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A veces siente miedo, pero la responsabilidad y las ganas de ayudar pueden mucho más. Jessica Rodríguez es voluntaria y presidente de la Asamblea de Cruz Roja en Fabero. Una cargo que le pilló por «sorpresa» y en el que no lleva ni ... un año, pero que está gestionando con gran capacidad.
La joven tiene 32 años y si algo tiene claro es que ella es «voluntaria y en este momento lo tienes que ser también». Por ello, a pesar del miedo que a veces puede sentir al salir de casa por la crisis sanitaria del coronavirus Covid-19 sabe que debe seguir cumpliendo su labor «por aquellos que más lo necesitan».
En la Asamblea son un grupo de cerca de 30 voluntarios activos y trabajan con las personas más vulnerables de las localidades de Fabero, Vega de Espinareda, Toreno, Palacios, Páramo del Sil, Peranzanes y Trascastro. Unas tareas que llevan a cabo cada día y que consisten en reparto de kits de urgencia, recados y compras en farmacias y sobre todo la compañía al teléfono.
«Hay varios voluntarios haciendo compañía por teléfono y la verdad que las personas lo agradecen mucho», explica la voluntaria. «Nos cuentan que se aburre mucho y que les hace ilusión que les llamemos», explica Jessica, reconociendo que esta compañía en los momentos de crisis es en muchos casos un verdadero salvavidas.
La presidenta de la Asamblea de Cruz Roja en Fabero reconoce que lo más duro para muchos de sus usuarios es el cierre de las actividades. «Teníamos el grupo de actividades de los martes por la mañana, cada martes una actividad», explica Jessica Rodríguez.
Ahora esa decena de mujeres esperan con ilusión la llamada de los voluntarios, mientras cumpliendo el aislamientos en sus casas desean que todo pase pronto para volver a sus actividades.
Los voluntarios también realizan otro tipo de tareas, tal como explica la presidenta: «vas a llevar los alimentos, aunque sales con miedo, porque a mi me espera mi familia en casa», lamenta, aunque es consciente de que «tratas con gente que no esta infectada».
Cuando ese miedo e incertidumbre le llena el cuerpo lo tiene claro y ella sigue para adelante. «Luego les ves a ellos que te reciben con ilusión y vuelves con una sonrisa y con más ganas de seguir colaborando». Porque los voluntarios lo son para ayudar a los más necesitados y ahora la ayuda la necesitan los vecinos.
«Las personas a las que ayudamos, a las que llamamos, compramos comida, fármacos... ellos lo agradecen mucho, pero también los que nos ven trabajar», explica orgullosa en una llamada con leonoticias. Jessica Rodríguez recuerda que la semana pasada esperaba con un compañero en la cola de la Farmacia y para respetar las distancia lo hacía en la calle.
«En ese momento salió un hombre de un portal de al lado y nos dijo: Menos mal que a pesar de todo vosotros seguís ahí trabajando por la gente». Ese comentario también les dio fuerza para seguir, saber que su trabajo es fundamental en situaciones de emergencia y de crisis y en estos momentos en cada rincón de España se puede ayudar.
Jessica Rodríguez se despide, pero antes quiere mandar un mensaje y que quede claro que «estamos para toda la gente que lo necesite, que estamos y seguiremos y que para lo que necesiten cuenten con nosotros».
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