Petardos, tracas y gritos fueron llenando poco a poco los exteriores del Hotel Conde Luna. En su interior, Endesa abordaba en la 'Jornada por la reindustrialización de El Bierzo' sus planes para la Central de Compostilla en Cubillos del Sil. Pero fuera, sindicatos y ... trabajadores protestaban por una negociación que no acaban de ver.
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«Nosotros creemos que con 1.200 millones de beneficio que tiene Endesa la empresa no puede hacer planteamientos tan deshonestos como los que está haciendo en la negociación colectiva», denunciaba Juan Sobredo, portavoz del comité de empresa.
Así, los concentrados criticaron que la empresa «se vuelque no en no dar, sino en recortar beneficios que llevamos setenta años con ellos», al tiempo que señalaron que «nosotros creemos que no es ni el momento ni la oportunidad de plantear estas situaciones, y desde luego creemos que nuestro gobierno deberia haber hecho sus deberes y haber derogado la reforma laboral, ya que hoy no tendríamos esta situación en la que los empresarios se están envalentonando».
El comité reprochaba a la compañía energética que lejos de atender sus demandas, haya rebajado su propuesta inicial, algo que -asegura- «no vamos a permitir» y contra lo que se han convocado diversos encierros en toda España, como el que protagonizan ellos mismos en el recinto de la central de Compostilla y que hoy interrupieron para movilizarse coincidiendo con la celebración en la capital leonesa de la 'Jornada sobre transición energética y reindustrialización del Bierzo', organizada por Endesa en colaboración con la Universidad de León.
«Hoy presentan aquí un proyecto que no contempla ni inversiones ni proyectos que vaya a acometer la propia Endsea y creemos que es su responsabilidad. Hemos planteado proyectos viables y no se han dignado ni a mirarlos y pretende pasar su responsabilidad a los demás, a ver si alguien se hace cargo», señaló antes de tildar ese encuentro para presentar el llamado plan Futur-e como de «pantomima».
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Después de 70 años «llevando beneficio de la comarca», dijo, la responsabilidad social obligaría a la empresa a dar alternativas «porque las hay y son viables», pero lo que hace es intentar que otras compañías se comprometan a desarrollar proyectos en el espacio que ahora ocupa la central. «Para eso ya hay varios polígonos industriales vacíos», reflexionó.
Por su parte, el director general de Endesa en el Noroeste, Miguel Temboury, manifestó que consideran que la protesta «no está justificada». Endesa, recordó, ha presentado la solicitud de cierre para las instalaciones bercianas, que no pueden ser aprovechadas como las de Teruel para para acometer un proyecto vinculado a las energías renovables.
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«No se trata de hacer un proyecto a pérdida sino que hay una actividad que genere empleo y sea sostenible. La central todavía no está cerrada; el Ministerio todavía no lo ha autorizado y tenemos en estos momentos 125 trabajadores propios y 70 de contratas. Más no se puede correr... el cierre, preparar los trabajos de desmantelamiento y en paralelo la búsqueda de alternativas» detalló.
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