
Leyendas de Halloween en El Bierzo
Paraxís, el pueblo que procesionó al demonioLeyendas de Halloween en El Bierzo
Paraxís, el pueblo que procesionó al demonioLa misteriosa leyenda que gira en torno al pueblo berciano de Parajís empieza como lo hacen muchas otras: años atrás y sin fecha concreta. Hace cientos de años apareció en la localidad berciana de Parajís, perteneciente al municipio de Balboa, una peculiar estatua que siempre ha estado rodeada de leyendas. Los vecinos de este pueblo llaman a esta singular figura de forma cariñosa «demín», diminutivo de demo en gallego. Sería la única imagen que se conservaría en España del demonio.
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La leyenda más aterradora que gira en torno al demín de Paraxís (como se conoce el pueblo en esa zona) trata sobre tres vecinos que decidieron sacar de procesión a la estatua después de una noche de fiesta. Borrachos y desubicados, a los muchachos se les cayó el demín en un punto empinado del camino. «Uno tropezó y se les cayó la figura», cuenta Enrique, el propietario del Hórreo Ribada de Balboa. «Se dice que no encontraban la figura y murieron en extrañas circunstancias», apunta. Aunque también nos relata que «otra gente dice que murieron cuando tenían que morir, que no hay nada raro en eso».
Se trata de una historia que ha sobrevivido en el tiempo por el boca a boca. De hecho, es una fábula que «cuenta la gente mayor», confirma una vecina de Balboa que asegura que «yo soy muy joven, no sé nada sobre el demín».
Ricardo, otro vecino de Balboa, asegura que el demín apareció «en la Edad Media, cuando llegaron los mozárabes» y, explica que «no es un demonio si no un semi dios egipcio que trajeron con ellos de allí. Ricardo cuenta que «los curas dijeron que era un demonio y lo pusieron al lado del santo de la ermita pero la realidad es que era un dios menor que ayudaba a las mujeres a parir».
Sin embargo, Ricardo también señala que «una leyenda que contaba mi padre es que en Paraxís tenían la costumbre de salir de procesión antes de la misa y en una de ellas, algunos vecinos anduvieron jugando con la estatua medio borrachos y se les escapó por un barranco». En ese altercado «se le rompió el brazo a la imagen», sentencia.
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En Parajís sólo queda un habitante, no obstante, este miércoles día 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, los vecinos de los pueblos de alrededor suben a la ermita de esta localidad berciana para venerar al diablo. «Le ponen una vela al demonio y otra al santo para que no les pase nada», explica Enrique.
«Al demín le tienen mucho respeto en esa zona. En septiembre incluso hacen una romería y le dejan dinero. A nadie se le ocurre hablar mal de esta figura», señala Alejandro Díez, quien asegura que «mi tío es de un pueblo de al lado y se contaba la historia de que varios chavales del pueblo sacaron al demín para hacer la gracia y se les cayó. Tuvieron pesadillas hasta que lo volvieron a colocar en la ermita pero después murieron en extrañas circunstancias».
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El propio alcalde de Balboa, Juan José López, también corroboró esta leyenda que circula por el pueblo y apuntó que «se cuenta que esos chavales murieron en accidentes, no murieron por causa natural».
La realidad es que no hay nada certero sobre esta estatua, ni sobre lo que es, ni sobre como llegó allí pero, por si acaso, los vecinos de Parajís y sus alrededores, lo veneran año tras año y esta leyenda pasa de generación en generación aterrando a quienes la escuchan.
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La Santa Compaña es una leyenda que ha llegado al Bierzo y a la provincia de León en general pero se arraiga a Galicia.
Algunos dicen haberla visto. La Santa Compaña es una procesión de ánimas en pena que se pasea por los pueblos y bosques. Aparecen como el aviso de una muerte. Esta procesión se recrea en el valle de Fornela cada día de Todos los Santos. Este año tendrá lugar este martes 31 de octubre a partir de las 22.30 en Fabero.
Esta leyenda berciana cuenta que los vecinos de Ponferrada y alrededores veían brujas bailando y volando en la Aquiana (concretamente en el Campo de las Danzas). La historia dice que una de ellas, la bruja de los molinos de Agadán, se enamoró de un joven y al ver que no era correspondida pidió ayuda a la Virgen de la Encina. Abandonó su condición de hechicera y le rogó consiguiendo, finalmente, que el hombre se enamorara de ella.
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