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Julio César Rico
Burgos
Martes, 14 de mayo 2024, 11:11
Cerradas a cal y canto. Así han recibido las religiosas del monasterio de Santa Clara, en Belorado, a los fieles que esperaban la celebración de una misa a las 18.00 horas de la tarde del lunes 13 de mayo. Estaba anunciada la celebración, por ... parte de la comunidad hacia el pueblo, como es habitual cada día en el monasterio. Pero a pesar de que se había congregado más de una docena de personas en el atrio del monasterio, todas las puertas de acceso a la iglesia estaban cerradas, tal y como publica BurgosConecta.
Incluso la cancela de entrada al patio del recinto religioso estaba cerrada y con un cartel de prohibido el paso, propiedad privada. Una cancela cerrada, pero practicable para entrar en el atrio.
Las religiosas, poco acostumbradas a los bullicios, requirieron la presencia de la Guardia Civil alegando que había un grupo de personas que había entrado de manera irregular en el recinto. La realidad es que lo que pretendían era que la celebración fuese a puerta cerrada, sin presencia de otros fieles que ellas mismas porque, más allá, todas las entradas estaban cerradas con llave.
Algunas de las personas que estaban esperando para entrar en la iglesia comentaban que desde Navidad ya notaban «algún ambiente extraño entre la comunidad, pero nunca hasta el punto de proclamar su salida de la Iglesia». Otra mujer de Pradoluengo que se había acercado desde su pueblo ha recordado que su propia hermana, el domingo, «se acercó al convento con la intención de hacer una visita a las dependencias». Las monjas le aconsejaron a la mujer que se marchara porque estaban «recogiendo», afirmaba la mujer de Pradoluengo.
La realidad es que en Belorado ha causado una honda sensación la noticia. Nadie se esperaba que unas religiosas que están unidas al pueblo y conviven, hasta donde les deja la clausura, saltasen a la actualidad protagonizando este incidente con la jerarquía de la Iglesia.
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No se explican la relación entre las clarisas y el falso obispo al que se acogen. La realidad es que decenas de vecinos de Belorado acuden diariamente a esta celebración eucarística en el monasterio y a partir de ahora tendrán que buscar una manera diferente de celebrar u otra iglesia.
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