Carriedo apuesta por aprovechar los fondos europeos para duplicar la generación de energía eléctrica para el autoconsumo

Con motivo de la inauguración del desayuno informativo 'El motor de la recuperación', organizado por El Norte de Castilla y BBVA, Fernández Carriedo aseguró que la Junta busca aprovechar los fondos Next Generation para la transición energética con la convocatoria de ayudas para favorecer el autoconsumo, dotada con 38,2 millones de euros, de las que se podrán beneficiar instalaciones de todo tipo, ya sean empresariales y de otro tipo. Precisó que la convocatoria ya está publicada y que las solicitudes de los proyectos se podrán presentar, por vía telemática, a partir del próximo 17 de enero.

El consejero precisó que se ha demostrado que las inversiones en el autoconsumo son «viables» y «rentables», sobre todo en un escenario de elevados costes energéticos. No en vano, apuntó que los cálculos hablan de entre dos y tres años para lograr el retorno del desembolso económico de ese tipo de instalaciones.

Además, la administración autonómica ha sacado otra convocatoria de ayudas para la movilida sostenible, con 20 millones de euros, para el vehículo eléctrico, la recarga eléctrica entre coches híbridos y la instalación de puntos de recarga. «Es un desafío muy importante para nosotros por que Castilla y León, con su extensión territorial, tiene que tener un mayor número de puntos de recarga por habitante que la media española y supone una oportunidad desde el punto de vista logístico», aseveró.

Por último, el consejero hizo referencia a la próxima convocatoria relacionada con el ahorro energética de edificacines de municipios de menos de 5.000 habitantes, con un importe de 10,5 millones de euros. Es decir, subrayó que la Junta destinará 70 millones de euros en convocatorias públicas. «Tenemos la ocasión de situarnos en este nuevo escenario. Creemos en la sostenibilidad, pese a creer que se pudo hacer una transición más justa para garantizar la sostenibilidad sin haber renunciado a ser competitivos desde el punto de la energía y los recursos», reiteró. En este sentido, manifestó que la administración autonómica puede convocar muchas ayudas pero necesitan del interés y la participación de las empresas y los particulares.

Además, se refirió al Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento, en el que la Comunidad ha presentado algunas actuaciones para beneficiarse de esos recursos en los próximos años.

El consejero significó que Castilla y León ha sido siempre, históricamemente, una comunidad líder en el sector energético y ahora se enfrenta al desafío «muy importante» de la desaparición de algunas fuentes de energía y cómo abordar el reto de un sector que había generado mucha riqueza y empleos durante numerosos años. Reiteró que la Junta consideró que el cierre de las minas y las centrales térmicas fue «precipitado» al demandar un acompañamiento «mejor» en el proceso de transición. «Deberían haberse creado nuevas actividades productivas con la desaparición de las existentes y no acelerar la desaparición de las instalaciones que existían para luego crear nuevas fuentes. Hoy vivimos, en términos de crecimiento de la inflación, esas decisiones», lamentó.

Criticó que los fondos europeos para la transición justas que llegarán a España son más limitados que lo que hubiera «merecido» si estuviera en marcha un proceso de transición. No en vano, recordó que el país recibirá mucho menos dinero que Alemania y Polonia e incluso Francia e Italia, que históricamente han contado con una menor actividad minera y térmicas que España.

En este sentido, declaró que de los 17.500 millones de euros que la Unión Europea ha reservado para la transición justa, solo el 4,5 por ciento del total llegará a España. Y es que, reiteró, que la política de Europa en esta materia es destinar más dinero a los países que están inmersos en la transición y no tanto a los estados que ya habían llevado a cabo los cierres de las actividades energéticas que emitían CO2., como ocurre con España.

«Trataremos de aprovechar los fondos europeos en las mejores condiciones posibles por que se trata de favorecer alternativas en los territorios de cuencas mineras y de zonas que vivieron de cuatro centrales térmicas y el entorno de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos)», expuso.

Pese a estos cierres, Fernández Carriedo destacó que la Junta siempre ha apostado por continuar con el liderazgo en la producción de energía eléctrico. No en vano, significó que hoy produce un 175 por ciento de lo que consume, por lo que permite abastecerse en su totalidad y puede abastecer al sistema con sus excedentes. Además, valoró que el 87 por ciento de la producción de energía eléctrica fue por fuentes renovables en 2020. «Hemos sabido hacer esa transición, produciendo más energía y manteniendo el liderazgo», sentenció.

En todo caso, el consejero de Economía y Hacienda mencionó los desafíos a los que se enfrenta la Comunidad a lo largo de la legislatura, que pasan por multiplicar por cinco los megavatios de energía fotovoltaica instalados, al pasar de 500 a 2.500 MWh; aumentar de 5.500 a más de 7.000 MWH de energía eólica instalada y duplicar las instalaciones de producción de biomasa, tras haber alcanzado los 4.000 megavatios más en la mitad del mandato.

Por su parte, la directora territorial del noroeste de BBVA, Marta Alonso, destacó que las empresas que se posicionen en primer lugar en la eficiencia energética ganarán competitividad. «La sostenibilidad ha dejado de ser una amenaza y una oportunidad si no que se ha convertido en una obligación para todas las empresas», señaló. En este sentido, precisó que el BBVA considera la sostenibilidad como una política estratégica, hasta el punto que recordó que en lo que va de año la financiación a la sostenbilidad se ha duplicado.

También, aseguró que la descarbonización, la innovación tecnológica y la apuesta por un nuevo modelo más innovador y productivo son las claves para salir de la crisis generada por la pandemia del COVID. Alonso recordó que la pandemia del COVID ha obligado a «reinventarse» en todos los sentidos y acometer medidas en muy poco tiempo. «Si algo hemos aprendido de esta crisis es que debemos apostar por un modelo social económico más inclusivo y sostenible, después de haber cebado con los sectores como el turismo y los servicios», añadió.