La crisis reduce a la mitad los ingresos y los proyectos de los centros tecnológicos de la Comunidad

El balance de este duro periodo económico en la Comunidad refleja que de los 609 proyectos que desarrollaban estos centros en el año 2010, en 2015 la cifra se sitúa en los 307. Además, mientras hace seis años sus ingresos eran de 46 millones, el año pasado apenas fueron 26. También, uno de cada tres personas que trabajaban en estos centros ya no lo hace.

El declive en la actividad de estos centros ha sido constante y casi continuo. Así, aunque en 2010 ya se había experimentado un descenso (se pasó de 672 proyectos a 609), es en 2011 cuando sonó con más fuerza la voz de alarma al perder uno de cada cuatro programas en los que trabajaban y quedar su actividad reducida a 459 trabajos. A partir de ahí la tendencia se agudizó en en 2012 con 302 proyectos. Si bien estos centros registraron un ligero incremento en 2013, hasta los 370 en los dos últimos años en que hay datos volvieron a caer y fueron 332 en 2014 y 307 en 2015.

A la vez que descendieron los proyectos, también se redujeron los ingresos totales de los centros, también casi a la mitad, dado que en 2010 los ingresos supusieron 46 millones de euros, frente los 26 de 2015, según datos de la Consejería de Economía que recoge el Consejo Económico y Social de la Comunidad.

Esta caída en la financiación fue consecuencia fundamentalmente de la práctica eliminación de la subvención del Gobierno autonómico a estas infraestructuras: si en 2010 el dinero que les llegaba por esta vía era de 7,1 millones de euros, el año pasado apenas recibieron 46.303 euros, es decir, una reducción del 99,4 por ciento. También han sufrido los recortes de la Administración central, aunque en menor medida. En concreto, la aportación del Gobierno pasó de 4,3 millones de euros a dos. Ambos tijeretazos no han podido ser suplidos por el incremento de las ayudas europeas que, aunque se han duplicado, no han sido suficientes para mantener la actividad. Así, en este tiempo pasaron de 2,3 millones de euros en 2010 a los 4,4 del año 2015.

Por otro lado, destaca la menor facturación a empresas por parte de los centros. Así, se pasó de los 26,6 millones de euros del año 2010 a los 17,5 de 2015. Esta disminución de la facturación puede deberse, según explica el Consejo Económico y Social (CES), a la restricción en inversiones que también ha llevado a cabo el tejido empresarial y la disminución de la financiación pública destinada al desarrollo de proyectos conjuntos entre empresas y centros tecnológicos.

Como aspecto positivo, esta institución considera que el complicado escenario financiero de la Comunidad ha impulsado a los centros tecnológicos de Castilla y León a participar en convocatorias nacionales e internacionales de I+D+i para la obtención de fondos. Esto se ha traducido, de manera directa, en mayores subvenciones en 2015 frente a 2014 y, posiblemente, en una mejora competitiva ya que los proyectos en concurrencia competitiva a estas niveles suelen ser de mayor complejidad.

Empleo

En lo que se refiere al empleo, estos centros contaban con 508 trabajadores en 2015, lo que supone que uno de cada tres de los empleados que tenían en 2010 (un total de 754) ya no lo son. Además, cayó en todos los colectivos. Así, los trabajadores a tiempo completo bajaron de 614 a 431 (29,8 por ciento); los titulados superiores de 328 a 227 (-30,7 por ciento); los medios de 102 a 73 (-28,4 por ciento); los administrativos y FP de 184 a 131 (28,8 por ciento), mientras que los colaboradores a tiempo parcial pasaron de 84 a 62 (26,1 por ciento) y los becarios de 56 a 15 (-73,2 por ciento).

La Red de Centros Tecnológicos Asociados está formada por el Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITCL) en Burgos, especializado en la ingeniería de procesos y tecnologías de automatización; el Centro Tecnológico de Miranda de Ebro (CTM), dedicado a las tecnologías metal-mecánicas y servicios tecnológicos; la Asociación de Investigación Inbiotec, en León, centrado en el desarrollo biofarmacéutico y biotecnológico; la Fundación para la Investigación y Desarrollo en Transporte y Energía (Cidaut) y Cartif (Fundación Automatización, Robótica y Tecnologías de la Información y la Fabricación), ambos en Boecillo.