Blázquez recuerda que la pederastia no es exclusiva de la Iglesia Católica

La publicación de «informes tremendos» en relación con la pederastia ejercida por sacerdotes y referidos a hechos acontecidos «hace treinta, cuarenta y hasta sesenta años» puede dar la impresión de que esa lacra «es exclusiva de sacerdotes y de que los curas católicos son pederastas», lo que a su juicio es una «insinuación falsa e injusta».

Blázquez, que ha admitido, condenado e instado a erradicar ese problema en el seno de eclesiástico, se ha expresado así en un artículo que publica «Iglesia en Valladolid», el boletín informativo quincenal de la archidiócesis que también dirige, según informa EFE.

Según estudios estadísticos citados por el arzobispo y presidente de la Conferencia Episcopal, el 80% de los casos tiene lugar en las familias, el 3% en la Iglesia «y el resto en el deporte y la educación», por lo que ha definido la pederastia como una «suciedad personal, eclesial y social».

El prelado ha admitido la existencia de pecados por parte de sacerdotes «que también son delitos» y que ha tipificado en forma de «abusos sexuales, autoridad prepotente y poder abusivo sobre las conciencias» que «es necesario erradicar».

«Ha habido formas equivocadas de proceder de presbíteros y de obispos que unas veces han sido de encubrimiento y otras de pensar que la situación se resolvería cambiando al sacerdote de lugar o asegurándose el silencio con dinero», ha reflexionado.

Para Blázquez, en la Iglesia no cabe que niños confiados por los padres a sacerdotes y educadores católicos «hayan sido víctimas, a veces con humillaciones inimaginables de degradación, por parte de quienes se debía esperar un comportamiento respetuoso y evangélico».

Por todo ello, ha recordado al papa Francisco y a la carta pública que el pontífice emitió el 20 de agosto para condenar el abuso sexual cometido con niños en el seno de la Iglesia, y elogiado su actitud de anunciar el Evangelio «con fidelidad y libertad», además de «pedir humildemente perdón por los pecados y equivocaciones de los miembros de la Iglesia, clérigos y laicos».

El cardenal ha recordado que la exigencia de actuaciones firmes para que no se repitan estos atropellos «son tareas asumidas decididamente por él», por el papa Francisco.