Nieves Caballero
Martes, 22 de noviembre 2016, 12:18
Siempre sorprende un blanco fermentado en barrica. La realidad es que en Castilla y León cada vez más bodegas apuestas por envejecer sus vinos blancos, aunque siguen siendo pocos, si se compara con otros países europeos productores, como Francia y Alemania. Los consumidores, como los invitados de anoche del Club de Catas de El Norte de Castilla, tienen más acostumbrado el paladar a los vinos blancos del año, pero Emina Rueda demostró de nuevo que sí que se pueden hacer fermentados en barrica de gran calidad con la variedad autóctona verdejo.
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El director de Comunicación y Marketing del Grupo Matarromera, Roberto Sanz, ofreció algunos interesantes datos de las bodegas Emina Rueda, situada en Medina del Campo, en la DO Rueda; y Emina Ribera, en San Bernardo. Así, recordó que «emina» era la ración de vino que tenían asignada los monjes cistercienses del monasterio de Nuestra Señora de Valbuena en el siglo XII, aunque para las monjas la cantidad se reducía a la mitad. Apuntó también el carácter sostenible e innovador de la bodega que se construyó en 2005.
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