El 'papel' mojado de los Fondos Miner: el estado inacabado de la reconversión de las cuencas mineras de León

«Tuvo mucha repercusión para la zona», reseña el alcalde de Torre, Gabriel Folgado (Coalición por El Bierzo), dispuesto a redimensionar una iniciativa para la que se llegó a barajar una inversión de 13 millones de euros en un municipio que en noviembre vio cerrar la última mina de interior que permanecía activa en El Bierzo, el Grupo Salgueiro (en Santa Cruz de Montes).

«El proyecto original es ahora inviable», admite el regidor sobre una propuesta dividida en tres bloques: trial para Igüeña, velocidad para Brañuelas y motocross para Torre. «Pero sí se puede recuperar en parte», añade a renglón seguido Folgado al apostar por habilitar una zona de 'paddok' tanto para entrenamientos como para competiciones y otras soluciones más baratas como acondicionar sendas para la práctica del mountain bike en el entorno, algo no incluido en la idea inicial.

El alcalde, que en estos cuatro años no ha recibido «nada» de los Fondos Miner, se muestra a la vez expectante y cauto ante el nuevo acuerdo marco para la transición justa y desarrollo sostenible de las cuencas. «No podemos estar pendientes de declaraciones en la prensa, sino de lo que se publica en papeles oficiales», zanja sobre las polémicas recurrentes de unos fondos liberados por el Gobierno de la nación y gestionados por administraciones inferiores.

A la realidad llegaron en parte las Casas del Hombre de Bembibre, una serie de ecomuseos formada por la Casa del Bosque en Labaniego, la Casa del Carbón en Arlanza, la Casa del Vino en San Esteban de Toral, la Casa de la Agricultura en Viñales y la Casa de la Ganadería en Santibáñez del Toral. Las obras se quedaron en los tres primeros casos en poco más que un esqueleto paradójicamente por la falta de papeles, en concreto los del convenio entre la Junta de Castilla y León y el Instituto del Carbón.

«Nunca hubo convenio ni financiación; fue un fiasco», lamenta el alcalde de Bembibre, Manuel Otero (Partido Popular), que asegura haber firmado el contrato de ejecución de las obras dejado listo por el anterior Gobierno municipal del PSOE en pleno traspaso de poderes en junio de 2011. Fue al intentar unos meses después hacer un modificado del proyecto cuando hubo de detenerse la obra adjudicada ya por el entorno de los 800.000 euros. «Y se pagó luego una parte importante con el plan de pago a proveedores», completa el regidor y procurador en las Cortes de Castilla y León.

Otero compara esta tramitación fallida con la de la novena fase del Polígono Industrial del Bierzo Alto, un revulsivo para el empleo en la zona que se acometerá próximamente tras desbloquear una inversión de 5 millones de euros. Consciente de que el turismo «no es la panacea, pero sí podría ayudar» a la causa de la reconversión económica de las cuencas mineras, al alcalde le gustaría poder recuperar el proyecto de las Casas del Hombre, cuyas obras ejecutadas son pasto del deterioro: «Yo lo retomaría con el nuevo acuerdo marco. Está claro que ahora toca reinventarse. Y el turismo podría tener su cuota de protagonismo».

En Fabero hubo papeles y hasta maquetas para presentar en vísperas de las elecciones municipales y autonómicas de 2011 el Parque Temático de la Minería, un proyecto que se asienta sobre una infraestructura ya existente, el antiguo Pozo Julia, cedido en su día por el controvertido empresario Victorino Alonso. Presupuestado en 10 millones de euros, el proyecto incluía la recreación de una galería por la que los visitantes podrían recorrer a pie medio kilómetro. Los papeles no se hicieron realidad. Y ha sido hasta la fecha el Ayuntamiento de Fabero y la Asociación de Mineros Cuenca de Fabero los que han cogido el toro por los cuernos para hacer visitable buena parte de esta muestra de patrimonio carbonero.

«No se ha dado ningún paso desde 2011», denuncia la alcadesa de Fabero, Mari Paz Martínez (PSOE), antes de subrayar que ahora habría que ampliar la iniciativa para integrar más patrimonio minero pendiente de puesta en valor como el lavadero, el Pozo Viejo, una antigua mina aledaña de un siglo de antigüedad y el Hospitalillo, para el que los Presupuestos Generales del Estado sí recogen una inversión de 300.000 euros procedente del Ministerio de Fomento. Con la esperanza de que este tipo de restauraciones «cobren importancia» en el nuevo marco de ayudas, la regidora confía al menos en que proyectos como este del que se empezó a hablar en 2004 «gocen de prioridad» sin descuidar otras iniciativas vitales como la vía rápida con la localidad de Fresnedo (Cubillos del Sil), también atascada en pasados Planes del Carbón. «Yo voy a tirar por las dos cosas», proclama sin obviar que habría que actualizar los costes en proyectos técnicos elaborados hace años.

En Palacios del Sil hubo papeles, obras y realidades. Pero lo que falta es uso de las infraestructuras. El Gobierno municipal tuvo que legalizar parte de las instalaciones de un camping municipal que se había construido unos años antes con el espacio para aparcamientos en zona inundable. El Ayuntamiento lo sacó a concurso un par de veces, pero la iniciativa privada no respondió en época de vacas flacas. El alcalde, Roberto Fernández (Partido Popular), confía en tener más suerte en los próximos meses aun siendo consciente de que habría que dotar la cocina, a la vez que espera una inyección de los nuevos fondos de reactivación para ampliar los bungalows existentes para el alojamiento.

Casi medio millón de euros de inversión costó también el centro de día construido hace más de diez años. «Pero el planteamiento debió ser ya entonces el de una residencia de mayores», considera el regidor al referirse a un «edificio magnífico» pero con un hándicap en la cláusula que impide cambiar su uso hasta pasados 20 años desde su estreno. El Consistorio ha intentado darle vida como centro de día, pero falta demanda, así que se mantiene cerrado.

Palacios del Sil sí consiguió en estos años dar vida al pabellón polideportivo, que abre todas las tardes tras permanecer tiempo con el candado echado.

Es la metáfora de unas cuencas mineras abocadas a afrontar una reconversión económica sin disponer en ocasiones de las armas necesarias pese a que desde el año 1990 se han liberado 24.000 millones de euros para acometer este proceso.