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Con plaza en el Cuerpo de Policía Local desde hace 39 años y al frente de la Central Sindical Independiente de Funcionarios desde hace seis, Carlos Hernando (Valladolid, 1960) hace bandera de la independencia de su sindicato de la política, pone sobre la mesa el ... crecimiento de la organización en todos los ámbitos y recuerda que, si hace falta, pueden ser tan guerreros como los sindicatos de clase.
–¿La reivindicación de las 35 horas se está apagando? ¿Hay cierto cansancio en las protestas?
–Las 35 horas no son un capricho, sino un derecho que se tenía y se suspendió temporalmente. Su recuperación está firmada el 21 de mayo de 2019 y eso es lo único que nos sirve. El nuevo gobierno de la Junta ha optado por un culebrón titulado 'la gran mentira', con una oferta incumplible. No se ha apagado la reivindicación. Los tres sindicatos seguimos en contacto y nuestras asesorías están estudiando cómo reclamar jurídicamente el cumplimiento de lo firmado. Ahí tenemos a Pedro Sánchez, que cumple con todo lo que Rajoy firmó conCSIF.
–¿Cumplir lo firmado cuesta 120 millones, como se ha dicho? ¿Se firmó muy alegremente?
–No es cierto. En la Administración General cuesta cero. En Educación se contempla ir cubriendo los cupos de aquí al año que viene. Y en Sanidad que no nos diga el señor Igea que va a haber menos calidad cuando estamos viendo que se pierden médicos. Para tener sanidad de calidad hay que pagar a los médicos, contratar y sacar la oferta de empleo. Cuando pasamos de 35 a 37 horas y media no se despidió a nadie en el Sacyl, se reorganizaron los calendarios. El problema no es contratar por las 35 horas, sino que con 37 y media no se contrata y se pierden efectivos.
–¿Han hecho ustedes una evaluación del coste?
–En Sanidad, unos dos millones, no más. En total, con Educación, unos seis millones porque también habría que contratar, ya que tenemos un déficit de 600 profesores. Aquí se han hecho las cuentas del Gran Capitán para llegar a esa cifra de 120 millones con la que asustar, pero en realidad no hay que contratar a tanta gente.
–¿En particular CSIF es partidario de ir a los tribunales?
–Lo estamos valorando y nos inclinamos por pensar que la Justicia tiene algo que decir. Un Estado que cumple tiene credibilidad en el exterior. El gobierno de Mañueco no la tiene.
–¿La huelga fue un éxito o fracaso?
–Un éxito, porque los datos del señor Igea no son reales. Cuando te ponen unos servicios mínimos del 58% ya están preparando el terreno para poder decir que fue un fracaso. Pero entre quienes la pudieron hacer, el seguimiento fue del 60%. Tenemos los datos de la gente que ha solicitado el descuento en la nómina.
–¿Y sirvió para poco, o cree que ha sido útil para la causa?
–Hemos demostrado a los empleados públicos que estamos dando la cara por ellos. Los medios de comunicación se hicieron y siguen haciéndose eco. La huelga ha sido positiva, lo que no quita para que también pidamos a la gente que colabore más.
–¿Cómo valora el grado de implicación de los 80.000 trabajadores?
–Es cierto que nos gustaría que se implicaran más. Entendemos que les pedimos salir a la calle todos los días y es difícil. También entendemos que renunciar a una parte del sueldo es algo que sale caro. Pero todo lo que hacemos es en su beneficio.
–¿Cree que es una demanda que la ciudadanía comprende?
–Creo que sí lo entienden. Tienen que entenderlo porque desde 2010 los empleados públicos hemos pagado la factura de los desmanes de los políticos. Pusimos 4.000 millones de nuestra paga extra. En mi caso, todos los meses sigo perdiendo 200 euros brutos con respecto a 2010. Estamos haciendo un esfuerzo importante por la sociedad. Cuando nos quitaron la primera extra hubo mucha gente que se alegró. Pero con el tiempo, esa gente se ha dado cuenta de que empleados públicos son los bomberos, los jueces, los policías, los médicos... y no solo los que están en la ventanilla. Muchos también se han arrepentido de alegrarse.
–Todos los salarios se devaluaron en España, ¿los funcionarios están ahora peor que el sector privado?
–Calculamos una pérdida total de casi el 20% y ahora, en cuatro años, en el mejor de los casos recuperaríamos el 8%. Pero la subida del 2,5% del año que viene está condicionada a la marcha del PIB, que no parece que vaya muy bien. Aquí han congelado el sueldo de los empleados públicos González, Aznar y Rajoy. Zapatero no es que lo congelara, es que lo bajó.
–¿Qué otros 'frentes' tiene abiertos CSIF a nivel autonómico?
–El cumplimiento de la reposición de las bajas y la estabilidad en el empleo. Tenemos un alto grado de interinidad. En Castilla y León es del 18% y en el caso de la sanidad llega al 30%. Aquí, estar 15 o 20 años como interino se ha vuelto algo normal y conozco casos de hasta 26 años. Lo normal debería ser de uno a tres años. Pero los interinos protestan menos.
–CSIF tiene cada vez más presencia en la empresa privada. ¿Se lo toman como un objetivo prioritario o es algo accesorio?
–Tenemos mayorías en Paradores, Michelin, Quesos Entrepinares, en muchas empresas de León... Para nosotros es prioritario por lo siguiente: la ley de libertad sindical la hicieron UGT y CC OO a su imagen y semejanza. Es la única ley postcontitucional que no se ha reformado y pensamos que debería afrontarse este tema.
–Ahora que van de la mano con UGT y CC OO, ¿en qué se diferencia la estrategia de CSIF de la de ellos?
–No somos un sindicato de clase. La lucha de clases está obsoleta. Somos un sindicato profesional e independiente, que es nuestro carácter diferenciador. Y transparente. El único con las auditorías publicadas.
–¿Y menos guerrero?
–Tenemos talante negociador, pero cuando hay que dar guerra, la damos. También hemos salido a la calle solos.
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