La crisis trajo efectos colaterales, como el descenso de la incapacidad laboral. Una consecuencia por el temor a cogerse una baja y perder el puesto de trabajo, según valoraban los sindicatos o, según apuntaban algunos empresarios, bajó porque se dejó de abusar del ... absentismo laboral, lo que siempre se ha llamado 'echarle cuento para no ir a trabajar'. Aunque los médicos de Familia insisten en que los partes por incapacidad no se regalan y «lo más frecuente era ir a trabajar arrastrando el malestar de la enfermedad, si podían, con fiebre o dolores para no tener problemas», aseguran.
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Lo cierto es que los datos son claros en este sentido, lo son cada año. Las bajas laborales descendieron proporcionalmente al número de empleados durante el tiempo que duró la crisis. Claramente, desde 2008 hasta 2013, hay una marcada línea descendente desde las 248.566 casos de absentismo laboral de hace once años a los 142.461 de 2013. A partir de este último ejercicio, claro punto de inflexión, vuelven a recuperarse las cifras de forma progresiva aunque todavía se está lejos, con 192.186 bajas laborales en el cerrado 2018, de alcanzar aquellos números. En estos años posteriores a la crisis, los últimos cinco, la incapacidad transitoria volvió a aumentar el 34,9%. Así lo revelan los datos de la Consejería de Sanidad a este respecto. Las bajas laborales no descendieron en proporción al descenso del número de contratos, lo hicieron mucho menos. La evolución del número de afiliados activos a la Seguridad Social en Castilla y León ha sido decreciente en el período entre 2008 y 2013; pero, desde entonces ha aumentado un 8,3%.
El número de altas, de afiliados activos en situación de incapacidad temporal, tramitadas en la comunidad, a lo largo del año 2018 ha sido de 189.289 (48,7% hombres y 51,3% mujeres), un 12,1% más que el año anterior; lo que equivale a una tramitación media de 15.774 altas al mes.
Los problemas de espalda y músculo-esqueléticos y las gastroenteritis y colitis no infecciosas, por este orden, son los diagnósticos más frecuentes que provocan ausencia en el trabajo. Se repiten cada año. Pero una lectura de los procesos con más días de baja sitúa en cabeza a los trastornos que afectan al disco intervertebral, que suman una media de 108,1 jornadas de baja pero que solo afectaron a 1.566 personas, según datos de la Junta. Suman en total 153.603 días.
La media de los problemas de espalda es de la mitad, de 54,6 días, pero como afecta a muchos más afiliados, 116.465, supone para la Seguridad Social una suma de 898.420 jornadas. El peso de los trastornos emocionales es, en este sentido, también importante porque son los segundos con la media más alta, de 86,6 días en 2018.
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Hay algunos procesos, indica la Consejería de Sanidad que, a pesar de repetirse en gran número a lo largo del año, como el citado de gastroenteritis y colitis no infecciosas y las infecciones agudas de las vías respiratorias superiores o la gripe, tienen un consumo de días de baja pequeño. Sin embargo, los procesos originados por las causas músculo esqueléticas conllevan un enorme gasto de días de baja.
La tendencia en causas y prolongación es la misma cada ejercicio.
En el año 2018 en Castilla y León, a final de cada mes continuaban vigentes 3,16% de las bajas. La duración media de las mismas fue de 50,76 días, idéntica que en 2016 y ligeramente más baja que en 2017 (52,67 días). Esta media de jornadas con absentismo laboral tiene al ascenso desde 2007, primera fecha que registra el informe de la Junta.
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Al desagregar por sexo, la duración media de las bajas es mayor en mujeres en siete de las nueve provincias. Las mayores diferencias se han producido en Burgos (con 36,10 días en hombres y 46,86 días en mujeres), Soria (con 34,13 días y 41,75 días, respectivamente) y Palencia (47,46 y 53,86 días).
El dolor de espalda es algo prácticamente inherente a muchos puestos de trabajo; de ahí, las 16.465 personas que tuvieron que abandonar su empleo temporalmente. Cada día, de media, un trabajador pasa ocho horas, incluso más, en su puesto de trabajo que suele suponer reiteradas posturas y cargas. Las profesiones que más dolores de espalda provocan son las que conllevan estar sentados frente a un ordenador como los empleados de oficinas. Pasar toda la jornada laboral en la misma postura, muchas veces incorrecta, tiene consecuencias sobre la espalda. Según diversos estudios, más del 50% de las patologías que afectan a la misma corresponden a personas que tienen una actividad sedentaria. Desde administrativos o informáticos hasta abogados, periodistas o empleados de atención al cliente, entre otros. En estos casos, «es importante sentarse con la espalda erguida, los dos pies sobre el suelo y las rodillas ligeramente flexionadas», repasan los especialistas. Además es recomendable hacer pausas cada hora para dar un paseo por la oficina. Los expertos apuntan a que sería bueno poder pasar «un mínimo de dos horas de la jornada laboral de pie o deambulando».
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Otro colectivo especialmente afectado por problemas posturales es el personal sanitario y, en particular, el de enfermería. Pasan la mayor parte de su jornada laboral de pie y los celadores suman a ello el encargarse del desplazamiento de los pacientes y el peso también puede traer implicaciones negativas para la zona lumbar. En estos casos, PrevenciónLaboral aconseja trabajar con una postura recta, sin forzarla, un calzado cómodo y descansar sentados de vez en cuando. También los farmacéuticos o dependientes sufren horas en un deambular lento y cansado. Otro colectivo muy afectado por problemas de espalda son las amas de casa y las empleadas del hogar o los cuidadores de personas mayores.
La gripe es una de las enfermedades más comunes y que, cada año, causan un buen número de bajas; pese a ser de las más prevenibles con la vacunación. Aunque ponerse la dosis en campaña vacunal es accesible y gratuito en el centro de salud, los lugares de trabajo que facilitan estas dosis logran mejores resultados al facilitar y promocionar la antigripal y cuando la cobertura es amplia se protege a todo el grupo. El año pasado, en Castilla y León se cogieron la baja por tal motivo 5.777 trabajadores, con una media de 16,2 días; lo que suma para la SeguridadSocial 93.737 jornadas. Para las empresas suele suponer más el trastorno porque no siempre se recurre al parte médico, en ocasiones se faltan días sueltos por encontrarse mal, con fiebre y calambres. En Castilla y León se vacuna el 22,03% de la población general y son las personas mayores (90,89%) las de mayor porcentaje aportan; seguidos de la población con enfermedades crónicas y de riesgo, es decir, que no hay mucho hábito entre los trabajadores de vacunarse.
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