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carlos tabernero
Sábado, 1 de abril 2017, 19:33
Alfonso Fernández Mañueco asume hoy la Presidencia del Partido Popular de Castilla y León con un marcado perfil de hombre de partido, logrado tras acumular una larga trayectoria política en la formación popular, desde la cantera a la capitanía regional que alcanza este fin de ... semana, y que comenzó con tan solo 18 años, cuando el hoy alcalde de Salamanca, con su Licenciatura en Derecho recién iniciada, se afilió a Nuevas Generaciones de la entonces llamada Alianza Popular.
Con una convicción política y de liderazgo adquirida desde la infancia, durante la que su padre, Marcelo Fernández Nieto, ostentó la Alcaldía de Salamanca por dos años, el hasta este sábado secretario regional del Partido Popular de Castilla y León empezó a manifestarla apenas dos años más tarde de su afiliación, en 1985, cuando creó la Asociación de Estudiantes de la Universidad de Salamanca (AEUS), primera asociación estudiantil universitaria de Castilla y León. Ahí comenzó a entreverse la capacidad organizativa y de diálogo del actual alcalde de Salamanca, características que marcan su devenir político.
Y es que precisamente de esas dos cualidades ha tenido que hacer gala Fernández Mañueco en los dos ámbitos en los que ha trabajado en su ya dilatada carrera política. Por un lado, en el ámbito de las instituciones públicas, con cargos en Ayuntamiento y la Diputación de Salamanca, la Junta de Castilla y León y las Cortes autonómicas. Por otro, en la estructuración de partido, con 24 años de experiencia en la dirección organizativa del PPCyL, bien sea en el área provincial, durante la última década del siglo XX, o regional, en los últimos 15 años como secretario autonómico del Partido Popular de Juan Vicente Herrera.
Fernández Mañueco llegó a la primera línea política en 1993, cuando con tan solo 28 años fue nombrado secretario provincial del PP de Salamanca para demostrar su vis organizativa, encauzando un cambio de rumbo de la formación popular en la provincia sin perder el apoyo de la tradición y la 'vieja guardia' del partido. El diálogo que ahora manifiesta en la compleja, por hasta ahora desconocida en Salamanca, aritmética municipal, tuvo así su primer espaldarazo con la victoria en las elecciones municipales de 1995, que auparon a Julián Lanzarote a la Alcaldía de la capital. Tras el triunfo electoral, Fernández Mañueco asumió una concejalía en el Consistorio y la vicepresidencia de la Diputación de Salamanca.
Tan solo un año después, y como consecuencia de la renuncia del entonces presidente de la institución provincial salmantina, Gonzalo Sáinz, Alfonso Fernández Mañueco se convirtió en el máximo mandatario de la Diputación de Salamanca. Renovó el cargo tras las elecciones de 1999 y solo lo abandonó por la llamada, en marzo de 2001, de Juan Vicente Herrera, quien como nuevo presidente de la Junta de Castilla y León le nombró consejero de la Presidencia para que, ya en el escalón autonómico, continuara desarrollando su capacidad organizativa y de diálogo.
Esas cualidades le llevaron también, en octubre de 2002, a la Secretaría Autonómica del Partido Popular de Castilla y León, ya con Juan Vicente Herrera como su presidente tras el Congreso Autonómico celebrado en León. Como 'número dos', le tocó primero, como ya hizo en su provincia, maniobrar para renovar el partido sin tensionar los hilos con las raíces derivadas de las presidencias regionales de José María Aznar y Juan José Lucas. Concluida dicha labor, tuvo que lidiar, en los últimos años, con las sucesivas tensiones que las diferencias entre el Gobierno nacional de Mariano Rajoy y el regional de Juan Vicente Herrera provocaron en el PP de Castilla y León, en su papel de puente entre ambos 'mundos' como secretario autonómico en la región y presidente del Comité de Derechos y Garantías del PP nacional, cargo que ostenta desde el año 2007.
En la Junta, renovó como consejero de la Presidencia tras las elecciones de 2003, y en 2007 cambió de cartera para hacerse cargo de la nueva Consejería de Interior y Justicia. Mientras, los resultados electorales en el ámbito provincial y autonómico de 2003, 2007 y 2011 reforzaron su papel como secretario regional del PPCyL, y en esas últimas elecciones se presentó como candidato a la Alcadía de Salamanca para asegurar una plaza importante en la región tras el desgaste de imagen sufrido por el entonces primer edil, Julián Lanzarote, debido a una gestión excesivamente personalista del Consistorio salmantino. Las urnas, una vez más, respaldaron a Fernández Mañueco, cuya candidatura logró 18 concejales por los 9 del PSOE en un resultado histórico para el PP de Salamanca.
Ya alejado de la Junta, y tras cuatro años de gobierno municipal en mayoría absoluta, las elecciones de 2015 otorgaron a Fernández Mañueco una nueva victoria pero con un mandato distinto: recuperar su capacidad de diálogo para regir un Ayuntamiento con cuatro grupos políticos representados (PP, PSOE, Cs y Ganemos) y tender la mano a uno de ellos, Ciudadanos, para lograr la investidura.
Menos de dos años después, el alcalde de Salamanca tuvo que enfrentarse a otra cita con las urnas, pero en este caso inesperada y novedosa. La renuncia de Juan Vicente Herrera a presentarse a la reelección como presidente del Partido Popular de Castilla y León obligaba a unas primarias, primeras en el PP regional, para elegir a su sucesor. Nuevamente las urnas refrendaron la figura de Alfonso Fernández Mañueco, con el diálogo, la capacidad organizativa y un renovado espíritu municipalista, tras su paso por la Alcaldía de Salamanca, como señas de identidad de quien desde este sábado capitanea al PP de Castilla y León. Llegado, además, de la cantera, como buena parte de los grandes ídolos de la historia de 'su' Real Madrid.
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