Garantía de protección

Es la Fiscalía la que inicia el procedimiento de modificación de la capacidad y promueve la tutela, curatela u otras figuras de guarda y protección para la defensa de los intereses de estas personas. El objetivo es garantizar su máxima protección y cuidado y Feclem proporciona además los apoyos necesarios para promover una mayor autonomía, mejorar su calidad de vida y velar por sus derechos. Así lo hace desde el año 2000, cuando nació al amparo de la Federación Feafes, hoy Salud Mental Castilla y León, y de las asociaciones de familiares de personas con enfermedad mental. «En la creación de Feafes estaba también la idea de hacer un proyecto para el ejercicio de la tutela o las figuras de guarda que necesitan las personas que no tienen familia», recuerda el gerente de Feclem, Luis Ignacio García Vidal, sobre un proyecto de ámbito regional con sede social en León. Además, desde 2007 cuenta con centros de trabajo en Valladolid, Salamanca y Burgos con el objetivo de «llegar a una tutela más cercana y de estar cerca de las personas que tutelamos».

En 2015 la Fundación Tutelar trabajó en 781 expedientes, de los que 450 (el 60%) eran cargos ya jurados, mientras que unos 300 estaban en fase de valoración o estudio y unas 30 personas, pendientes de jurar el cargo, un acto de presencia judicial por el que se asume formalmente el cargo de tutor. Cuenta la entidad con 28 trabajadores en la región, concretamente en las áreas administrativa y económica, jurídica y social. La parte administrativa y económica se encarga de los temas relacionados con la gestión del patrimonio, cuentas y obligaciones fiscales de los tutelados; mientras que el departamento jurídico resuelve las cuestiones legales que pueden tener en curso, desde contratos, alquileres o compraventas a cuestiones testamentarias. Es en la parte social donde trabaja el 50% de la plantilla de Feclem, formada por educadores y trabajadores sociales denominados como referentes de tutela.

Cuando la entidad asume la tutela de una persona, el primer paso es hacer un análisis de su situación patrimonial y personal. «Hacemos un diagnóstico de cómo está, de su situación económica, si tiene deudas o las obligaciones fiscales al día y se hace un presupuesto de ingresos y gastos para ver la capacidad que tiene para afrontar sus necesidades más básicas», explica el gerente de Feclem. A partir de aquí, se hace un plan de intervención social, en el que se atienden las situaciones más carenciales de la persona respecto a su patología psiquiátrica y su situación social. Se estudia así el lugar y condiciones de residencia y las necesidades de ocio para que participe en el mayor número de actividades encaminadas a la recuperación y rehabilitación del curso de su enfermedad.

De esta forma, todas las fases de la vida de una persona, desde la educación, el hogar, la alimentación, la vivienda o la defunción, están cubiertas por la Fundación con la garantía y experiencia que suponen los 16 años de trabajo especializado en el colectivo de la salud mental. Trabaja además Feclem en un modelo de gestión de calidad durante toda la actuación, desde que se recibe o se atiende por primera vez a una persona hasta el final de su vida o hasta que recupera la capacidad.