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Castilla y León lideró el pasado 2024 el incremento de los contratos a personas con discapacidad con una subida del 2,6 por ciento, hasta las 17.115, frente a la caída del 0,8 por ciento del conjunto de España, que sumó un total de 271.765.
En la Comunidad, el porcentaje de contratos para mujeres con discapacidad fue del 40,6 por ciento, frente al 49,9 por ciento alcanzado a nivel general. Por su parte, los jóvenes apenas logran un 16,1 por ciento, cuando entre la población en general es del 36,6 por ciento. Además, según se pone de manifiesto en el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo (Odismet) de Fundación ONCE al que ha tenido acceso Ical, los contratos indefinidos para personas con discapacidad suponen el 20,6 por ciento, frente al 25,4 del conjunto de la población activa de Castilla y León.
Solo Canarias, con un incremento del 6,3 por ciento y 12.377 empleos, presenta una subida por encima de Castilla y León. También se registran mejoras en la Comunidad Valenciana (1,5 por ciento), Galicia (1,3 por ciento) y Cantabria (1,1 por ciento), mientras que en Andalucía se mantiene estable. En el resto de comunidades se registran descenso encabezados por Navarra, con un 5,8 por ciento, Murcia (-4,7 por ciento), Baleares (-3,2 por ciento) y Extremadura (-2,7 por ciento).
En términos absolutos, Andalucía, Cataluña y la Comunidad de Madrid suman el 46,2 por ciento -el 51,1 por ciento para el total de empleo nacional-. En cabeza se sitúa Andalucía (50.304), seguida por Cataluña (38.646), Madrid (32.651), Valencia (23.042), Galicia (16,736) y Castilla y León (17.115).
Por provincias, Valladolid se sitúa en cabeza en número de contratos para personas con discapacidad con 3.552, seguida de Burgos (3.125), León (2.753), Palencia (2.251), Salamanca (1.820), Zamora (1.158), Ávila (1.056), Segovia (876) y Soria (524).
A nivel nacional, la disminución de contratos es sensiblemente mayor que la producida entre la población en general, donde ha habido una leve caída del 0,2 por ciento de acuerdo con las cifras facilitadas por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), lo que implica un aumento de la brecha entre las personas con y sin discapacidad.
Del análisis de los datos también se desprende la mejora en la estabilidad del empleo de las personas con discapacidad, al reducirse la contratación temporal hasta el 68,4 por ciento y dispararse los contratos indefinidos al 23,4 por ciento, que junto con los fijos discontinuos suman ya el 31,6 por ciento del total. Sin embargo, esta buena noticia queda matizada cuando se compara el dato con el de la población general, donde los contratos indefinidos suman ya el 28 por ciento del global.
Los grandes pilares del empleo de las personas con discapacidad son los contratos específicos y el trabajo generado en centros especiales de empleo (CEE), que representan el 37 y el 27 por ciento, respectivamente, del empleo global en este colectivo. En el caso de Castilla y León, los primeros representan el 29,1 por ciento (4.972), mientras que en los CEE se realizaron 3.859 contratos, que suponen el 21 por ciento.
En cuanto a los sectores económicos y la participación en ellos a nivel nacional por parte de trabajadores con discapacidad, el de los servicios continúa siendo el gran nicho de trabajo para este sector. En él se ha generado el 82,4 por ciento del total del nuevo empleo. Este efecto es más intenso que el evidenciado entre la población general, donde el empleo del sector servicios suma el 73,4 por ciento.
Las ocupaciones elementales vuelven a representar el mayor volumen de contratación, alcanzando el 43,7 por ciento de los contratos firmados entre personas con discapacidad, un porcentaje considerablemente más elevado que el 33,3 por ciento alcanzado entre la población general.
En consonancia con el volumen de empleo generado en la categoría de 'ocupaciones elementales', las ocupaciones con más contratos son, 'Personal de limpieza de oficinas, hoteles y otros establecimientos similares' (43.019 contratos), 'Peones de las industrias manufactureras' (19.438 contratos), 'Camareros asalariados' (12.217 contratos).
En cualquier caso, las personas con discapacidad también se emplean en ocupaciones de mayor nivel de cualificación y buenos ejemplos como los 'Trabajadores cualificados en huertas, invernaderos, viveros y jardines' (1.577), 'Artistas creativos e interpretativos no clasificados bajo otros epígrafes' (1.539), 'Profesores y profesionales de la enseñanza no clasificados bajo otros epígrafes' (1.343), 'Compositores, músicos y cantantes' (1.138), 'Asistentes de dirección y administrativos' (840) o 'Programadores informáticos' (284), entre otros.
Teniendo en cuenta estos datos, Sabina Lobato, directora de Formación, Empleo, Operaciones y Estudios de Fundación ONCE, considera que «el balance que muestran tanto las cifras de cierre de contratación como la estadística anual del INE sobre empleo de personas con discapacidad pone de manifiesto el crecimiento sistemático de la brecha de empleo entre las personas con y sin discapacidad».
En este sentido, añade, «no podemos seguir dejando la expectativa de mejoras al albur de las dinámicas del mercado laboral que llevan a este crecimiento de la desigualdad, sin hacer apuestas ambiciosas y valientes. Estamos hablando de la tramitación inaplazable de una nueva Ley de Empleo para personas con discapacidad, de estrategias públicas que permitan el acceso a primeras oportunidades a jóvenes y personas que se reciclan profesionalmente por discapacidad sobrevenida, así como con la cautela del impacto negativo que puede tener el futuro Estatuto del Becario en tramitación. En definitiva, iniciativas innovadoras que provoquen cambios sistémicos en la empleabilidad a largo plazo para el colectivo y en la generación de una verdadera cultura inclusiva en las empresas».
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