Bernuy de Porreros: la 'enrama' por San Antonio

El ciclo festivo y tradicional en Bernuy de Porreros comienza con Santa Águeda el fin de semana más próximo al 5 de febrero. El viernes de vísperas, las mujeres tocan las campanas para anunciar el comienzo de los festejos. Acto seguido se coloca a la santa en las andas y se la prepara para la procesión del domingo: se le lava la cara con vino blanco, se le ponen los mejores pendientes que alguna aguedera preste y se adorna con centro de flores.

Las aguederas hacen el Perico Pajas, un monigote que simboliza la figura del hombre. Lo custodiarán y pasearán por las calles del pueblo para lucirlo hasta que llegue su final. La diversión no falta en estos días y el domingo, ataviadas con sus trajes típicos de segoviana, procesionan con la Santa al son de dulzainas. Después, ofrecen la 'tajá', chorizo cocido al vino, pan y queso con un buen trago de bota. Mientras esto ocurre, puede haber un descuido en la custodia del Perico Pajas y los chavales arramplan con él hasta dejarle en el Frontón Viejo donde le quemarán.

San Antonio es la fiesta que más cariño y tradición tiene en Bernuy de Porreros, incluso para los no religiosos. Se celebra el fin de semana más próximo al 13 de junio.

El mayordomo es la persona que se encarga de organizar la fiesta, antiguamente era por riguroso orden. Con el transcurso del tiempo el mayordomo/a dejó de costear todos los gastos de la celebración, a día de hoy acomete los derivados por los danzantes y los que él quiera realizar a mayores.

El resto se paga con el dinero que se saca de 'las mandas', que consisten en ofrecer dinero cuando subes a los niños a las andas del santo y de la subasta de: cohetes para tirar durante la procesión, los cuatro palos de sacar y meter al santo en las andas, una cesta de caramelos, el cordón y la subida al trono a San Antonio. También de productos como jamones o corderos que ofrecen personas desinteresadamente.

El viernes por la noche llega la 'enrama' que consistía en que los mozos enramaban con flores los balcones de las chicas que les gustaban. Después se iban a cortar la rama que había escogido el mayordomo para engalanar su puerta. Lo más importante de esta fiesta son los danzantes. Ocho chicos solteros acompañados de la zorra, el hombre encargado de enseñarles, palotean durante la romería y entre subasta y subasta. Van ataviados con el traje típico de segoviano. Son agasajados por el mayordomo durante el tiempo que se juntan para ensayar y durante los días que dura la fiesta. Ellos son los encargados de llevar la copa de la rama a casa del mayordomo.

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