La Junta aplicará un seguimiento especial a los presos de la región en el extranjero

José Manuel Herrero llegó a España este pasado miércoles después de haber recorrido tres países iberoamericanos en nueve días (del 7 al 15 de agosto), e inmediatamente el Gobierno regional decidió poner en marcha, sobre la base de las sugerencias y propuestas surgidas en la observación sobre el terreno, un plan especial de seguimiento y amparo de los presos castellanos y leoneses en las cárceles de otros países. El secretario general de la Consejería de la Presidencia, quien no oculta «la impresión» que le ha provocado el contacto con los once castellanos y leoneses que cumplen condena en las prisiones de Perú y de Argentina, ha informado al Gobierno regional de las condiciones en las que están recluidos y de las principales necesidades que se les plantean, la mayoría vinculadas a las más elementales, como la higiene y el cuidado de la salud.

Ya en la organización del viaje y de los contactos con los presos y sus familiares, que la Consejería de la Presidencia preparó con la Fundación+34, José Manuel Herrero pudo hacerse una idea sobre el perfil de dichos presos. De los 23 castellanos y leoneses que cumplen condena en cárceles extranjeras, 10 lo hacen en las dos de la capital peruana, lo que convierte a este colectivo en el más numeroso del conjunto. Pero la llegada a las dos prisiones de Lima y el contacto personal con los diez presos en ambas (cinco por prisión), le han permitido al secretario general de la Consejería de la Presidencia y, por ende, al Ejecutivo regional, conocer de primera mano una realidad harto impresionante.

Protocolos

España, como Estado, tiene firmados protocolos con otros países que permiten que los españoles que hayan sido condenados en el extranjero puedan ser extraditados para cumplir el total de su condena en territorio nacional o que a la mitad de la misma puedan ser expulsados del país y regresar a España, donde ya no tendrían que cumplir el 50% del resto de la condena. En esta situación, la de estar ya en el ecuador del periodo de privación de libertad, se hallan cinco de los diez castellanos y leoneses recluidos en prisiones de Perú. El perfil más común de los reclusos responde a un patrón vinculado a la crisis económica: personas que tenían trabajo, lo perdieron y para conseguir ingresos se prestaron a hacer de camellos, es decir, a transportar droga de un sitio a otro. Fueron arrestados por ello y condenados.

Con esos cinco que están a punto de llegar a la mitad de su condena y los otros cinco que aún no, se reunió en Lima el secretario general de la Consejería de la Presidencia ( lo mismo hizo en Argentina con el ciudadano de Castilla yLeón encarcelado en Buenos Aires; en ambos encuentros, Herrero estuvo acompañado por el cónsul de España en aquellas ciudades). Perú es uno de los países que tiene paralizado el convenio internacional que permite a un extranjero cumplir condena en su país de procedencia. El nuevo Gobierno peruano se muestra dispuesto a reactivarlo. Pero mientras, allí se encuentran arrestados diez castellanos y leoneses. Herrero pudo comprobar cómo en celdas habilitadas para cuatro personas están asignadas hasta 40 (en el caso peruano) y recibió cumplida información de sus necesidades.

Sobre la base de estos contactos, La Junta de Castilla yLeón ha decidido (y es la primera comunidad autónoma que lo va a hacer) poner en marcha ya un plan especial de seguimiento de cada uno de los presos castellanos y leoneses en el extranjero con el fin de agilizar sus expedientes, atenderles en la medida que pueda formularse (las comunidades autónomas carecen de competencias en la materia) y, especialmente, ofrecerles auxilio y ayuda personal, incluso en los aspectos más elementales, como son que puedan recibir productos para su aseo personal y ropa y que puedan mantener un contacto con sus familiares más fluido que el actual, que es bastante escaso (solo una llamada telefónica casi al mes).