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Alicia Pérez
Miércoles, 16 de marzo 2016, 17:36
Los orígenes de la Fundación Castellano Leonesa para la Tutela de Personas Mayores (Fundamay) se remontan a diciembre de 1996, cuando un grupo de trabajadores sociales avalados por el catedrático de Anatomía Patológica de la Universidad de Valladolid Pedro Gómez del Bosque presentaron un proyecto ... de creación de la Asociación Tutelar de Personas Mayores. Es esta asociación la que años después promueve la constitución de la Fundación Tutelar, que se constituyó el 6 de septiembre de 2002 como Fundación Castellano Leonesa para la Tutela de Personas Mayores.
La entidad, sin ánimo de lucro y de carácter social, tiene por objeto el ejercicio de las figuras de guarda contempladas en el Código Civil, es decir, la tutela, la curatela, la administración judicial y defensa judicial, para personas mayores de 65 años residentes en Castilla y León que se encuentren incursas en procedimientos judiciales sobre la modificación de su capacidad y que carezcan de parientes o allegados idóneos para el desempeño de estos cargos tutelares. La Fundación es, de esta forma, un recurso social que garantiza la protección personal, patrimonial y jurídica de aquellas personas mayores cuyas enfermedades o deficiencias persistentes de carácter físico o psíquico les impiden gobernarse por sí mismas.
Los objetivos primordiales son ejercer las figuras de protección jurídica a favor y en beneficio del mayor incapacitado, prevenir situaciones de desamparo e indefensión, propiciar la integración y normalización del mayor tutelado en su entorno social y familiar, e informar y asesorar a las personas mayores de 60 años sobre asuntos de naturaleza jurídica y psicológica.
Durante el año 2015, Fundamay ha trabajado en 607 expedientes. De ellos, 324 son cargos en pleno ejercicio tutelar, 59 están pendientes del trámite judicial para su asunción, 47 se encuentran a la espera de obtener la condición de beneficiarios por la Fundación y el resto son bajas por fallecimiento o extinción de medida de protección.
Además, en los últimos años y según los datos facilitados, la entidad ha destinado gran parte de sus esfuerzos a la consolidación de la actividad de voluntariado. «Los voluntarios resultan de vital importancia para los mayores, cuya protección tiene encomendada la Fundación», explican desde la organización, «ellos son el corazón de Fundamay, son los que ponen en valor la parte humana de la tutela, combatiendo la soledad de quienes no tienen apoyos».
Por este motivo, desde la organización se busca «exhaustivamente» que cada persona mayor tutelada tenga además de sus profesionales de referencia, tanto sociales como jurídicos y económicos, su referente afectivo en la figura del voluntario, que acompaña a los tutelados en su día a día.
También Fundamay participa y promueve actividades de formación específica dirigidas a colectivos concretos como trabajadores de administraciones locales, ONG y asociaciones de afectados, así como al público en general, «aportando desde el punto de vista de la protección jurídica de las personas mayores aquellos apoyos que puedan garantizar una mayor calidad de vida de este colectivo en Castilla y León».
Además, a través de otro programa que desarrolla, ofrece información, asesoramiento y apoyo en materia jurídica en todos aquellos aspectos que tienen que ver con la protección jurídica referente a autotutela, incapacitación, pretutela y tutela. En este sentido, a lo largo del año 2015 se atendieron 267 peticiones de asesoramiento de familiares y profesionales.
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