Carlos Fernández Carriedo: un hombre de equipos, con afán de aprender y capacidad privilegiada para los números

Al palentino Carlos Fernández Carriedo (Monzón de Campos, 1963), la cartera de Economía y Hacienda le viene cono anillo al dedo. Le gusta estar muy al tanto de la actualidad, no solo de la política e informativa, sino también de la del ciudadano de a pie, hasta de los precios de la compra. Y si el consejero que va a regir los dineros de la comunidad se sabe al dedillo lo que cuesta un 'pack' de yogures bífidus activo, velará por el buen tránsito intestinal de las arcas públicas. Si a ello suma una capacidad privilegiada para los números –quien le conoce bien asegura que es capaz de desglosar el presupuesto de su consejería tomando un café– y sus virtudes negociadoras, basadas en el diálogo y en escuchar mucho antes de tomar cualquier decisión, parece que la decisión de Alfonso Fernández Mañueco resulta de lo más acertada.

Es este palentino de 55 años un hombre de equipos, de consensuar mucho con las personas con las que trabaja, con una insaciable sed de aprender y unas dotes de gestión que le han procurado el éxito en todas las labores que le han sido encomendadas en el Gobierno regional, desde su 'debut' como director general de Presupuestos antes del cambio de siglo hasta su último cometido como consejero de Empleo, pasando por las carteras de Sanidad y Medio Ambiente o la portavocía de la Junta de Castilla y León.

Apasionado del mundo del motor –que le rete alguien a hablar de marcas, modelos o caballos–, de las nuevas tecnologías y de los idiomas –ahora está aprendiendo alemán, contagiado su interés por estudiarlo su hijo–, Carlos Fernández Carriedo es palentino y presume de ello. Allá donde fuere o le deparen sus obligaciones, mantiene su compromiso con la provincia, y no solo político –aunque dejó de ser presidente provincial del PP en junio de 2017, relevado por su gran amiga Ángeles Armisén, sigue acudiendo a las juntas comarcales–. Tanto es así que no duda entre pasar los rigores del verano en Tierra de Campos, repartido entre su Monzón natal y Husillos, el pueblo de su mujer, y una playa con posidonia en sus fondos. No se sabe si su repertorio de chistes lo renueva allí, en el medio rural, o hace acopio en otros lares, pero Carlos Fernández Carriedo cuenta más dichos graciosos que Arévalo haciendo de presentador, artista invitado y público en 'Genio y figura', aquel programa que descubrió urbi et orbi a Chiquito de la Calzada.

Muy reservado en lo profesional y tímido en lo personal, su carácter tranquilo transmite mucha estabilidad a quien trabaja con él y le ha procurado siempre el respeto de sus rivales políticos, que jamás han oído salir de sus labios una palabra altisonante.