El Norte
Viernes, 29 de abril 2016, 19:37
La comarca vitivinícola de Toro tiene muchas y variadas características. Y hay una que afecta a su vino de manera crucial: es la denominación de origen de España en la que menos litros de agua por metro cuadrado se recogen al año. Vamos, que llueve ... muy poco.
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Esta falta de agua, y un viñedo con una sanidad extraordinaria ya que nunca ha sido atacado por la filoxera, producen unos vinos extraordinariamente densos, con un grado de alcohol elevado y con un cuerpo y una personalidad únicos. Vinos complicados de domar, difíciles de meter en vereda y de adecuarles a los refinados paladares actuales.
Esta característica provocó que, desde siempre, del vino de Toro se dijera que se puede masticar, que se puede comer con cuchillo y tenedor o que es tan espeso que cuando lo viertes en la copa se puede cortar con tijeras.
Parecen exageraciones evidentes, comparaciones pensadas para destacar una cualidad con una hipérbole desmesurada. ¿O no?
En este vídeo, podemos comprobarlo. Igual te soprendes.
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