«Lo que les preocupa es que han dejado allí su casa y la puedan perder»

La Escuela-Hogar de Ponferrada como refugio improvisado para seis personas que viven con la sombra de la amenaza de haberlo perdido todo.

El incendio de Montes de Valdueza obligó a activar el dispositivo de evacuación de cinco pueblos en El Bierzo.

Vivían en un entorno idílico, en el corazón de la Tebaida Berciana. Un paraje de cuento que el fuego ha devorado en buena parte y donde ahora solo esperan que su medio de vida, el ganado, y sus propiedades no se hayan visto afectados.

Ponferrada se ha volcado con todos ellos para hacerles más llevadero el mal trago. Pudieron desayunar en un bar cercano y la comida, macarrones, escalope y un yogur, ha corrido a cargo de un catering. Junto a ellos está en todo momento el personal de Protección Civil del Ayuntamiento.

A la asistencia psicológica se ha sumado un pequeño reconocimiento médico y la entrega de material de aseo y un kit básico de higiene personal.

Pedro Ruiz, encargado del bienestar de estas personas, explica la situación que han tenido que afrontar en las últimas horas. «Hemos preparado el comedor, las camas y los baños para que pasaran aquí la noche. Ahora estamos a la espera de lo que nos diga el Ayuntamiento y Bomberos de Ponferrada para saber si van a seguir así o vendrán más familias».

En el interior solo se escucha el silencio, roto por una televisión donde resuenan las noticias del día, a la espera de que pronto su pesadilla acaba. «Su mayor preocupación era que habían dejado allí su casa y la pudieran perder. También están un poco pendientes del ganado y esta mañana hemos tenido que llevarles para que dieran de comer a los animales».

Llegaron nerviosos y abatidos y, poco a poco, han ido aceptando su dramática situación. De los más de 150 evacuados por el fuego, solo dos familias de Rimor han tenido que refugiarse en este centro.

Decenas de camas estaban preparadas para asumir una crisis aún mayor aunque, afortunadamente, la virulencia del fuego parece remitir. En todo caso, desde Protección Civil están en alerta para cualquier imprevisto. «Nuestra función es mantener el albergue en condiciones. Hemos hecho el mantenimiento de esta casa, preparado todo, dado el desayuno y la comida y tienen también la cena e incluso podrán dormir esta noche o si viene más gente».

Decenas de camas estaban preparadas para asumir una crisis aún mayor aunque, afortunadamente, la virulencia del fuego parece remitir.

Todos ellos, así como el resto de vecinos que han acudido a una segunda vivienda en Ponferrada, aguardan ahora el mensaje más esperado: que pueden regresar a sus casas y que esta pesadilla ha pasado.

• Temas
• Ponferrada
• Incendios forestales