correos que se dote a los carteros de crema solar ya que se pasan muchas horas al sol.
Muchos de estos trabajos temporales son una vía de entrada, «con el tiempo», a las empresas. Sobre todo en las públicas, donde en los procesos de selección se puntúan los meses y años de trabajo.
Desde el sindicato UGT, se celebra este aumento de la contratación en sectores claramente estacionales. «La crisis trajo consigo, incluso, la reducción de estas sustituciones, pero los resultados de los últimos meses permiten a las empresas volver a contratar», explica Héctor Yágüez, responsable de la Federación de Servicios de UGT.
Pero, según este sindicato, los incrementos de las cifras no deben ocultar lo que constituye un objetivo social principal, como es mejorar la calidad en el empleo, aunque este sea temporal o eventual.
Según Adecco, el sector turístico y hostelero será el principal beneficiado de la campaña de verano, al ser un gremio muy vinculado al clima.
«Durante el verano, en los hoteles la contratación temporal persigue como objetivo cubrir las bajas del personal que está contratado todo el año. Abrimos los 365 días y es necesario contratar a gente para las sustituciones», explica Francisco Posada, presidente de la Asociación de Hoteles de Valladolid.
Según estimaciones de esta patronal provincial, las plantillas se incrementan entre un 10% y un 20% para cubrir las suplencias. El aumento de las temperaturas hace que los clientes llenen las terrazas en determinadas horas del día, y la actividad sube.
Con respecto al empleo que precisan este tipo de empresas, comprende todas las actividades del negocio hotelero, desde la cocina, restaurante y cafetería, a la recepción, camareras de pisos y limpieza de los establecimientos.
«Intentamos repetir con los trabajadores de un año para otro, si estos cumplen con los perfiles y las funciones. Cuando se empieza a trabajar en un hotel, y el trabajador responde, es muy factible que otro establecimiento de la misma u otra ciudad lo contrate», señala Francisco Posada, quien apostilla que los hoteleros valoran mucho la experiencia en el sector.
Desde este año, la página web de la asociación tiene un espacio para presentar los currículums, y es desde allí donde los empresarios comienzan la contratación.
«A partir de marzo o abril empezamos a movernos para que estos trabajadores puedan incorporarse a nuestras plantillas ya en mayo. Si esperamos al verano, corremos el riesgo de que se vayan a la costa. Allí es más fácil encontrar al haber más volumen», dice.
«Entendemos que en el trabajo temporal se deberían respetar todos los derechos, como si el empleado estuviera fijo, pero la realidad nos demuestra que no es así y se hacen más horas sin retribuir. También nos gustaría que ese empleo terminase por consolidarse al final del verano», apostilla Yágüez. UGT recuerda que las administraciones locales deben cumplir también con la legalidad a la hora de contratar a personal para fiestas, piscinas o montajes de festejos taurinos.
Dos novedades se dan en esta temporada respecto a la del año 2018. La primera es que se deberá de aplicar la retribución de los 900 euros del salario mínimo. Y la segunda, que desde el pasado 12 de mayo los empresarios están obligados a controlar la jornada de sus empleados para evitar el exceso de horas extras.
Según Adecco, los contratos en verano alcanzarán en Castilla y León la cifra de 72.847, un dato superior al del País Vasco ( 70.240) o Aragón (60.005), y por debajo de Galicia (74.033).
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