El cuento del patito feo no tiene final feliz en Palencia

El macho de la pareja, Curro, perdió la vida el pasado miércoles a las 16:30 horas debido a una infección respiratoria e intestinal. La muerte de Curro dejó a la hembra sola en su tarea de incubar los ocho huevos que concibió con su compañero, y todo hacía presagiar que la nueva pollada tendría muy complicado salir adelante, ya que la madre se vería obligada a abandonar el nido para buscar un alimento que Curro no le podía llevar al nido.

Las cosas se ponían feas para esta madre coraje, pero un grupo de vecinos se comprometió a llevarle comida para que no dejase de incubar los huevos y que sus polluelos pudieran romper el cascarón.

El cuento del patito feo es triste, pero tiene un final feliz algo con lo que, desgraciadamente, no cuenta esta historia. Los esfuerzos de los vecinos no han servido de nada y la madre que protagoniza este relato ha acabado perdiendo a sus hijos, una desgracia a la que parecía predestinada. Pero no ha sido su hambre lo que ha hecho enfriarse los huevos, sino la crecida que ha registrado hoy el Carrión, que ha inundado el nido para dotar de un final aún más trágico a esta historia.

Estos ocho 'patitos' que esperaban convertirse en cisnes no podrán salir del cascarón. Este cuento no parece de Hans Christian Andersen, el autor parece más bien Sófocles, y es que a esta madre le ha sucedido como a Edipo. No ha podido ganar la partida al destino.