Conexión a Internet y empleo, prioridades contra la despoblación

Después de la Estrategia de Lucha contra la Despoblación aprobada por las Cortes de Castilla y León en 2005 y de la Agenda para la Población de Castilla y León 2010-2020, que no han dado el resultado esperado, el Gobierno de coalición de PP-Cs ha optado por reorientar su política demográfica con una serie de cambios organizativos y normativos, a través de una nueva ley que incorporará la perspectiva demográfica en todas sus políticas públicas.

Las proyecciones del INE estiman una pérdida de 239.000 habitantes en Castilla y León en los próximos quince años, ya que se pasaría de 2.401.230 habitantes a 1 de enero de 2020 hasta 2.162.176 a 1 de enero de 2035 (-9,96 por ciento). En ese periodo, la población decrecerá en todas las provincias, en especial en Zamora, León, Palencia y Salamanca y en menor medida en Ávila, Burgos y Segovia. Pero ninguna se librará, tampoco Valladolid.

«Los diagnósticos están hechos, son coincidentes, es el momento de trabajar en las soluciones», explicó a Ical el director general de Ordenación del Territorio, Antonio Calonge, argumento con el que coinciden algunas de las sugerencias dejadas por los ciudadanos en el panel de la consulta previa a la elaboración de la norma, abierta hasta el 4 de febrero de 2021.

Precisamente, en una de ellas, la que cuenta con más votos, señala que aprobar un instrumento normativo es «una opción interesante», pero existen otros elementos clave en los que se puede trabajar. Serían garantizar la conectividad ferroviaria, que permitiría vivir en ciudades pequeñas de Castilla y León y trabajar en Madrid, unido al apoyo a la regulación del teletrabajo: permitiría disminuir la presión demográfica de la comunidad vecina y favorecer a la castellano y leonesa.

«El único requisito para tener teletrabajo en los pueblos de Castilla y León es una conexión a Internet estable, ya sea satélite o 4G/5G», refleja otra de las propuestas con más apoyo en la consulta previa. Uno de los compromisos de legislatura del presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, es la extensión a «todos los rincones» de la banda ancha ultrarápida. «Donde hay un ordenador, hay un empleo», repitió a lo largo su campaña electoral.

Inversión en internet satélite o fibra en zonas despobladas (y no tan despobladas), para favorecer el teletrabajo como se ha visto en esta crisis sanitaria, incentivos fiscales para empresas y familias, empleo digno, servicios públicos o atracción de empresas se cuelan entre las propuestas para una Comunidad en descenso demográfico y con una población envejecida. «Con empleo se hace difícil la despoblación», sentencia otro de los comentarios.

No se olvidan la finalización de las autovías, como la A-11, entre Soria, Aranda de Duero y Valladolid para caminar como un eje transversal hasta Zamora y la frontera portuguesa. También, la eliminación de los peajes de la AP-6, AP-51 y AP-61, en la conexión de Ávila y Segovia con Madrid, se ve como una opción importante para la dinamización de esas provincias.

En vez de crear polos industriales, sería mejor la promoción de ejes industriales, como es el caso del Corredor del Henares entre Madrid y Guadalajara, que en Castilla y León serían la A-6 y la A-1, se propone también en el foro de participación del Gobierno Abierto.

En clave reivindicativa ante el Gobierno central y de critica a los gobernantes de Castilla y León se presenta otra propuesta para exigir inversiones conforme al perfil de la Comunidad, como recoge el Estatuto de Autonomía, donde se pone como ejemplo lo que hace el PNV en el País Vasco a la hora de canalizar inversiones y atraer empresas. «La cohesión interna ha fallado», califica otro de los firmantes.

Hay otras opiniones más pesimistas que ven incluso como una «falacia» hablar de repoblar los pueblos cuando las propias ciudades pierden población a favor de Madrid o Barcelona. «No se puede cortar la hemorragia poblacional de los pueblos si antes no se corta la de las ciudades», se advierte. También, se pone en valor la «envidiable» calidad de vida en Castilla y León para atraer población, donde se menciona su «excelente» gastronomía o sus «preciosos» lugares naturales, así como el coste de vivir en una gran capital.

Con la intención de revertir o, cuando menos, mitigar estas proyecciones, la Junta cree «preciso» una regulación en materia de dinamización demográfica con el objetivo de fijar, integrar, incrementar y atraer población, garantizando la igualdad, de acuerdo con la ordenación territorial, en el acceso a los servicios básicos y las oportunidades de todos los ciudadanos.