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Susana Escribano
Viernes, 18 de marzo 2016, 09:58
Germán Barrios (Ávila, 1963) insiste en que ese es el camino hacia el empleo y, más aún, hacia el empleo de calidad. El presidente de Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León defiende que uno de los retos de la comunidad es evolucionar ... hacia un modelo productivo que compita en conocimiento e innovación, en industria, y no en salarios recortados. Un modelo económico que sirva para atajar los dos retos principales que diagnostica a la comunidad: el todavía alto nivel de desempleo y la despoblación y el envejecimiento del padrón autonómico.
¿Se está saliendo y, si es así, qué pasa con las personas que no notan esa mejoría, quién se queda en el camino?
La recuperación económica acaba de entrar en su tercer año de crecimiento y las expectativas para 2016 no bajan del 2% de crecimiento en el peor de los casos. No podemos hablar de recuperación real si no llega a las familias y hasta que no se haya regenerado nuestro tejido industrial. ¿Qué nos indica que todavía no hay una recuperación real? Un alto volumen de desempleo, con todavía más de 200.000 parados, y que no llega de manera fácil la financiación ni a las familias ni a las empresas. También la elevada deuda.
El CES ha llamado la atención sobre el riesgo de atajar la crisis recortando la nómina. ¿Se les tiene en cuenta?
Estamos ganando en competitividad, pero no por más especialización o avances tecnológicos, sino por una fuerte expulsión de empleo y la devaluación interna de las condiciones de producción, de los salarios. Hay que ganar en competitividad no bajando salarios, sino aumentando en conocimiento y rebajando costes en otros factores como los energéticos o los logísticos, con la construcción de las infraestructuras pendientes y, sobre todo, mejorando en formación y en innovación.
Analizaron en las Cortes la Garantía Juvenil y el empleo de calidad. ¿Cumple las expectativas el primer programa, se ofrece trabajo o formación a los jóvenes que están mano sobre mano?
La Garantía Juvenil es excesivamente burocrática, necesita una doble inscripción... Y los recursos son insuficientes. El camino más corto para el empleo, en una época de crisis, es la formación. Hay que impulsar la Formación Profesional de Grado Medio, la Formación Profesional Dual y los programas mixtos que combinen formación con empleo. Y dirigirlos a los colectivos más desfavorecidos, jóvenes, mayores de 45 años y parados de larga duración.
¿Cómo se puede dejar de hablar del cambio de modelo productivo como un futurible y que sea una tarea cumplida, una realidad?
Es el principal reto al que se enfrenta Castilla y León. Para ello hay que abordar dos grandes cuestiones, lo primero es aumentar el tejido industrial. Necesitamos más industria, que es el sector que crea empleo estable y de calidad. El 17% del PIB regional es industria. Habría que llegar al 20%. Los territorios a los que menos afecta el paro son los que tienen un 30% de industria. Es mucho para nosotros, pero habría que conquistar ese 20%. Y lo segundo es apostar por mayor tamaño de estas industrias. El 96% de las empresas de Castilla y León son microempresas. Bonificaciones, incentivos y ayudas deben dirigirse a estimular el crecimiento de las micropymes.
¿Qué fortaleza aporta a la vida de Castilla y León el Diálogo Social?
Es una seña de identidad en Castilla y León. Es el vehículo para mejorar nuestra situación económica, laboral y también tejer unas mimbres de cohesión social que han sido muy importantes durante la crisis. Gracias al Diálogo Social se han aprobado medidas tan importantes como la Renta Garantizada de Ciudadanía o la Red de Protección para las personas más vulnerables, estrategias de empleo, que han hecho que la situación en nuestra comunidad sea algo mejor que las del resto.
Ha mencionado la importancia de las infraestructuras para que la actividad económica gane en competitividad. ¿Cree que la Autovía del Duero o la Valladolid-León dejarán de ser una reivindicación algún día?
Son dos infraestructuras pendientes y vitales para nuestra comunidad. Las infraestructuras mejoran el bienestar de los ciudadanos y generan mucho empleo, además de ayudar a mejorar la competitividad por la mejora de los costes logísticos. Son vitales las autovías, pero también la conexión ferroviaria en alta velocidad, también para mercancías por la situación estratégica que tenemos. Sin olvidar las infraestructuras tecnológicas, que la banda ancha llegue al mundo rural, donde todavía hay deberes que hacer.
¿Se atreve a contraponer la principal fortaleza de Castilla y León a su principal debilidad?
La principal fortaleza es el consenso, saber concertar las políticas económicas, sociales y de empleo con la sociedad civil y llegar a estrategias conjuntas. Y la principal debilidad son las principales amenazas, el desempleo, fuerte, aunque sea menor que en el conjunto de España. Y la otra gran amenaza de nuestra comunidad es la despoblación, por lo que significa en disminución de habitantes, en envejecimiento y en desigual distribución dentro del territorio. Esto necesita una política con visión de Estado.
¿Y qué retos afronta la comunidad en 2016?
Intentar lograr más industria y de mayor tamaño y la apuesta por el conocimiento. Hay que romper el divorcio que hay entre la investigación pública y la innovación empresarial. Debe haber mayor transferencia de conocimiento, en concreto, entre las universidades públicas y el tejido empresarial. Y otra prioridad deber ser mejorar la financiación y abaratar el coste de la energía. Y un marco regulatorio sencillo, con derogación de normas innecesarias, y simplificar trámites burocráticos para que sea más fácil crear una empresa o abrir un negocio.
¿Qué aconsejaría a un joven que acaba de terminar su formación universitaria y quiere lanzarse al mercado laboral e incluso aspira a emanciparse?
A un joven con alta cualificación y que accede a un mercado laboral con alto desempleo le digo que el camino más corto para el empleo es la formación, mejorar la empleabilidad. A pesar de que seguramente tendrá unas competencias básicas importantes, tiene que apostar por mejorar otras competencias, sobre todo el inglés, que es fundamental, y la formación digital.
El CES habla con informes sustentados en datos y en análisis comparado de programas y normativa, ¿qué prioridades fijan en sus recomendaciones?
No estamos instalados en la mera crítica, nuestra pretensión es que nuestras recomendaciones sirvan para mejorar la vida de los ciudadanos. Hay que mantener los mimbres de cohesión social, hay que estimular la inversión pública y la economía hacia un nuevo modelo productivo y planteamos mejoras de las políticas activas de empleo. También para reforzar unos servicios esenciales de calidad, públicos, gratuitos y universales.
¿Y se sienten escuchados?
Cada vez má. Muchas de nuestras propuestas se incorporan a las normas afectadas. Hay propuestas del CES que recogen los grupos parlamentarios y se aprueban.
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