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«A punto de colapso, pero resistió». El sistema sanitario ha soportado esta primera embestida de la pandemia de coronavirus en Castilla y León. Con sus puntos más débiles en Segovia y Soria y en la falta de equipos de protección individual y de ... pruebas de diagnóstico y con sus fortalezas en la reorganización sanitaria de circuitos hospitalarios y de nuevos recursos de hospìtales de campaña, además del papel de contención de la AtenciónPrimaria y, desde luego, con el papel relevante de los profesionales sanitarios, en todos los niveles asistenciales.
La consejera de Sanidad, Verónica Casado, ha explicado durante casi dos horas y media de comparecencia, y bastante más de debate en la Comisión de Sanidad, punto a punto la evolución de la pandemia por Covid, los problemas de aprovisionamiento, las inversiones y costes... hasta llegar a las líneas futuras de actuación para en un plazo medio, que no corto, poder llegar a la situación de contención, no a la de normalización.
Fue contundente la responsable sanitaria al reclamar una desescalada basada en informes técnicos y clara su advertencia. «Un exceso de prisas puede suponer un repunte fatídico». Casado mostró su preocupación porque «este esfuerzo extraordinario» y «colectivo» se eche a perder por una vuelta a la calle demasiado rápida y con muchos casos todavía de contagios. Y destacó «lo incomprensible» de ver familias desde que se permitiera la salida de los niños, jugando con otras sin guardar ninguna de las precuciones señaladas.
El futuro exigirá, según repasó Casado, la necesidad de disponer de centros hibernados para la atención sanitaria en caso de rebrote como el de la Feria de Valladolid; la persistencia en la investigación clínica y epidemiológica; el desarrollo de fármacos y vacunas; la creación de almacenes de equipos de protección individual y otros equipamientos médicos con capacidad para afrontar rebrotes, y la potenciación de la Atención Primaria como eje primordial para actuación y detección rápida.
Castilla y León acumula 19.028 casos confirmados de Covid-19, 344 nuevos. De forma similar al resto de España, ha afectado en mayor medida a la población mayor de 65 años (52,1%), mientras que el tramo de edad entre 45 y 65 años es el 31,9%; entre los quince y los 44 años, los casos suponen el 15,7% y una parte muy pequeña, el 0,3%, son menores de quince años. En cuanto a sexos, el virus ha contagiado más a las mujeres, sin embargo, los fallecidos son mayoría hombres siendo su tasa de letalidad de 15,01 frente al 8,46 de las mujeres.
La consejera de Sanidad ha repasado estos datos en su comparecencia a petición propia para analizar este «gran» y «grave» reto conómico y sanitario que tardaremos tiempo en superar de forma definitiva»
En el contexto pandémico, los objetivos básicos del sistema de salud castellano y leonés se han basado en disminuir la incidencia de nuevos casos, de la prevalencia de la enfermedad, de su letalidad y su mortalidad y de las consecuencias para la salud.
Sanidad se planteó tres escenarios posibles para estudiar los medios que precisaría. De las posible tasas de ataque del virus a la población con las que la Consejería de Sanidad ha trabajado, del 35%, el 20% y el 15% y de cada una de ellas, tres niveles –máximo, medio y mínimo–, «pronto se alcanzaba la peor previsión: una tasa de ataque del 35% y el escenario máximo».
En un primer momento, los ingresos superaron ese 35%; pero «a la octava semana la situación se estabilizó en la zona ataque mínimo (15%)». En lo relativo a los ingresos en UCI, las primeras semanas registraron una tasa de ataque entre las previsiones del 20% y el 35%, para, finalmente, situarse en ingresos correspondientes a las previsiones del 15% y el 25% de ataque. El sistema sanitario, «gracias al gran esfuerzo de reorganización acometido, ha sido capaz de asumir, con la absolutamente necesaria dedicación de sus profesionales, soportar esas altas tasas iniciales de ataque del virus entre la población castellana y leonesa», explicó.
En pocas semanas, el sistema sanitario de Castilla y León «se ha reorganizado atendiendo a la complejidad de una emergencia de Salud Pública de semejante calado e intensidad». Así, a través de Medora, «se monitoriza la enfermedad por nuevo coronavirus y, actualmente, los registros indican que 39.672 casos los activos y 54.038 los totales declarados».
Para su cuidado, los profesionales de Atención Primaria han atendido consultas presenciales en los centros de salud, telefónicas o presenciales, con una estadística que sitúa en dieciocho pacientes los asistidos por cada médico de familia en los momentos de mayor presión. La telemedicina ha recibido un importante impulso en ámbitos fundamentales, entre ellos la prestación farmacéutica.
El ámbito hospitalario ha sido quizá la parte más visible de toda esta reorganización y, por ejemplo, en urgencias se han puesto en marcha triajes para separar pacientes afectados y de otras patologías. Las UCI ha cuadruplicado su capacidad inicial y se han destinado más de cinco mil camas a esta infección.
Emergencias Sanitarias también «ha vivido una adaptación efectiva, reinventándose para aumentar su capacidad de atención ciudadana». Además de traslado y manejo de pacientes que padecían emergencias no relacionadas con este virus que han seguido dándose, ha gestionado acertadamente la toma de muestras y el transporte separado de los pacientes con coronavirus y ha sido responsable de la puesta en marcha y gestión del teléfono 900 222 000, un sistema que ha servido para «pulsar la realidad en cuanto al aumento de demanda asistencial o facilitar el traslado intrahospitalari»
Planes de humanización, atención psicológica, materiales informativos... tambiñen han acompañado cada paso del desarrollo de respuesta desde la Junta.
Sacyl ha contratado a 4.221 profesionales y ha destinado 33,7 millones de euros en la compra y transporte de equipos de protección individual; lo que ha permitido repartir 31,35 millones de unidades de equipos de protección, tanto al ámbito sanitario como al socio sanitario e, incluso, a farmacias e industria esencial durante las semanas de mayor confinamiento. En total se han repartido 13.853.220 mascarillas quirúrgicas, 2.601.287 FFP2, 477.408 FFP3, 11.380.355 guantes, 767.299 batas, 360.511 monos, 273.983 gafas, 341.434 pantallas de protección facial, 459.570 calzas o 75.965 botes de gel hidroalcohólico, entre otros.
La previsión presupuestaria hasta diciembre de 2020 para tal destino asciende a 56,3 millones de euros y para compras de equipamiento clínico se han destinado más de 4,5 millones de euros.
La Consejería de Sanidad también ha aumentado progresivamente su capacidad para realizar las pruebas de detección, dada su importancia epidemiológica y asistencial. De esta manera, todos los centros hospitalarios de Sacyl disponen ahora de la capacidad para realizarlos y también se ha incorporado a esta red las universidades públicas y el Laboratorio Regional de Sanidad Animal.
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